Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez
“Francisco Alegría me conocía muy bien porque
toda su familia estudió en México, y de alguna manera allá nos veíamos, y no
tuvo ninguna objeción en contratarme. Nosotros estábamos por contrato en
Tele-secundaria, a veces pasaban meses sin
que nos pagaran, no teníamos ISSSTE, las condiciones laborales eran
paupérrimas, dábamos clases debajo de los árboles, no teníamos ni siquiera
televisión… Nuestros alumnos eran muy pobres, apenas sí tenían para venir a la
escuela… otras veces se los llevaban a trabajar y nos quedábamos sin
estudiantes, durante el tiempo en que los ocupaban.
Ya
para 1987, don Emilio nos ayuda construyéndonos un aula, ahí en San Andrés,
nosotros –los maestros de la
Tele-secundaria- seguíamos comentando, platicando sobre las
injusticias que cometían contra nosotros, y ya para 1989, hicimos un movimiento
pacífico, en el cual salimos a la calle y los padres de familia nos apoyaron,
también salieron a la calle, le pidieron al gobernador que nos basificara, y
fue precisamente Celso Humberto Delgado, quien nos basifica.
Posteriormente
nos incorporan al Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, y yo en ese
momento me desligo de la
Tele-secundaria porque no comulgo con el SNTE, por la
política que ellos llevan, me uní a otro grupo de compañeros que estábamos
ligados a la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y nuestra
pequeñísima parte –siete u ocho compañeros que ahí estábamos criticando al
SNTE- de todas las injusticias que se cometen contra los trabajadores.
Un
tiempo después, por ahí en el 90… en una visita que hago a la Secretaría de Educación
Pública, allá en Ciudad del Valle, me dicen los compañeros que habían quemado
libros de Tele-secundaria, en esos precisos momentos –cosa curiosa- pasa Celso
Humberto Delgado, y le pido que se detenga a mitad de calle; el gobernador, -de
alguna manera ya me había visto en algún movimiento- se para y me dice: ¿qué
quieres? Y yo le contesto que quiero hacerle una denuncia, quemaron libros de la Tele-secundaria,
no sé las razones, pero eso es un delito, son libros que sirven todavía.
En
ese entonces el secretario de Educación era Nacho Langarica, se hacen las investigaciones
y Nacho es expulsado de la Secretaría. Claro,
con adornos políticos, pero Langarica es dado de baja por Celso Humberto por
haber quemado los libros.
En
esa ocasión el mandatario le dice a Nacho que me de una explicación porqué
había incinerado los textos, y éste argumentó que porque le estaban causando
bichos raros. En respuesta al gobernador le dije: sí están haciendo pensar a la
gente.
Nacho
Langarica fue considerado como “El Nerón de la Cultura”. Yo lo seguí
viendo en la calle y como nunca le tuve miedo ni recelo ni nada, ni él para
conmigo; político él también y no digo que fuimos amigos, simplemente me fue
indiferente.
Llega
Toño Echevarría, al poder y salgo con mis muchachos y los padres de familia en
un evento ejidal, y le pido que me construya un aula, porque ya no cabíamos,
eran dos aulas y los grupos eran tres… En ese entonces estaba de Secretario de
Educación Pública un profesor que le apodaban “El Tiburón”, entonces el
gobernador le da la orden de que me acompañe a la Escuela, y al ver “El
Tiburón” las condiciones en que estoy trabajando le dice a Toño que me va a
mandar construir dos aulas más. Así que ya tengo cuatro. En ese año, llevamos a
cabo, a manera de experimento de inquietud, un ensayo en San Andrés, pusimos
una preparatoria, pero con el apoyo de la Televisión Educativa,
que era la Tele Prepa,
-corría el año de 1999), y llevo a cabo ese experimento en la Escuela con muchachitos
que no habían podido venirse a Tepic a estudiar.
Ahí
hacemos un experimento de un año, de Preparatoria, con los programas televisivos
de México, apoyándonos con lo que tenemos en Tele secundaria, y además haciendo
los comparativos con los de Preparatoria 13. En ese año el agotamiento que tuve
fue muy fuerte. Me enfermé por ahí ya en julio-agosto de 1999, y decidí
suspender la
Preparatoria.
