Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez
Por ahí, hurgando entre viejas
revistas, me encontré este artículo escrito por Claire Sterling, en el que cito
algunos trozos para que nos enteremos de las desventajas de aceptar lo
inaceptable…
“Hasta
ahora se dio por supuesto que los inmensos lagos artificiales significan
progreso instantáneo para las naciones en desarrollo; sin embargo, cuando ya es
tarde para remediarlos, advertimos que esas obras traen grandes males
ecológicos”.
Empieza
con una pregunta cuya respuesta es obvia: “¿Qué ocurre cuando detenemos la
corriente de un río (en este caso el San Pedro) y formamos un inmenso lago
artificial que antes no existía? Sin pensar mucho en las consecuencias… En los
dos últimos decenios se procedió a construir docenas de grandes presas en todo
el mundo, desde Pakistán a Ghana, desde Egipto al Brasil… Todos creíamos que
los enormes embalses significan progreso instantáneo, y no fue difícil
persuadir a los países en desarrollo de que nada es tan eficaz como uno de
ellos para el rápido “despegue” económico. Pocos se preocupan por los efectos
posteriores de esas obras en el equilibrio ecológico.
Sin
embargo, los países que han hecho grandes presas empezaron, en los últimos
años, a comparar sus experiencias y a descubrir que, cuando un dique represa
las aguas, todo cambia: la composición química del agua, la variedad y el
número de especies de la flora y la fauna indígenas, la vida y las costumbres
de toda la población que antes habitaba la tierra convertida en lago, la
fertilidad y salinidad del suelo aguas abajo (caso la Presa Aguamilpa en Nayarit),
las presiones sobre la corteza terrestre y, por tanto, el peligro de
movimientos sísmicos y deslizamientos de tierras. Y aparte de que estas alteraciones
plantean problemas tangibles y múltiples, no les dan el progreso que prometen.
Se suponía que los mayores logros de la
construcción de una presa eran agua para el riego y energía hidroeléctrica en
cantidades ilimitadas. ¿Qué maravillas no derivarían de ello –preguntaban los
planificadores del desarrollo— para las naciones mal alimentadas que luchan con
el problema de una población excesiva e insuficientes tierras de cultivo?
¿Cuántos “despegues” económicos serían posibles con la energía eléctrica que se
iba a generar? Menos de los esperados, según parece.
…Pero
no solo es cuestión de tierras. Las familias que han vivido durante siglos
donde se forman los lagos y los ríos, pueden languidecer y morir por el
insoportable trauma que les produce verse obligados a abandonar sus casas
solariegas y las tumbas de sus antepasados. Siempre que se ha construido una
presa en África, el lago artificial y los canales de riego han traído también
una epidemia de enfermedades trasmitidas por las aguas. Esto ocurre en parte
porque los naturales, acostumbrado a hacer sus necesidades en el monte, las
hacen en el agua.
EL
CARACOL VECTOR DEL ESQUISTOSOMA
Hay
un caracol que no ataca al hombre, simplemente es portador de un trematodo
parásito de la sangre que puede multiplicarse 50,000 veces en cuatro meses.
Cualquier persona sana que meta el pie en aguas infestadas puede ser invadida
por la lombriz, sin que una picadura o un rasguño se lo prevengan. Una vez
alojada en el torrente circulatorio, esta lombriz vive muy a gusto,
reproduciéndose a perpetuidad. Por la continua reinfección, ningún tratamiento
conocido tiene efecto duradero. La víctima puede morir de esquistosomiasis,
pero lo más frecuente es que se vea condenada a sufrir grandes dolores y
agotamiento. Casi nunca puede trabajar más de tres horas al día. De los 30
millones de habitantes que tiene Egipto, 14 millones sufren hoy de
esquistosomiasis, y ha subido de un modo alarmante el índice de infección en
zonas que antes no tenían riego artificial y que están hoy cruzadas por nuevos
canales. (¿No estamos ahora hablando del Ébola?)
La
lista de los peligros que traen las súper-presas sigue creciendo… La
construcción de presas ha ocasionado deslizamiento de tierras, lo mismo que
terremotos, como el que ocurrió en la
presa Koyna, en la India ,
en el cual perdieron la vida 200 personas.
… No
todos los proyectos de las grandes presas se están desechando, pero los países
pobres deberían preguntarse si los posibles beneficios justifican el tremendo costo. Ahora saben que
una vez construida una presa gigantesca, ahí queda, quebrantando eternas leyes
naturales y desalojando a la población.
Y
nadie regala las presas. Todo lo que hacen los países ricos es ofrecer moneda
fuerte, técnica y equipos… en préstamo y con intereses. Al fin y al cabo, son
los países pobres los que tienen que pagar, pagar y pagar…”
*Control…
Señores… Control… Este artículo fue escrito en el mes de diciembre de 1972 y
publicado en Selecciones del Reader´s Digest… Las notas en paréntesis son de un
servidor… ¿Todavía tienen alguna duda de que este tipo de presas causa daño en
lugar de beneficio? PRESA DE LAS CRUCES Y CANAL EN RECOSNTRUCCIÓN: ¡NO, NO Y
NO!
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