Los periodistas y gran
parte de los integrantes de varios sectores citadinos hemos insistido sobre la
importancia del bacheo de las calles de la ciudad capital, y ya el señor
ingeniero Héctor González Curiel le está metiendo ganas a este viejo problema,
-con el apoyo del gobierno del estado- y cuando menos están dándole una nueva
repasada a los agujeros y hoyancos que se han formado en el pavimento,
demostrando que hay voluntad para atender las demandas ciudadanas… Tardecito
pero llega… dice el dicho.
El asunto es que son demasiados los baches y su taponamiento
tardará unos meses en concluir, si no es que se posponga por falta de los
derivados del petróleo, dinero o por alguna huelga de brazos caídos que se
atraviese por ahí entre los trabajadores por causas de la pagada… Que debe de
ser puntual por aquello de algo relacionado con el hambre y la necesidad.
Una vez más nos damos cuenta de que hacen falta los letreros
que hace años colocaban los bacheadores (y todos los que realizaban obras de
reparación callejera) en las esquinas anunciando que perdonaran las molestias
porque había hombres trabajando. Hoy ya no se utiliza igual pero si se colocan
unos burros o cualquier otra cosa que sirva para impedir el paso de carros
mientras se hace la reparación adecuada… Aunque muchos ciudadanos no aceptan dichas
reparaciones por considerarlas precarias por inestables, inseguras, frágiles,
en una palabra de corta duración, y a la próxima temporada vuelta a bachear…
Hay veces que ni la temporada aguantan porque dicen que no se realiza esta
recomposición como mandan los cánones… Otros establecen su opinión convencidos
de que peor sería seguir soportando las secuelas que los hoyancos causan a los
automóviles y vehículos de motor que utilizan para desplazarse e incluso los mismos
chóferes de los taxis, combis y las 3456 unidades de transporte urbano, en su
mayoría aceptan que se complete esta medida. –“No le buigan, por favor, cuando
menos dejen que parchen con curitas” –dicen.
Los ciclistas –que también cuentan- opinan que ya era hora
de que las autoridades se pusieran a tapar los miles de baches que tienen que
sortear a la hora de circular por las calles y avenidas de la ciudad, aunque en
los momentos en que van a dar los recorridos nocturnos, lo hacen por donde no
encuentren estos problemas.
Llegaron de nuevo las horas del bacheo de las calles de
Tepic, no precisan cuando van a levantar las destrozadas y parchadas rúas para
colocar nuevas capas asfálticas, y las colonias siguen padeciendo la falta de
alumbrado público y recogimiento puntual de la basura… Los charcos y lodazales
seguirán como la cosecha de mujeres –“nunca se acaban”, pero ojala les llegue
–cuando menos- el bacheo de las calles, que aparte deben de ser aplanadas y
despertadas al paso de la modernidad que tanto se pregona.
Control… Señores… Control… Que a muy duras penas a cada
santo le llega su fiestecita… Esperemos que a la avenida Madero le den su
manita de tónchi y la incluyan como entrada y salida de un puente sobre el río
Mololoa, que sirva de desfogue vehicular tan necesario y urgente en Tepic… No
le hace que sea de cuatro carriles… Al cabo estamos platicando…