Se supone que un homenaje a
tan ilustre escritor y poeta conocido en el mundo entero, como lo es Amado
Nervo, no es con festivales en donde
destaquen “artistas” de la farándula mexicana amparada por Televisa, de
la que ya estamos hasta el gorro de sus programas cursis y sus imitaciones de
lo extranjero hasta conseguir la perniciosa influencia en nuestra juventud y en
nuestras adoradas esposas y madres, que se pegan al aparato idiota cuanto tiempo
pueden para “enmarañar” más sus cerebros y perjudicar a las actuales
generaciones y a las que nos siguen.
Y no tenemos nada contra los “grandes ases de la tele” que
nos vienen a echar gorgoritos a un escenario en el que quiere hacer historia
-quienes los acarrean- pisoteando la que ya tenemos, lo que pasa es que
queremos que se impulse más la obra de Nervo, llevándola a los teatros, cines y
cuanto balcón literario se pueda. Explicar a la gente que asista a ellos qué
quiso decir Amado cuando puso, por ejemplo: “Como renuevos cuyos aliños un
viento helado marchita en flor…”
Y no brindar en un evento dedicado a su memoria, los
berridos de ciertos “divos” que si les preguntan algo del homenajeado se
quedarán anonadados o estupefactos sin saber qué opinar. Que a nosotros no nos
interesa en realidad cual es su grado de almacenamiento del saber que hay en
sus neuronas, así como a ellos solamente les importa la lana que vienen a
recoger… y no es para el Teletón… mucho menos de dónde sale ese muy buen dinero
que se llevan en unas horas costándole al pueblo, muchos días de trabajo y de
sufrimiento.
Si Amado Nervo hiciera una nota de su propio festival, la
trasformaría en severa crítica contra los organizadores o los responsables de
este dispendio “artístico” que quieren hacer a toda costa que parezca cultural,
siendo nada más y nada menos una caravana igual a las que hacía la cerveza
Corona hace veinte o treinta años… Nervo protestaría contra aquellos que le
pusieron su nombre a cierta calle o a un aeropuerto, o levantaron una minima
estatua de pie cruzado frente al edificio de la presidencia o le hicieron una
cabezota del tamaño de una casa en terrenos de la UAN … pero les perdonaría este
bodrio porque le impusieron su nombre casi completo a la ciudad de la cultura. Faltándole
el Ordaz, de la madre de nuestro ilustre bardo.
En fin, dejemos a los politiqueros de hoy lanzar las
campanas al vuelo pregonando “la máxima fiesta cultural en Nayarit” que culmina
con la actuación de los cantantes Francisco Céspedes y Armando Manzanero.
Amparados en un lema de “todo es cultura”, pero no siendo más que “culturita”
-como dice con certeza mi amigo Víctor de Aguinaga, que sí sabe del tema
“nerviano” o “nervino”-.
Control… Señores… Control… Seguro que
sí… queda en entredicho la dirección de la cultura en Nayarit y queda más en la
encrucijada de la ignorancia esquina con la soberbia, un gobernador muy cerrado
y empecinado en engañar a los que lo llaman: “el patroncito”… Que les pague a
los burócratas y que le regrese su lana a