Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez.
Esta fruta básica en la
alimentación del mexicano, el limón, ahora resulta prohibitiva a causa del
excesivo aumento –criminal, diríamos- achacado mañosamente a los “templarios”
de Michoacán y a la falta de control de las autoridades federales que han permitido
estos graves abusos que afectan la economía de los hogares al provocar un caos
con ellos.
La
solución es sencilla, no consuma limón si no lo puede adquirir a precio normal,
y realmente le sale más barato utilizarlo en pastillas o en gotas, para evitar
esta nueva tranza que perjudica a todos los ciudadanos que por razones de
costumbre lo utilizan en casi todos los alimentos normales: la sopa, los tacos,
el pozoles, el menudo, los mariscos, los frijoles… y en la mayoría de los
llamados antojitos que por tradición consumimos.
Resulta
insultante que un consumidor de productos de mar los ingiera sin su rociada de
limón… es como si un “pozolero” o “menudero” o “birriero” se “echara” un
platillo de estos alimentos preferidos por todos nosotros, sin tortillas… Lo
calificarían como una aberración…
Así
es que vamos a tener que aceptar la importación de la fruta a otros países
donde salga a menor precio, pero no podemos considerar que sea proscrita de
nuestro consumo diario, aunque podríamos substituirla por otros cítricos que
fácilmente pueden reemplazarlo dentro de las dosis que el organismo lo
necesita, que no es muy elevada, pero ¿cómo hacerle para no echarle unos
chisguetes de limón verde a los ostiones, los camarones, el pulpo, el abulón,
el callo, las patas de mula… etc.?
Que
el limón les da un sabor especial a los platillos, aunque nos califiquen como
“alimonados” en la cocina internacional, en la que dicen que todo lo que come el
mexicano está rociado de esta fruta, y que en su mayoría no captamos la
sabrosura de los alimentos preparados o sazonados en su original presentación…
porque a todo le echamos limón… Les aclaro que nuestra cocina admite el chorro
del cítrico pero no toda, pues muchas de las veces somos muy buenos en
gastronomía y creadores de nuevos y exquisitos platillos que enriquecen nuestra
variada cocina.
Y
si el precio injustificado se lo pasan por debajo del arco de triunfo, pues
simplemente tenemos que hacer el sacrificio de abstenernos de comprarlo y de
utilizarlo –por consiguiente- en nuestros alimentos.
Dijo
el ex Presidente López Mateos: “Un hogar para cada mexicano” y doña Esther Zuno
de Echevarría: “Unas plantas de limón, de papayo, o de cualquier clase fruta en
ese hogar”… Vinieron los “ecologistas” modernos y dicen “Un tinaco para cada
hogar”…
¿Se imaginan aventarse una docena de ostiones
sin el clásico limón? –Aunque el no consumir mariscos crudos evita el ingerir
parásitos que pueden dañar considerablemente nuestro organismo… Lo mejor es…
Control… Señores… Control… El limón no es la vida, la lana es la que hay que
sacar de donde se pueda… pero sin el clásico abuso que imita a las acciones de
los falsos políticos… máxime que ahora se vienen las canijas encuestas
pre-pagadas y carísimas que no sirven para nada, y sería bueno que ese dinero
se utilice para algo mejor, como por ejemplo comprar limones y medicinas para
las personas más necesitadas… o lo que usted sugiera…
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