*Lamentamos
la renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y
recibimos con preocupación las denuncias sobre visiones extremistas
y decisiones sin sustento en la gestión pública y la denuncia de
conflictos de interés en el Gobierno de México. Exigimos
certidumbre y Estado de Derecho.
Gustavo de Hoyos Walther.
La
estabilidad macroeconómica es una condición indispensable para
lograr el desarrollo con
bienestar
en el país.
Lamentamos
la renuncia del Dr. Carlos Manuel Urzúa Macías como titular de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) del Gobierno de
México, por considerarlo un funcionario competente y comprometido
con el equilibrio de las finanzas públicas, y la estabilidad
económica
del
País.
Recibimos
con preocupación su denuncia sobre las notorias discrepancias que
ahora sabemos han existido al interior del Gobierno Federal para la
toma de decisiones en materia macroeconómica, y sobre todo, su
denuncia sobre la adopción de las mismas, sin método ni
sustento que las justifiquen.
Nos
preocupa también la revelación sobre una visión extremista en la
gestión pública, y la incapacidad para procesar al interior del
Gobierno decisiones informadas y responsables basadas en la
evidencia.
Exigimos
se investiguen los casos de conflicto de interés, así como de
imposición de funcionarios (sic.),
que han quedado revelados en
el escrito de renuncia del hasta hoy Secretario, y que sin importar
sus protagonistas, se identifique, investigue, y en su caso, persiga
conforme a Derecho, cualquier acto de corrupción latente o que se
haya perpetrado en los meses de gestión de la actual Administración.
Hacemos
un llamado respetuoso pero firme al Presidente de la República
Andrés Manuel López Obrador para que la designación que realice de
nuevo titular de la SHCP genere confianza de que las finanzas
públicas del país serán conducidas con responsabilidad y
eficiencia.
Hoy
más que nunca, el reto principal del Presidente y del Gobierno
Federal es generar certidumbre, particularmente en materia económica
y en el respeto al Estado de Derecho.
Sin confianza,
será inviable preservar la estabilidad macroeconómica e imposible
de lograr la meta de crecimiento económico que se ha planteado para
esta Administración.