Tepic, Nayarit.- En 2017, inicia el segundo centenario de Nayarit, momento oportuno y necesario para reconstruir un proyecto que cuide el patrimonio público actualmente vigente en el discurso, pero desquebrajado en el hecho, esto, con el fin de estar en condiciones de satisfacer las demandas de una sociedad agraviada, lo anterior lo enfatizó en entrevista el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, representante de Morena en la entidad.
Es obligación afirmó, levantar la voz con firmeza y claridad, exigiendo respeto a la sociedad con el propósito de apegarnos a la realidad social en que viven los ciudadanos carentes de oportunidades y respuestas a sus condiciones básicas que garanticen una buena calidad de vida; es tiempo de cambiar el discurso sin engaños, en el que no se falte el respeto a la inteligencia social, lo gobernantes, deben de tener la madurez para reconocer las grandes carencias que hoy, con coraje reclama la sociedad sean solucionadas.
El representante de Morena en Nayarit dijo “para un escenario de cultura democrática, se necesitan verdaderos demócratas, no demagogos, requiriéndose con urgencia en el quehacer público que no se calle, ni se condicione la libertad de expresión y de crítica por más severa que sea; el hecho real y honesto debe hablar más que la presunción del cumplimiento que es obligado”.
Navarro Quintero indicó que a nivel nacional se presentan casos en el que “la reacción es muy tardía en señalar errores que a la postre generan hechos reales, ejemplo de ello son los gobiernos de Sonora, Nuevo León, Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo, tan solo por señalar algunos”. Aseguró que los colaboradores se vuelven aplaudidores y la sociedad enmudece muchas veces ante el temor a la represión. “Veamos lo que pasa en Venezuela, donde existe una grave confusión y confrontación entre gobernantes y gobernados que sin duda originarán rezagos y grietas difíciles de superar”.
Navarro Quintero señaló que el escenario se complica cuando “se tiene poderes que, en lugar de ser contrapeso de quienes tiene la altísima responsabilidad de servir en el poder ejecutivo, se vuelven coadyuvantes de una acción autoritaria y de excesos que lleva a tener gobiernos de pensamiento y decisiones unipersonales que están muy lejanas de tener el consenso de la sociedad; a su vez, los órganos autónomos tienen que ser realmente eso en su quehacer público y no estar maniatados a las instrucciones que ponen en duda su función.
Finalmente expuso que la sociedad muchas veces en su pobreza o por alguna otra circunstancia se ve sometida “pero lo malo es que acepta ser sometida a las decisiones del gobernante y esto ocasiona debilitamientos de las instituciones que resultan graves al aumentar el rezago social y aumentar la impunidad”.
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