COLUMNA EL PULSO DEL TIEMPO
Por: Yanin Cortés.
Como diría el maestro Joaquín Sabina, hay mujeres que dicen que sí cuando dicen que no, mujeres veneno, de fuego y fatales, pero ¿qué pasa con el número considerable de féminas que sufren de violencia intrafamiliar?
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el panorama de violencia contra las mujeres dentro de sus hogares en México al 2011 no es alentador; de un total de 24 566 381 mujeres casadas o unidas de 15 y más años señalan 11 018 415 han vivido algún episodio de maltrato o agresión en el transcurso de su vida conyugal. El reporte de INEGI parte de cuatro tipos de violencia principalmente: física, sexual, económica y psicológica o emocional, siendo la más representativa ésta última, ya que a nivel nacional 89.2% de mujeres casadas o unidas son víctimas de este tipo de abuso por parte de su pareja.
Más negro vislumbra el panorama cuando los propios representantes de la sociedad son quienes vulneran los derechos y la dignidad de la o el consorte. Tal es el reciente caso del alcalde de Tepehuacán de Guerrero, Hidalgo; Hilario Mendoza Benito, quien propinó tal maltrato a su esposa, María Virginia Ortiz Monroy, que tuvo que ser operada de emergencia tras recibir puntapiés en varias partes del cuerpo y sufrir fractura de mandíbula, no obstante, a días de lo ocurrido, la Presidenta del DIF de aquella localidad otorgó el perdón a su verdugo, dejando atrás el episodio aún y a pesar de que las heridas físicas -ya no hablemos de las emocionales- no sanan del todo.
Hay mujeres envueltas en pieles sin cuerpo debajo y hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz, el caso es que cientos, miles y millones de damas que viven una situación de violencia, reaccionan con un patrón similar al caso "Tepehuacán de Guerrero" y a pesar de que en estos tiempos hablamos más de sororidad, unidad del género y actitudes de solidaridad entre nosotras, lo cierto es que, la negación de enfrentar el caso y hacer caer todo el peso de la ley en quien atropella la integridad de la mujer responde a patrones de conducta específicos desarrollados y pronunciados conforme aumenta el maltrato dentro del hogar.
Socialmente la violencia del hombre contra la mujer es una manifestación de la desigualdad de género y un mecanismo de subordinación de las mujeres que sirve para reproducir y mantener el status quo de la dominación masculina y la subordinación femenina.
En Nayarit 56 de cada 100 mujeres dicen haber vivido algún evento violento a lo largo de su relación; las agresiones experimentadas con mayor frecuencia son de carácter emocional, 89.5% de las mujeres violentadas han vivido insultos, amenazas, humillaciones y otras ofensas de tipo psicológico y poco menos de la mitad de las mujeres casadas o unidas (43.1%) fueron agredidas por sus parejas al menos una vez entre Octubre de 2010 y Octubre de 2011.
No todo es oscuridad, afortunadamente hay mujeres que curan y ayudan con su experiencia a resarcir los daños psicológicos, emocionales y físicos, hay mujeres que comprenden que no es nada fácil renunciar a esas cadenas que laceran la conducta y mellan la autoestima, no juzgan ni dan por hecho que aquellas víctimas adoptan precisamente ese papel y dan vida al viejo dicho de "pégame, pégame, pero no me dejes"; a pesar de ser muy común dicha reacción, es una respuesta aprendida por años y años de abuso impune.
A todas aquellas congéneres que viven una situación de maltrato, levanten el ímpetu, retomen fuerza, valor y busquen ayuda.
En Nayarit particularmente, el Instituto para la Mujer Nayarita (INMUNAY) ofrece atención especializada a través de mujeres profesionales y comprometidas con el género; su directora, Luz Amalia Barrón es una mujer capaz, sensible, documentada en tal problemática y ha sabido ofrecer una luz en la incertidumbre de aquellos hogares eclipsados por la ignorancia, soberbia y petulancia.
Mismo caso de la Lic. Mariana Gazcón Núñez, titular del Instituto municipal de la Mujer, quien se ha enfocado en llevar educación e información de equidad de género a las comunidades rurales para que las mujeres indígenas conozcan sus derechos y sean capaces de defenderse desde la legalidad y con apoyo de programas federales.
Para quienes estén interesadas(os) en solicitar alguna clase de asesoría, el Instituto municipal de la Mujer se ubica en calle Luis G. Urbina Col. Amado Nervo en la Ciudad de Tepic o al teléfono (01 311) 217 3834 y el INMUNAY en Calle Sierra de Picachos 48, Col. Jardines de la Cruz, igualmente en la ciudad capital o al teléfono (01 311) 217 0377 y 217 6515.
Ahora bien, también hay mujeres que matan, presunto caso de la ex alcaldesa de Alvarado, Veracruz; Sara Luz Herrera Cano, acusada del homicidio de su secretario particular, Michel Martínez Corro, detenida en un hotel de paso de esa localidad... pero esa es otra historia.
Por el momento, practiquemos la sororidad y demos la mano a todo ser humano que se encuentre carcomido por el infortunio y el desasosiego. Y usted ¿de qué clase es, de los que cura o de los que mata?
Soy Yanin Cortés, servidora y amiga; ésta, su columna El Pulso del Tiempo, gracias por su tiempo y lectura... nos leeremos!