Opiniones del Lic. Echeagaray Parte II

Líneas

Por: José Ma. Narváez Ramírez

Después de leer la Convocatoria para el Encuentro de Cronistas e Historiadores de Sinaloa y Nayarit que se verificará los próximos días 7 y 8 de febrero en Rosamorada, Nayarit, ¿le pregunto, Lic. Echeagaray,  por qué no participa usted en este evento?

         “A mi siempre me ha gustado el tema, una de mis fascinaciones es la Historia, déjeme decirle que yo he ido a la ciudad de México unas 500 o 600 veces, y siempre que hago el viaje veo el reloj para saber a qué horas salen los vuelos de regreso y constatar el tiempo que me queda para ir al Centro Histórico, y lo que hago en él es caminar, y ver lo que llamaron La ciudad de los Palacios, ir transitando por cada una de las calles y echar a volar mi mente, la imaginación, de cómo fue la vida en esos tiempos, desde que se inició la construcción y ya estando construido esto, el tránsito que se dieron los acontecimientos que han ido transformando la vida del país”.

         ¿Se acuerda de Jacobo Zabludowsky, en la Revista Siempre!, cuando escribía sobre el viejo México y hablaba de las calles así como usted dice, cuando decía que había tenido vivencias de los barrios y las gentes, los tugurios y los diversos negocios, así como los edificios que guardan la historia de esa gran urbe cosmopolita, e hizo muy buenas crónicas que forman parte del acervo cultural de muchos mexicanos?.

         “Por ejemplo, dice el Gobernador de nuestro estado, que invirtió equis número de millones de pesos en la transformación de La Loma, cuando este paseo, yo recuerdo que lo único que tenía era que estaba circulada por un enorme cerco de alambre de púas, y que yo llegué a ir en mis años de infancia y para acceder a La Loma, brincábamos ese cerco, y un primo hermano mío tuvo un accidente porque su rodilla, se incrustó en una de las púas y se rasgó totalmente la rótula, tuvimos que llevarlo a lo que era el ISSSTE, que estaba ahí enfrente, por eso lo tengo perfectamente presente, llegaban los límites de Tepic a La loma, de ahí era solo ir a los zanjones donde estaba el Seminario (viejo) todo eso eran zanjones que nosotros atravesábamos, y por el otro lado, La Loma en mis juventudes era el Motel más grande y más concurrido de Tepic, porque desde al caer la tarde estaba obscura, y se llevaba uno una linterna y al “echarles” la luz, veíamos correr a las parejas con sus prendas íntimas por un costado, porque ahí era gratuitito el poder transmitir el gran amor que tenía uno hacia a su pareja a través del débito carnal que se exigía en esos momentos… Lo que había en esa Loma era el Casino de la Feria, y el atractivo era el trenecito, que promocionaba una empresa refresquera que era la Pepsi Cola, y este era el trenecito de la Feria, porque no era ni de La Loma, que nos daba un recorrido por todo lo que era ese singular paseo… En esta no existía absolutamente infraestructura creada como ahorita, yo creo que al crear infraestructura estamos acabando con las zonas verdes, eso de gimnasios, albercas, canchas… estamos quitándole lo verde a lo que era tradición… la concha acústica, de hecho hay unas fotos en los que solo se ve esta construcción con las bancas que le acompañan al frente, y no se ve ni un solo árbol en todo lo que es la superficie de La Loma… después fueron plantándo y creciendo este paseo, pero no había nada, eso era nuestra Loma, todavía quedan por el lado del Sanatorio de La Loma, quedan unos postes antiguos que eran como columnas que eran para los volantines, le dábamos vueltas... a mi me tocaron todavía… ya cuando se destrozaron las sillas quedaron las puras sogas en las que nos colgábamos para dar giros interminables… No había lo que hay ahora… Ellos piensan que hay diversión, cuando nosotros ponemos ese tipo de infraestructura y no es cierto, la diversión inclusive actual de La Loma, sigue siendo buscar un espacio verde para poder convivir con la familia, fuera de lo que electrónicamente tienes en tu casa o tienes en otros lados… Ya está iluminada, ya no cumple con la función de la preservación de la especie humana que en esos tiempos se lograba ahí… (Jajajajajá)…Y de donde usted me platique, para mi es una fascinación hablar de historia”…

         ¿Y qué me dice de los Juegos Florales de Tepic, se acuerda? Porque al parecer viene la idea del Doctor Polo Domínguez de realizar nuevamente los Juegos Florales… Que en aquellos tiempos fueron cuando al parecer triunfó el poeta Carlos Pellicer y Salvador Novo fungió de Mantenedor, así como también obtuvo una presea el Ing. Parkinson y Villaurrutia estuvo en el jurado…

“En mi participación en los Juegos Florales de Santiago Ixcuintla, ahí lo mencioné… a usted… como irreverente… Pero su irreverencia no es una falta de educación, sino la forma de tratar los temas y a las cosas y a las gentes, la irreverencia es comentar cosas que nadie se atreve… y a mí me pareció correcto hacer mención de usted porque yo había leído algunos de sus comentarios que hacía de su pueblo, “de banquetas viejas”… entonces ahí lo refiero… Por cierto Octavio Campa me dijo que le había parecido muy hermoso el trabajo que hice como Mantenedor, y me pidió una copia que con gusto le hice llegar. Me dijeron: “le llegaste tú más a la gente que el poeta laureado”, porque este poeta llevaba un documento escrito que al leerlo no se le entendió… Y ahora que me dice que el Lic. Luis Bravo, el Vate Campa Bonilla, el historiador Francisco Samaniega y usted andan ayudando al Doctor Polo, pues por favor cuénteme en esa lista, porque creo que la parte cultural norma criterios… Usted mencionó a Campa, yo le aseguro que  él y yo buscaríamos la forma de intervenir en forma gratuita en ese evento… Usted aviéntese ese trompo a la uña y dígale a Polo que convence a Campa y a Echeagaray de que de manera gratuita participemos… Con mucho gusto haremos una narrativa de aquello que era Tepic… Todavía me acuerdo en donde es Jacarandas e Insurgentes en los Estadios, y de ahí había solo una calle de entrada y salida a la misma, de doble sentido, pero exactamente en donde están ahorita las estaciones de radio de Mondragón, ahí cortaron un cerro para que pasara la calle, y arriba del cerro había una casa de guardabosques, que ahí se conservaba y se encargaba éste de apagar los incendios, estaba preciosa… yo tengo fija en mi infancia que ahí estuvo durante mucho tiempo, era forestal ahí, y duró muchos años encargándose de apagar cuanto incendio se registraba… hasta que llegó la modernidad, aplanaron todo e hicieron de cuatro carriles el camino… Por ahí tengo un CD con fotografías, se lo presto, aunque dicen por ahí que prestar un libro…”

Muchas gracias, licenciado… y Control… Señores… Control… Dejamos al licenciado Juan Antonio Echeagaray Becerra en su despacho, donde construye adjunta la Notaría Pública que en breve abrirá y en la que le deseamos de antemano todo el éxito que se merece...