El
permiso de la
Preparatoria lo conseguí con la Maestra Ofelia Domínguez, ella
me da el permiso para que yo haga una Preparatoria Experimental, pero era
particular y estaba siendo analizada para poder traer el proyecto de Tele
Prepas a Nayarit, en fin, doy de baja a mis alumnos, incorporo a los que van a
segundo grado ya, los incorporo a la
UAN, a la
Prepa 13 y a la
Prepa 1, y obtengo un permiso para dirigirme a la ciudad de
México, ahí me informo y me doy cuenta de que la
Tele Prepa está aprobada para Nayarit, con
el consentimiento de Toño Echevarría, en ese estonces el secretario de
Educación era Jesús Castañeda, él puede precisar más estos datos.
Me
regreso a mi tierra ya más tranquilo, yo ya no trabajo en Tele Preparatoria,
dejo el proyecto y que otro lo disfrute, no hay problema.
Para
2008, con Felipe Calderón, surge otro tipo de exámenes y para ese año logro
colarme al segundo lugar estatal, para el 2009 consigo el primer lugar estatal,
por encima de particulares, estatales, generales, técnicas y demás. Es decir, la Escuela de San Andrés, se
vuelve en un momento dado, el líder de la educación, de la enseñanza y de
aprovechamiento aquí en Nayarit, y me toca ir a la ciudad de México a recibir
el premio de la mejor escuela de mi estado, que era la Tele Secundaria de San Andrés,
Manuel Rodríguez, Primera, y el premio es para la escuela. Me dan un diploma,
unos libros, etcétera. Incluso un reconocimiento firmado por Elba Esther
Gordillo. El SNTE también nos otorga nuestros diplomas.
Ya
en ese año, 2009, la Escuela
de San Andrés llega al Sexto Lugar Nacional en Nivel de Aprovechamiento, y ya
para el 2010 pasamos al lugar número 14, en la prueba Enlace.
Ya
para salir Ney González, nos va a premiar con un billete, claro que llega de
México, a los maestros que hemos estado ganando el Enlace; porque la Escuela en donde yo estoy
siempre ha estado entre primero y segundo lugar, las únicas escuelas que han
estado por encima de nosotros, son las particulares, donde se ha dado la lucha
más fuerte en cuanto a nivel de aprendizaje, de enseñanza… Entonces cuando
fuimos premiados por Ney González, nos dan un billete, agarro el cheque y le
digo a Ney, “le cambio mi cheque por el bardeo de la Escuela, ¿qué le
parece?... Me contesta el Gobernador: Endósalo. Tendrás tu barda.
Pocos
minutos después, lo hace público ante todos los compañeros, y les dice: El
profesor Fernando Velázquez, de la Tele Secundaria de San Andrés, es un ejemplo a
seguir como persona… Fíjense, me acaba de regalar su cheque a cambio de la
barda de su escuela, él renuncia a su privilegio del cheque, para darle todo a
su escuela… Va a tener su barda.
En
efecto, manda construir la barda de la escuela, de 70 por 70, y en esa misma
semana me habla y me dice: Profesor, pase usted a la secretaría a recoger su
cheque… Usted también tiene derecho a gozar de ese premio.
Estos
son los mejores recuerdos que tengo. En esto de la trayectoria de mi vida pues
hemos tenido experiencias muy halagadoras, por ejemplo, una fue que estando el
gobierno construyendo de terracería la carretera, pues estaba muy bonita pero
era de ese material, y ya se iban a retirar las máquinas y le dije al
presidente del ejido: (al señor Francisco Torres, que en paz descanse), Oiga
Pancho, ya se van a llevar las máquinas, ¿no van a pavimentar?
-Pos
sabe- me contestó, -a mi me dijeron que sí pero ya se van… En esos momentos le
dije a Pancho: Me puede usted firmar un papel donde pide la pavimentación de la
carretera.
