Tepic,
Nayarit; 20 de noviembre de 2013.
Por: Lorena Orozco Orozco
Fueron dos
las presentaciones del libro “Los Malditos” las que hizo Jesús Lemus Barajas en
Tepic, una en el auditorio de economía de la Universidad Autónoma de Nayarit, y
el otro en las instalaciones de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.
A los chicos
de comunicación y medios de la UAN, les
dio un consejo: “respetar el ejercicio periodístico; y no confundir éste, con
la libertad de expresión”. Afirmó que Juan de Las Pitas puede expresarse
libremente, pero que no cualquiera puede llamarse periodista y cumplir
cabalmente con la obligación social que esta profesión implica.
El ejercicio
periodístico no es un derecho, argumentó, pues un derecho lo ejerces si
quieres, y una obligación, como la palabra lo dice: tienes que cumplirla. Así que eso es lo que él hizo; siguió siendo
periodista en la cárcel, donde fue confinado injustamente en el 2008, y pudo
plasmar en su libro la desgarradora experiencia personal, pero también de los
reos a los que conoció en el penal de Puente Grande, en Jalisco.
Afirmó que
en la penitenciaría se llora todos los días, pero también se canta; que los que
no lloran y no cantan, no son bien
vistos, porque no son “normales”, se les jodió el chip, algo pasó que ya no
reaccionan como lo hace la mayoría de los encarcelados.
Su “mejor
amigo”, allá adentro, con el que tuvo
mayor empatía, fue con Rafael Caro Quintero, a quien quisiera hacerle una
entrevista ahora que ambos están libres, pues él obtuvo su libertad en el 2011,
mientras que el capo de la droga, hace sólo unos meses.
De las
pláticas que tuvo con Daniel Arizmendi, “El Mocha Orejas”, con Mario Aburto,
asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, del que le quitó la vida a Ruiz
Massieu, del Duby, de la banda de narco-satánicos, y otros personajes, es que
salió la narrativa del libro “Los
Malditos”.
Al leer el
capítulo de los narco-satánicos, que es un tema escabroso, porque él Duby,
sigue siendo adorador del diablo, y expresando su convicción de que un día va a
salir libre porque “él” lo va a sacar, me hace reír porque otro de los reos, lo
increpa y le dice que si es tan poderoso y hasta se hacía invisible, porque no
se hizo invisible el día que lo atraparon y lo reta a que se haga invisible en
su celda y se meta a donde está para que se agarren a golpes.
Algunas
personas del público ya leyeron su libro, y le preguntan al escritor acerca de
tal o cual personaje que les llamó la atención; de manera libre inquieren sobre
el sentir de Lemus a la hora de escribir
el libro, y dice que lo escribieron en coautoría Johnny Walker y él, pues le
daba un trago a la botella de vino, y escribía, porque el dolor no le permitía
hacerlo por sí solo.
La tortura
física que recibió en la penal, fue cruel, muy cruel, reconoce, pero la
traición del gremio, el hecho que sus mismos compañeros publicaran que era un narco-periodista, el rechazo y el
vacío que le hicieron fue peor, consideró.
Ahora es
cuidadoso, se esmera en lo que escribe, sigue siendo periodista, pero con una
visión diferente de la vida, hay un antes y un después del encarcelamiento;
ahora tiene más miedo, se sabe más vulnerable, pero eso sí no deja de lado la
pasión por el ejercicio periodístico, y
ahora le ha entrado el gusto por escribir libros, pues adelantó que está por
publicar otro, del que seguramente pronto tendremos noticia.
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