Líneas
Por:
José Ma. Narváez Ramírez
Con el nombramiento de nuevos
funcionarios en el cuerpo edilicio y en las regidurías, inicia el ingeniero
Héctor González Curiel una nueva etapa dentro de la administración municipal,
que redundará –según explicó en las palabras que acompañaron el solemne acto-
“en una etapa de mejor desempeño y desarrollo dentro de las actividades que el
gobierno municipal viene realizando con eficacia y eficiencia”.
Algunos
cambios directos en el organigrama de la presidencia, fueron tomados como
benéficos por la sociedad tepiqueña, especialmente en los altos mandos, ya que
los anteriores funcionarios al parecer no cumplían con sus correspondientes obligaciones
y por ello fueron relevados de sus
puestos, otros se acomodaron en las listas de pre candidatos a ocupar otros cargos
–si les favorece el voto popular-.
Ahora
se espera que las cosas funcionen adecuadamente –según el decir del Presidente
Municipal- y se haga justicia y orden con las clases marginadas, así como
también se realicen las obras planificadas desde inicio de la presente
administración, en forma directa y específica, cuando menos las prometidas a
los Comités de Acción Ciudadana –que tal parece que operan inútilmente-.
Héctor
González Curiel es un primer edil consciente de que tiene a su responsabilidad
las riendas del ayuntamiento más importante de la entidad nayarita, y sabe que
nunca es tarde para remodelar sus cuadros y tratar de terminar su gestión en
forma adecuada y conforme a los programas que rigen su periodo.
Las
necesidades de la ciudadanía sobrepasan los dineros administrados, y se ha
echado mano a préstamos bancarios y realizados gestiones crediticias avaladas
por el Gobernador Roberto Sandoval Castañeda, aunque los planteamientos
burocráticos –dice “El Toro”, no fueron firmados por él- y niega rotundamente
que se les deban las cantidades millonarias que ellos aducen.
El
asunto es que el Ayuntamiento –con todo su actual y reciente remoción- y los
trabajadores, van juntos en el “mismo barco”, con sus problemas específicos, y
tienen que llevarlo a buen puerto, así es que deben buscar soluciones de una
vez por todas y dedicarse a trabajar para los fines que han sido electos y para
las labores que realizan, no precisamente para resolver sus propios problemas.
Resolviendo sus conflictos personales, sin
provocaciones que involucran a la sociedad a la que tienen que servir, no dar
dolores de cabeza. Por ello son la autoridad, y precisamente son las leyes las
que rigen sus respectivos desempeños o labores, que implican deberes y
responsabilidades ineludibles.
Anuncia
González Curiel una nueva disposición que lleva por meta cumplirle al municipio
sus más urgentes necesidades, y los ciudadanos esperan que la lleve a efecto
porque continúan soportando varios incumplimientos como son: la irregular
recolección de la basura, las seria deficiencias en el alumbrado municipal, el
olvido en que se encuentran las colonias más desprotegidas, la miseria
imperante en ellas, la falta de vigilancia policiaca (que anda motorizada,
uniformada, armada hasta los dientes) que descuida a la ciudadanía y permite el
exceso en la comisión de delitos del orden citadino como lo son el robo a
domicilios, el maltrato a personas desprotegidas, el descuido de la propiedad
privada, la comisión de actos delictivos propiciada por el exceso de ingestión
de bebidas embriagantes y consumo de drogas, la mala administración de los
servicios de salud, la falta de vigilancia en el centro histórico y en las
zonas oscuras y alejadas de las colonias periféricas… y un sin fin de etcéteras
que hacen muy escabroso el desempeño que promete el señor presidente municipal,
pero al que se le augura un éxito que va ligado con su promesa de mejoramiento
substancial que conlleva los nuevos nombramientos en sus equipos.
Control…
Señores… Control… Que dice el dicho que “Roma no se hizo en un día”… Aunque le
queden ya muy contados en el puesto al señor presidente municipal…