Le
hice varios oficios, entre ellos para la Maestra María Eugenia Jiménez y
a varios diputados del PRI, que no recuerdo quiénes eran. Me fui a México con
los papeles, que entregué en la
Cámara de Diputados, y a los 15 o 20 días vino la respuesta:
Me fueron a visitar a la escuela y me dijeron, el problema de la carretera está
resuelto, dentro de unas cuantas horas van a empezar ya a pavimentar…
También
otra de las experiencias, ahí en el ejido pues nunca hay agua, y por un
pedacito de terreno les pedían hasta un millón de pesos por permitirles sacar
agua de ese terreno, y pues el ejido no
está para eso, la gente no tiene ese dinero… Yo tenía dos alumnos que me habían
platicado que ellos buscaban dónde había agua y les dije que no creía en esas
gentes, que eran charlatanes…
Esas
investigaciones, los señores son empíricos, lo hacen con horqueta de guayabo.
Un día me cayeron a la escuela el padre de uno de ellos, que iban de aquí de
Tepic, a estudiar allá; que por cierto ya habían sido corridos de un colegio,
del Colegio México porque no los podían controlar. El señor estaba muy contento
con la enseñanza que se le estaba dando a su hijo allá en San Andrés, llevó al
señor este, al empírico, a hacer un estudio para ver dónde había agua; la
escuela tiene un terreno, una parcelita, y los llevé a ella (porque esa era la
solución para que el pueblo tuviera agua.) Y me dijo –pulsando las varitas-
mire profe, aquí en este terreno hay agua… Usted puede probarlo, mire pruébelo.
Yo hice el experimento y efectivamente con las horquetas de guayaba se le doblan
a uno las manos y en efecto se van doblando por un efecto magnético, un efecto
eléctrico… y le dije que les iba a regalar el terreno para que les dieran el
líquido vital a los pobladores de San Andrés.
Cuando
íbamos en la carretera le dije a ver párate aquí, aquí también hay agua…
sacamos la horquetas y me dijo en este terreno pasa un río, aquí hay muchísima
agua, pruébalo profe… Y probé con las horquetas, y casi me torcían las manos.
Llegando a Tepic, como a las cuatro de la tarde, le hablé a la esposa del dueño
del terreno y le dije: Oiga doña Gila, encontramos agua en su terreno, ¿nos
regala un pedazo de él para hacer ahí el pozo?
El
que quiera, profe, el que quiera. Oiga ¿y su marido. Déjemelo a mí. Al día
siguiente fui al rancho y le pregunté a doña Gila que si estábamos en lo dicho.
En lo dicho estamos, con tal de que haya agua para el pueblo ahí que se haga…
Ahorita
el pueblo tiene una cantidad de agua enorme, con ese pozo artesiano. Y también
hemos tenido desgracias, como la que le sucedió a los indígenas, cañeros, en
Camichín de Jauja, donde murieron como unos cinco, ya eran casi las ocho de la
noche cuando me entero de esa tragedia… Voy al hospital veo a los indígenas
tirados, algunos heridos y me dijeron que los muertos no estaban ahí están en otra
parte… Los dolientes me pidieron auxilio y me fui a mi casa a traer un cheque
para ayudarlos… En el camino me encuentro a la Lic. Rocío Flores, y me
hizo saber que en esos casos había que hablarle a una tal Lupita, que era
secretaria de Ney… Me identifiqué con aquella señora y le dije que solamente
tenía mi cheque, que no sabía si me alcanzaba para dar el enganche, son como
cinco mil pesos… La señora Lupita habló con Ney y me dijo que las cajas estaban
pagadas…
Hay
niños que no tiene medios para estudiar, y nosotros los ayudamos. Y creo que en
lo personal, estoy contento con mi vocación porque he tratado de ser
congruente, con lo que pienso y hago y estoy seguro de que jamás le voy a pagar
al pueblo y a la Secretaría
de Educación Pública, lo que hicieron por mí, porque fui un niño consentido de
dicha secretaría, estuve becado, nuca me cobraron en la escuela, estuve en las
mejores escuelas del país, tuve buenos maestros y además tengo hasta trabajo,
la misma secretaría me dio para comer. Y CREO QUE LA SATISFACCIÓN VENDRÁ
DESPUÉS DE LA MUERTE. AUNQUE
TENGO MIS 32 AÑOS TRABAJANDO, NO PIENSO RENUNCIAR A MI TRABAJO NI PIENSO
JUBILARME”.
(Continuará)