jueves, 18 de diciembre de 2014

Tan difícil… y tan fácil

Líneas
Por: José Ma.- Narváez Ramírez.

Pues no señores, no se trata de una dama que se nos haya puesto muy trabajosa para la conquista y que se “casque” los moños durante un buen tiempo, para de pronto hacerse la facilita y permitirnos llegar más allá de los límites de la razón, y entregarnos la prueba de amor que todos les pedimos –siempre y cuando no haya de por medio un papel signado por el juez del registro civil o de Banco- y todo arreglado…
         Se trata nada más y nada menos que de los sueldos y aguinaldos que desde unos días para acá están recibiendo (los suertudos que tienen trabajo) y proceden a gastarlo de inmediato encandilados por las ofertas de todos los días en las grandes tiendas de auto-servicio, y las vendimias que se colocan estratégicamente al paso del peatón ofreciendo todo lo que usted pueda imaginar, para hacer que se les afloje el codo y se gasten en un santiamén lo que con mucho trabajo fue reunido por la misma gente a través de sus impuestos, y que –con todo derecho- el usuario va a derrocharlo en un abrir y cerrar de ojos.
         Con toda seguridad que no piensa en los consejos del abuelo cuando le está friega y friega machacándole que ahorre, que guarde lo que pueda para capotear los primeros días del año venidero y llegan las vacas flacas a hacer de las suyas en los presupuestos familiares.
         Pero ¿quién va a pensar en esas nimiedades? ¡Hay que comprar todo lo que nos vendan y si nos hace falta, utilicemos la tarjeta de crédito o gastemos la cundina… o al cabo las casas de empeño van a abrir los días críticos y nos iremos a hacer fila india para conseguir la lana!
         Dicen que para el mes de enero se vienen los inicios de una inflación marca “chamuko” y que va a haber más escasez de empleo, que la laniza de los pensionados y jubilados va a sufrir un decremento considerable, que los impuestos se van a ir a la estratósfera y que los trabajadores empezarán a ocupar las filas interminables de desempleados, mientras la gasolina y el gas subirán de precio y los artículos de la canasta básica –especialmente la tortilla, el pan y la leche- se irán a las nubes… El  devaluado peso mexicano se lanzará al mercado con un tamaño igual a las actuales monedas de diez centavos y los compañeros lo seguirán en desigualdad con los estándares de vida.
         Aunque la verdad no creemos que esta situación sea aguantada por los mexicanos que trabajan en el campo y en la ciudad, y las autoridades tendrán que implementar otras estrategias más creíbles y confiables, porque la situación está como se dice coloquialmente: que temor-diera…

         Estamos en los umbrales de las fiestas de las posadas, la Navidad y la despedida del año… hay que recibirlas –las primeras- y despedirlo el segundo- como Dios Baco manda, entre las voluptuosidades de “Venus y Citeres”… como dice la canción “Perfume de Gardenias”… Que la cuesta de enero está “lejana” y ya veremos como la sorteamos… Mientras… Control… Señores… Control… ¡Que viva el chúpe sostenido y que se acabe la vida detrás de las bebidas…! ¡SALUD!

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