Por: Lorena Meza Reyes.
Guadalajara, Jalisco 19 de Octubre del 2013
Drogas auditivas, Su uso se confunde con el de escuchar una
canción: los usuarios ubican un lugar callado en el que puedan acostarse o
sentarse, se colocan audífonos que aíslen el sonido exterior y se vendan los
ojos. Así, están listos para alterar su cuerpo si pensar en los efectos nocivos,
muchos chicos piensan que como no inyectan, inhalan, untan o beben no son
nocivos, pero el efecto es el mismo en cuanto alteraciones de órganos se refiere.
Hoy
en visita por la ciudad de Guadalajara viví una experiencia de la cual solo
había leído,
Aborde
el tren ligero en compañía de mis dos hijas, nos acomodamos y de pronto veo a
un chico de unos 18 años con aspecto de drogado, respiraba en ocasiones con
dificultad y aparentemente estaba mareado, pues se tambaleaba y no era la
inercia de los movimientos del transporte, sus ojeras eran pronunciadas, boca
seca, pálido en si todos los signos de un chico drogado.
En
su mano llevaba un celular, al cual con cinta le pego un tipo bocina que hizo
de una botella de plástico de algún refresco, de la parte de la roca donde
sella la tapa la pego a la bocina del celular y la usaba como alta voz, al verle de entrada
me imagine que inhalaba directo de este artefacto, pero después cuando preste
atención, pude ver lo que el intentaba hacer y me horrorice de pensar que en un
futuro esto se puede dar.
El
chico efectivamente estaba drogado pero por una droga auditiva, y el intentaba
hacer con este “altavoz” que los pasajeros de su alrededor se contaminaran auditivamente
de la droga, el enfocaba el sonido directamente al oído de la pasajera de lado,
y cuando ella volteaba el disimuladamente lo volteaba, y se lo enfocaba en sí
mismo, durante el trayecto en ocasiones el chico simulo inhalar de este
artefacto y su actitud era de desesperación y de pronto su mirada se perdía en
el sonido de lo que reproducía su celular.
Por
suerte el transporte se encontraba con demasiados sonidos urbanos como para que
pudiera lograr el objetivo, pues en el altavoz del tren, se escuchaba la voz
femenina que anuncia la próxima estación, de igual forma el murmullo de las
personas que conversaban, así como el sonido propio del transporte, solo que
esto me hizo ver lo vulnerable que nos encontramos las personas que usamos el
transporte público a que se nos drogue con algo que desconocemos, que a simple
vista tenga apariencia de inofensivo tanto así que los guardias de las estaciones
no se percatan de esto.
Hasta
el momento se dice que para que surjan efecto tiene que estar concentrados
plenamente en el sonido, pero si hemos llegado a permitir que se desarrollen
estas drogas sin que se hable mucho de ellas y se vean como ofensivas, cuanto más
podemos permitir, usuarios de estas drogas comentan: “No es una canción, sino
puros sonidos extraños y cuando acaba te levantas todo drogado, según lo que
hayas escuchado. A veces bien contento, otras como anestesiado”
“Seguido
de eso inicia la euforia, el usuario entra en un estado que alterna el
despertar y la somnolencia. Soñarás mientras estás despierto y estarás
despierto mientras duermes. Como ninguna dosis que conozcas.
Si
has usado nuestra dosis de opio, multiplica esto por diez y apenas estarás
cerca”, se lee en una descripción web que promueve la droga auditiva, cuya
duración es de 30 minutos.
“Alguien
compra la droga en Internet y nos la pasamos a los ipods o a las computadoras,
al fin son puros sonidos y no te estás metiendo nada”,
‘Mariguana”, ‘Cocaína”, “Peyote”, por un pago en lineade entre 5 y 30 dólares, o gratis, estos archivos de audio se
instalan en la computadora, y generan reacciones iguales a las de
estupefacientes clásicos