económico, que afecta a todos los países. Por ejemplo, socava
las instituciones democráticas al distorsionar los procesos
electorales, pervirtir el imperio de la ley y crear atolladeros
burocráticos, cuya única razón de ser es la de solicitar
sobornos. También atrofia los cimientos del desarrollo
económico, ya que desalienta la inversión extranjera directa
mientras a las pequeñas empresas nacionales les resulta a
menudo imposible superar los «gastos iniciales» requeridos
por la corrupción.
El 31 de octubre de 2003, la Asamblea General aprobó la
Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción,
que entró en vigor en diciembre de 2005, y pidió al Secretario General que designara a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) como la secretaría para la Conferencia de los Estados Partes de la Convención 58/4 .
Para crear conciencia contra esta lacra y difundir el valioso papel de la Convención a la hora de luchar contra ella y prevenirla, la Asamblea también designó el 9 de diciembre como Día Internacional contra la Corrupción.
Se sabe que en los países en los que se perciben altos niveles de corrupción, el ingreso percápita es menor; la distribución del ingreso es más injusta; hay bajos niveles de inversión extranjera y nacional, así como bajos niveles de crecimiento económico. El grado de desarrollo de un país está relacionado negativamente con los niveles de percepción de la corrupción, por lo que podemos decir que ésta es una de las características del subdesarrollo.
La corrupción hace que se destinen recursos públicos a proyectos en los que hay más probabilidades de obtener un beneficio personal, mejor conocidos como "elefantes blancos", a costa de las prioridades del desarrollo del municipio, del estado o del país. Estos "paquidermos" no solamente alejan recursos de las necesidades reales de inversión, sino que con el afán de lucro, sus promotores suelen transgredir normas de seguridad y de protección al ambiente, causando pérdidas adicionales para la sociedad y para el ecosistema.
El relajamiento en las normas jurídicas promueve la corrupción, favorece el fraude, la evasión fiscal y el crecimiento de economías informales. La corrupción también lastima a los sistemas de procuración e impartición de justicia y reduce en general la calidad de los servicios públicos. La corrupción no solamente genera más corrupción, sino que promueve la impunidad y limita la capacidad de los gobiernos para combatirla, creando un círculo vicioso que de no detenerse, puede crecer y volverse incontrolable.
México se ubica en la posición 106 de 177 países en el Índice de Percepción de la Corrupción 2013
- México obtuvo una calificación de 34 puntos, lo que lo ubica en la posición 106 junto con Argentina, Gabón y Níger
El día de hoy se hicieron públicos los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción 2013 (IPC 2013). El índice clasifica a 177 países del mundo a partir de la percepción de los niveles de corrupción que existen en su sector público. El índice se construye en una escala que va de 0, donde la percepción de corrupción es más alta, a 100, donde la percepción de corrupción es menor. Dinamarca y Nueva Zelanda obtuvieron 91 puntos, que los ubica como los países percibidos con menor corrupción en el mundo. Afganistán, Corea del Norte y Somalia obtuvieron una calificación de 8 que los ubica en la posición 175 de este índice.
La presidenta de Transparencia Internacional, Huguette Labelle, indicó que “la corrupción es un problema universal, afectando todos los países en temas que van desde los permisos y licencias hasta los grandes contratos públicos y el financiamiento de campañas”.
México obtuvo una calificación de 34 que lo ubicó en la posición 106 de 177 países. En el continente americano, Canadá es el país mejor ubicado ocupando la posición 9 a nivel mundial. En América Latina, Uruguay ocupó la posición 19 de 177 y Chile la posición 22. La diferencia entre el país mejor ubicado en América Latina y México es de 87 posiciones.
En el IPC 2013, Brasil y Sudáfrica se encuentra 34 posiciones por arriba de México, China 26 y la India 12. En comparación con los países “BRICS”, sólo Rusia se encuentra por debajo de México, 21 posiciones . Entre los países que integran la OCDE, México se ubica en la última posición de la tabla por debajo de países como Italia y Grecia.
Ante los resultados de este índice, Transparencia Mexicana considera que México debe trabajar en cuatro frentes:
- Consolidar un auténtico Sistema Nacional de Integridad, que incluye la reforma constitucional en materia de acceso a la información pública pero que también requiere fortalecer los órganos de fiscalización y control, un nuevo régimen de responsabilidades para los servidores públicos y mecanismos efectivos de rendición de cuentas.
- Identificar buenas prácticas y experiencias exitosas de control de la corrupción en cualquiera de los sectores público, privado y social que puedan generalizarse y replicarse en todo el país .
- Avanzar en la implementación de la Reforma de Justicia Penal, reduciendo con ello los espacios para la impunidad.
- Transformar la relación entre gobierno y sociedad mediante políticas de Gobierno y Parlamento Abierto.
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