Está bien, se acepta que
las obras del reciente edificio utilizado como “auditorio de la gente” o centro
de convenciones o corralón para espectáculos artísticos, pudiera en un momento
dado servir para lo que supuestamente fue construido, pero su costo elevado en
una época de crisis, si se hubiera puesto a consideración –precisamente de la
gente- podemos asegurar que no se habría aceptado, por lo que el señor
gobernador debe considerar que viene obrando contra el parecer general de sus
gobernados.
Porque existen varios problemas muy serios que se están
generando y agravando conforme pasan los días, y por consiguiente, igualmente
se dificulta la llegada natural del modernismo a nuestro pueblo. Lo que
necesitamos con urgencia es empleos. Industrialización, no construcción de
palacetes para engordarles el caldo a los nuevos calenturientos que se lanzarán
como perros de presa hacia los cargos públicos que los anteriores despellejaron
como aves de rapiña, no enormes espacios
de hormigón y cemento que aguardan a las víctimas de la publicidad nefasta
atrayéndolos como abejas al panal, al comercio organizado (a las empresas) al
que le sirven los funcionarios y son en realidad los “patroncitos”, a la mafia
que ya se ha posesionado de vidas y haciendas…
Necesitamos plantas procesadoras de los productos agrícolas,
de los sacados del mar, de los elaborados por manos nuestras como los hubo a
principios del siglo XIX en la ex Costa de Oro que a causa de la avaricia de
unos cuantos fue desaparecida del mapa nayarita.
La despepitadota de algodón del señor Fernando García, la
fábrica de jabón de la firma Jara Carral, la manufacturera de cigarros de los
señores Valdivia y Narváez, la fábrica de puros, la de gaseosas de don Leonel
Rodríguez, la de sombreros de don Pancho “El Mocho” Ramos, la de Chavinda del
Manco Valdovinos, las fábricas de huaraches de don Sabino y la de Roberto
“Jojol” Parra, y tantas otras que en lugar de florecer, se apagaron por la
ambición de aquellos malos ciudadanos que impidieron su crecimiento.
Ahora de la época de oro de la industria en Nayarit,
solamente quedan vestigios como lo de las ruinas de Bellavista, Jauja, el
Ingenio “El Cora” de Villa Hidalgo, y otras más de los municipios del estado, que se han cambiado por nuevas y pequeñas
industrias que no resuelven la problemática actual y nuestra gente a pasos
agigantados se desespera, y no tarda en lanzar el ansiado ¡ya basta¡ que
pronostican los conocedores de este asunto. Porque no es posible que el
gobernador Roberto Sandoval pueda barruntar que seguirá manejando su imperio de
saliva tal y como viene haciendo EPN.
Vamos pisando la tierra no nos enajenemos arriba de las
bestias, debemos pensar en la gente que estamos pisoteando, a la que anda como
zombie por las plazas del centro de la ciudad, la que acude a los eventos que
anuncian gratuitos pero que le salen cada día más caros porque se refleja en el
adeudo de sueldos a los burócratas, a la
UAN , al rellenado de baches (no se diga a la renovación de la
capa asfáltica) a la recolección ordenada de la basura y a la eliminación del
foco de infección del Iztete, a la construcción de escuelas y al mantenimiento
de las mismas, a la dotación de medicamentos y atención médica eficiente en las
Instituciones de Salud, a tantas otras deficiencias que no pueden tapar con un
dedo porque se les desbordan las necesidades imperiosas… Como el desmadre del
vicio y la prostitución que se derrama por las calles de Tepic, sin caso
alguno…
Control… Señores... Control… Si no pueden con el tercio, por
favor no lo entretengan, pásenlo a aquellos que sí quieren en verdad servir a
su pueblo, no saquearlo y dejarlo en cueros que no sirven ni para mala cosa…
Empleos, empleos y más empleos…