Cerramos el 2023 con un desempeño económico mejor al anticipado.
Se espera que la economía mexicana tenga un crecimiento anual de 3.4%,
superando todos los pronósticos que tenía el mercado a inicios del año. Esta
fortaleza se explica por un consumo dinámico, un aumento significativo de la
inversión, y una actividad económica estadounidense mayor a la pronosticada.
Los datos al tercer trimestre del 2023 reflejan un crecimiento
anual de 3.3%, siendo los servicios, la construcción y la producción automotriz
los sectores más dinámicos. Particularmente, el consumo ha mantenido una
tendencia al alza, explicada en gran medida por un mercado laboral con bajas
tasas de desempleo, así como la recuperación del poder adquisitivo del salario
mínimo y la fortaleza de los salarios reales.
La inflación ha presentado una tendencia descendente con algunos
repuntes en los últimos meses a raíz de reducciones en el subsidio a
combustibles y por el incremento del déficit público; se espera que cierre el
año alrededor del 4.5%. Insistimos, ha tenido una lenta desaceleración y aún se
ubica por encima del objetivo del Banco de México (3%+/- 1%). La variable más
relevante son las mercancías alimenticias, por su impacto para los hogares, que
a noviembre presentaron una inflación de 6.46%.
Por su parte, la inversión ha tenido un fuerte repunte impulsado
por el fenómeno de relocalización de las cadenas de suministro o Nearshoring.
La inversión como porcentaje del PIB al tercer trimestre del 2023 se ubicó en
24.7%, muy cerca de los niveles recomendados para promover niveles de
crecimiento sostenidos. A septiembre de 2023, se captaron 32.9 mil millones de
dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) cifra superior a lo registrado en
el mismo periodo del año anterior, siendo Ciudad de México, Nuevo León y Sonora
las entidades con mayor recepción.
Más aún, México se ha consolidado como el principal socio
comercial de Estados Unidos. De enero a octubre de 2023, el 15.5% de las
importaciones estadounidenses fueron provenientes de México, desplazando a
China al segundo lugar con un 13.9%. En este sentido, el dinamismo de la
economía estadounidense ha sido un factor fundamental para potenciar el
crecimiento y la inversión en nuestro país.
En cuanto al empleo, de enero a noviembre de 2023 se han
generado poco más de 1 millón de empleos. Sin embargo, es importante destacar
que aún estamos por debajo de la meta de 100 mil en promedio al mes para cubrir
la demanda de jóvenes que se incorporan al mercado laboral.
Factores que preocupan y se convierten en herencia para 2024 son
el elevado déficit fiscal y el crecimiento de la deuda que a noviembre de 2023
alcanzó los 14.6 billones de pesos, cuando en 2018 era de 10.8 billones.
El
2024 es una oportunidad para sacar mayor provecho a la relocalización de las
cadenas de producción
Recientemente, instituciones financieras y organismos
internacionales han mejorado sus perspectivas de crecimiento para México en
2024. La expectativa es que el país crezca entre 2% y 2.5%. La razón detrás de
un menor crecimiento con respecto a 2023 es la desaceleración que se espera
para Estados Unidos como resultado de un contexto de altas tasas de interés y
un agotamiento de los ahorros que tenían los hogares por los apoyos que se
otorgaron durante la pandemia.
De observar que se retome y mantenga la tendencia descendente de
la inflación, podríamos esperar que durante el año el Banco de México comience
el ciclo de reducciones de la tasa de interés. Sin duda, esto podría significar
un estímulo adicional a la inversión y al consumo.
A pesar del debilitamiento de la economía estadounidense, México
tiene las condiciones para ser resiliente gracias a una economía interna
dinámica y un mayor aprovechamiento del fenómeno del Nearshoring. Aunque hemos
visto cifras altas de Inversión Extranjera Directa, estas se refieren en mayor
medida a reinversiones de empresas extranjeras ya establecidas en nuestro país.
Ante el contexto de relocalización de cadenas productivas, aún hay un mayor
potencial por atraer nuevas empresas como ya lo están haciendo países como
Vietnam, Polonia, República Checa o el mismo Estados Unidos.
Para aprovechar en mayor medida el apetito por relocalizar las
cadenas de suministro necesitamos incidir en los elementos que inversionistas y
empresas señalan que son los principales obstáculos: el Estado de Derecho y la
inseguridad. Más aún, se mencionan otros limitantes para las decisiones de
inversión como lo son la calidad de la educación, y la escasez de energía y
agua.
Si bien 2023 fue un buen año para la generación de empleo
formal, aún hay retos que permanecen en el mercado laboral. Promover un
desarrollo verdaderamente inclusivo se requiere reducir la tasa de informalidad
laboral que se ubica en 54.7% de la población ocupada total. Para eso se
requieren incentivos que promuevan la generación de empleos formales y la
simplificación de trámites que permitan reducir los costos que enfrentan las
empresas.
El sector empresarial ha promovido una agenda robusta que
fortalece la calidad del empleo formal que incluye el aumento al salario
mínimo, la reforma pensionaria, las vacaciones dignas, entre otros; sin
embargo, todo esto ha tenido un aumento en los costos laborales. Por ello,
cualquier reforma laboral adicional debe partir de un diálogo tripartito y
analizarse con profunda cautela para evitar la pérdida de fuentes de empleo.
El 2024 será un año con mayor incertidumbre por los procesos
políticos que tendrán lugar. En materia económica, consideramos fundamental que
las candidaturas incluyan propuestas de gran calado para fortalecer al sector
energético, permitiendo la participación del sector privado e impulsando las
energías limpias. Así mismo, las propuestas en materia fiscal, que permitan
asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, deberán evitar afectar a
la inversión y las fuentes de empleo. En lo que corresponde a los gobiernos
locales, las propuestas sobre simplificación regulatoria y gobierno digital
serán cruciales para la atracción de inversiones y la creación de empresas y
empleos.
El Modelo de Desarrollo Inclusivo (MDI) que impulsamos busca generar crecimiento económico para todos. Las propuestas en materia económica del Modelo las estaremos presentando a todas las fuerzas políticas y a sus candidatos para que sea considerado en las plataformas electorales. ¡Porque todos tenemos algo que aportar y porque nadie es mejor que todos juntos