Jorge Luis Marín García, docente-investigador del
Área de Ciencias Sociales y Humanidades, de la Universidad Autónoma de Nayarit
(UAN), realizó el proyecto de investigación titulado “Educación indígena en el
estado de Nayarit: Situación de la práctica educativa en las escuelas indígenas
bilingües interculturales apoyadas por Comisión de los Derechos Indigenas”.
El estudio realizado en la zona de Aguamilpa, de la
región de Tepic, consintió en analizar la incidencia de las reformas
constitucionales en materia de derechos indígenas y las dinámicas en la
docencia, así como la percepción de los grupos étnicos y sus prácticas
culturales. Marín García, explicó que la investigación se basó en la postura
teórica ‘Zonas de Contacto”, a la que describió como una manera de ver la
interacción entre culturas diferentes, con prácticas y dinámicas culturales
propias, pero que en algún momento determinado se encuentran; la idea de esta
postura es borrar la dirección de impacto de la cultura occidental hacia la
cultura indígena, y ver qué tipo de cambios se desarrollan entre ambas.
El docente implementó la observación y entrevistas
para extraer información, la cual reveló una desvalorización hacia las
prácticas Wixarika, especialmente en la ejecución de ceremonias, la cual presentó
una baja participación de los grupos étnicos y docentes. Por otra parte, menos
del 15% de la población escolar indígena habla la lengua Wixarika y pocos
profesores la dominan, lo anterior evidenció que el español es la lengua de uso
cotidiano y escolar, además que un amplio porcentaje de los padres de familia
de esta comunidad no encuentran ninguna riqueza en el uso de su lengua al
interior de las aulas.
Asimismo, los panes y programas educativos plantean
una igualdad ente la cultura indígena y la occidental o mestiza, no obstante en
la práctica la cultura indígena se percibe como poco viable. “Se muestra que al
final de cuentas seguimos siendo una sociedad racista, existen pequeñas
cápsulas en la sociedad que aceptan a los indígenas pero no en su totalidad, y
desde el Estado y las instituciones se escribe una cosa y en la práctica
hacemos otra”, concluyó Marín García.
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