Líneas
Por:
José Ma. Narváez Ramírez.
Nuestro país viene padeciendo
una especie de dictadura grotesca y dolorosa envuelta en el papel oropelesco de
un gobierno oligárquico que sienta sus reales en un pedazo de América del Norte
doblegado ante un gigantesco vecino incómodo que les ayuda a mantenerlo…
sumiso… mientras le roban, ambos, sus tesoros…
Y
es tal el descaro y la desvergüenza de esta caterva de vividores, que cuando
México demanda justicia y se levanta de esa sumisión reclamando esclarecer sin
artimañas la desaparición de los 43 estudiantes normalistas del estado de
Guerrero, o sea que lo insta a que acepte la culpabilidad manifiesta que le
hacen los ciudadanos en una acusación directa (dirigida al señor Peña Nieto), -que
en estos momentos debería afrontar sin discursos demagógicos, dejar su posición
de rico, disfrazado burdamente de limosnero- y generar con sus propios
recursos, los miles de empleos que exige el país, aceptando que “gobernó” a su
pueblo asumiendo una actitud de emperador y que tiene que pagar con cárcel, y
dimitir a un cargo que más bien fue una usurpación del poder para beneficio
propio. Este viene siendo el costo político (entre un montón de acusaciones)
causado últimamente por el dispendio discutido en lo del avión, y la mansión
–casa blanca- que supuestamente construyó su esposa con dinero –dizque- de su
cuenta bancaria, agregando el viaje aéreo que hizo la hija a Europa en otro
avión, éste de la Fuerza Aérea
de México.
Pero
surgen las preguntas obligadas: ¿Dónde está la promesa de prosperidad que tanto
pregonó con las reformas? ¿Dónde acomodarán a los millones de desempleados,
mientras saquean lo que queda de las riquezas mexicanos pidiendo ayuda a los
países ricos, que en caso de otorgársela será a través de préstamos con grandes
intereses o de explotación de los propios ciudadanos en empresas de chupópteros
asentadas en el propio suelo? ¿Dónde van a acomodar y disipar las miles de
quejas conque le están acosando los
mexicanos indignados?
Continúan
los actos públicos en contra de “el niño mimado”, el actor de tele novela, que
cómodamente se dispuso a servir a un grupúsculo de traidores a la Patria , en el puesto más
alto de su país… Pero de pronto lo sorprende en plena actuación -“lo agarra
fuera de base”- la realidad cruda y resentida de un pueblo que acaba de
comprender que cayó en manos de un sujeto falto de responsabilidad y que a
pesar de cometer actos reprobables, no se da por enterado y se va del país a
buscar ayuda… cómo quien dice: emprende “la graciosa huida”.
A
su regreso encontrará el descontento general y se dará cuenta de que en su
mismo gobierno no tiene gente de confianza porque solamente “le han dado
cuerda” y sus manejadores (léase el sistema) así lo decidió para zafarse de él,
pues ya no le sirve, y acepta sin hacerlo público, haberse equivocado
rotundamente al escogerlo como mandamás de su equipo… “el que con niños se
acuesta…”
Ahora
surge otra cuestión: ¿Quién podría sucederlo? ¿Van a desprenderse de él
aduciendo separación del cargo por enfermedad o lo van a dejar proseguir porque
barruntan que calmarán el desasosiego multitudinario? ¿En qué situación van a
quedar los que se decían “amigos” de él?
Pero
el problema del desempleo sigue latente y con seguridad continuará en forma
ascendente hasta desprender un hartazgo ciudadano parecido al asco que ahora
sienten por la politiquería desatada en todo el país.
Es
la ocasión de realizar un cambio de funcionarios conformado por verdaderos
ciudadanos responsables con el puesto y patriotas a carta cabal, no títeres de
otros líderes que siguen esquilmando a nuestro pueblo, engañándolo con vileza y
desvergüenza, a los que hay que encarcelar de por vida… pero para ello tendría
la sociedad civil que encontrar nuevos carceleros, porque si se quedan los
mismos más tardaría en meterlos que ellos en salir.
Deben
buscarse las mejores opciones para obtener verdaderos resultados que convengan
a la ciudadanía, no que la comprometan.