Doctora:
le escribo tremendamente frustrado y encolerizado al ver que una vez más el
gober nos dejó colgados de la brocha, y aunque nos invitó a una dizque posada,
a nosotros los periodistas, nos mandó en su representación al dos veces
funcionario, al Roro Rori, ese que es secre de turismo y encargado de prensa a
la vez.
El
no ver a mi gober me amuinó de a feo, pero que los premios se los sacaran
muchos ayudantes del “Gavilán” como que me cayó de más peso; y todavía orita
muchos compañeros se están preguntando de onde agarraron el periodismo unos que
andaban de cuicos, de comerciantes, o tránsfugas de la albañilería o la
mecánica.
Luego
el Roro del Rori se aventó el más wuen pretexto que encontró: que el gober
estaba con unas ganas tremendas de
vernos y compartir con nosotros el pan y la sal, pero que lo habían requerido
en Mexicalpan de las tunas por lo de la reforma energética, así es que con toi
y el dolor de su alma (juar), se fue a
la ciudad del smog, pero eso sí, dejó algunos regalos.
La
mera verdá me fui amuinando cada vez más porque primero habían dicho los de
prensa que no iban a dar electrodomésticos, y ahí tiene usted que me saqué un
horno microondas; ¡Ya ni la amuelan!
Digo,
¿qué creen que voy a hacer? Si soy periodista, no tengo lonchería.
El
mensaje navideño de RR (Roro Rori) me llegó hasta dentro del corazón, conmovió
mis entrañas y casi casi provocó que me reventara el dedo gordo del pie (traigo
una uña enterrada), nos felicitó deseándonos lo mejor en esta navidá y el año
2014.
Ahí
apenas estaba a punto de soltar la lagrima, pero cuando dijo que nos
recomendaba que no tomáramos, y que si tomábamos no manejáramos, porque era una
combinación fatal; que en la entrada
saludó a muchos que iban ¡crudísimos, pues le dio feo el petatazo, suspendí la
lagrima, y me volví a amuinar, pues qué
es eso de andar ventilando nuestras intimidades; (que yo sepa, no es muy
conocido que nos gusta la beberecua)
Lo
único que más o menos me calmó un rato fue el mariachi del Quevedeño, y hasta
uno que se dijo de la APROCON se lanzó al ruedo con la canción esa que me gusta
muncho en voz del Frank Sinatra, y que se llama “A Mi Manera”.
¡N’ombre!
Me fui pa atrás cuando salió el RR con que nos iba a dar el anuncio más
esperado del siglo: habrá una oficina especial en el IPROVINAY pa que los
periodistas gestionen créditos para casa (Plop) Ah, y la capacitación que tanto
solicitamos, se va a resolver a partir de un curso que van a dar en marzo, y
que será sobre estándares de competencia laboral.
Lo
mejor, fue que nos aseguró que con ese y otros cursos que se impartirán, los
periodistas podremos exigir mejores sueldos a nuestros jefes, y ahí ya no se
aguantaron los colegas, y al unísono hicieron uuuh, uuuh… (pos qué descreídos,
pensé pa mis adentros).
Al
final concluí Tres cosas:
1.-Que al gober le gusta dejarnos plantados.
2.-Que al gober le gusta dejarnos plantados;
3.- y, que al gober le gusta dejarnos plantados.
¿O
usted que piensa? Mi querida doctora.
Atentamente:
El periodista plantado
pienso que te está afectando seriamente el rechazo que les ha mostrado durante
estos dos años el gobernador. Quisiera aconsejarte, en aras de que tengas una
mejor salud mental, que ya no vayas a esos eventos si sabes que te va a dar el
descolón.
La
otra opción, es que te pongas concha, y la barnices, para que se te resbalen
esos desaigres que les hace “Seguro que sí”, porque seguro que sí, se los
vuelve a hacer.
La
verdá es que entiendo tu desconcierto, pues eso de que no vaya a la posada, el
que te invitó, como que suena harto ilógico, pero muchas cosas en esta vida son
así, no te lo tomes tan a pecho.
Ora,
que sí lo que buscas es un pretexto para acercarte a mí, ya sabes que yo no te
rechazo, pues aunque tengo especialidad en psicología aplicada a los políticos
y otros especímenes similares; nuncamente y jamasmente rechazo un alma
compungida como la tuya.
Además,
ya lo dijeron los mismos encargados de prensa, nomás dos veces al año el
gobernador le interesa reunirse con los periodistas: En su día, y en estas
fechas decembrinas; y pues dos descolones al año cualquiera los aguanta.
Bueno,
te dejo; voy a recoger mi pollo al DIF, pues ya sabes que los que se apuntaron
para recibir este beneficio navideño nomás tienen que hacer una cola de unas 5
cuadras, y les toca.
Te
mando un abrazo, un beso y un apapacho,
pues quiero borrar de ti el trauma que ha dejado el rechazo gubernamental.
Con
cariño, Viki Lamoglia.