sábado, 30 de noviembre de 2013

Un Festival estival…

Por: José Ma. Narváez Ramírez.
Se supone que un homenaje a tan ilustre escritor y poeta conocido en el mundo entero, como lo es Amado Nervo, no es con festivales en donde  destaquen “artistas” de la farándula mexicana amparada por Televisa, de la que ya estamos hasta el gorro de sus programas cursis y sus imitaciones de lo extranjero hasta conseguir la perniciosa influencia en nuestra juventud y en nuestras adoradas esposas y madres, que se pegan al aparato idiota cuanto tiempo pueden para “enmarañar” más sus cerebros y perjudicar a las actuales generaciones y a las que nos siguen.
         Y no tenemos nada contra los “grandes ases de la tele” que nos vienen a echar gorgoritos a un escenario en el que quiere hacer historia -quienes los acarrean- pisoteando la que ya tenemos, lo que pasa es que queremos que se impulse más la obra de Nervo, llevándola a los teatros, cines y cuanto balcón literario se pueda. Explicar a la gente que asista a ellos qué quiso decir Amado cuando puso, por ejemplo: “Como renuevos cuyos aliños un viento helado marchita en flor…”
         Y no brindar en un evento dedicado a su memoria, los berridos de ciertos “divos” que si les preguntan algo del homenajeado se quedarán anonadados o estupefactos sin saber qué opinar. Que a nosotros no nos interesa en realidad cual es su grado de almacenamiento del saber que hay en sus neuronas, así como a ellos solamente les importa la lana que vienen a recoger… y no es para el Teletón… mucho menos de dónde sale ese muy buen dinero que se llevan en unas horas costándole al pueblo, muchos días de trabajo y de sufrimiento.
         Si Amado Nervo hiciera una nota de su propio festival, la trasformaría en severa crítica contra los organizadores o los responsables de este dispendio “artístico” que quieren hacer a toda costa que parezca cultural, siendo nada más y nada menos una caravana igual a las que hacía la cerveza Corona hace veinte o treinta años… Nervo protestaría contra aquellos que le pusieron su nombre a cierta calle o a un aeropuerto, o levantaron una minima estatua de pie cruzado frente al edificio de la presidencia o le hicieron una cabezota del tamaño de una casa en terrenos de la UAN… pero les perdonaría este bodrio porque le impusieron su nombre casi completo a la ciudad de la cultura. Faltándole el Ordaz, de la madre de nuestro ilustre bardo.
         En fin, dejemos a los politiqueros de hoy lanzar las campanas al vuelo pregonando “la máxima fiesta cultural en Nayarit” que culmina con la actuación de los cantantes Francisco Céspedes y Armando Manzanero. Amparados en un lema de “todo es cultura”, pero no siendo más que “culturita” -como dice con certeza mi amigo Víctor de Aguinaga, que sí sabe del tema “nerviano” o “nervino”-.
         Control… Señores… Control… Seguro que sí… queda en entredicho la dirección de la cultura en Nayarit y queda más en la encrucijada de la ignorancia esquina con la soberbia, un gobernador muy cerrado y empecinado en engañar a los que lo llaman: “el patroncito”… Que les pague a los burócratas y que le regrese su lana a la UAN aunque no le haga al ensarapado presumiendo un festival en el estío… cuando debió de ser en plena primavera…

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