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En el Día Mundial de la RSE, creemos en un
modelo empresarial centrado en la persona, la justicia y el bien común.
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La empresa del siglo XXI es un actor
social clave para la transformación del entorno y la construcción de un Estado
democrático de derecho.
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La debida diligencia en derechos humanos y
la metodología UNIAPAC impulsan una nueva cultura empresarial con enfoque en la
dignidad humana.
Este
23 de abril, en el marco del Día Mundial de la Responsabilidad Social
Empresarial (RSE), en la Confederación Patronal de la República Mexicana
(COPARMEX) reafirmamos nuestro compromiso con un modelo empresarial centrado en
la persona, reconociendo su dignidad y teniendo al bien común y la justicia
como valores ineludibles.
Hoy,
ante una realidad polarizada y profundamente desigual, sostenemos que la
empresa del siglo XXI ya no puede limitarse a generar valor económico. Su papel
debe ser el de un actor social con responsabilidad directa en la transformación
de su entorno y en el desarrollo de todas las personas a su alrededor. La RSE
no es un accesorio ni una estrategia de imagen: es una vía esencial para
construir una sociedad más equitativa, cohesionada y libre.
Durante
décadas, hablar de derechos humanos en el ámbito empresarial era considerado
marginal. Hoy, esa visión ha quedado atrás. En México y en el mundo, ha
emergido un nuevo paradigma que demanda colocar a la persona en el centro de
cada decisión. Las empresas, especialmente las de mayor tamaño, tienen un
impacto creciente sobre la vida de millones de personas. Por ello, su
responsabilidad no se agota en los procesos internos: se extiende a las
comunidades, cadenas de valor y contextos donde operan.
Desde
2011, con la adopción de los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre
Empresas y Derechos Humanos, la debida diligencia se ha convertido en una
expectativa ética global. Identificar riesgos, prevenir abusos, mitigar
impactos y rendir cuentas son ahora elementos fundamentales para cualquier
organización que aspire a ejercer un liderazgo íntegro. Mientras Europa avanza
con legislación vinculante, en México estamos llamados a no quedarnos atrás.
En la
Confederación lo asumimos con plena conciencia: el poder transformador de la
empresa conlleva una responsabilidad que no se puede delegar. Por ello, hemos
colocado la RSE como eje estratégico de nuestra labor institucional,
promoviendo el diálogo con todos los agentes involucrados con la empresa
integrados en una metodología concreta basada en el protocolo de UNIAPAC.
Este
modelo propone tres etapas que permiten a las empresas vivir auténticamente su
compromiso social: un diagnóstico que evalúa tanto la gestión interna de la
organización, como las condiciones reales de vida de sus colaboradores y su
entorno; una formación integral que transforma actitudes y criterios en todos
los niveles, desde la alta dirección hasta cada integrante; y una
transformación que se materializa en acciones medibles y de alto impacto, tales
como garantizar un salario digno, promover la igualdad de género y asegurar
ambientes laborales libres de violencia.
Esta
no es una propuesta teórica. Estamos llevando esta visión a la práctica,
acercándola a empresas de todos los tamaños, especialmente a las micro y
pequeñas, que son el corazón de la economía mexicana. Creemos firmemente que
todas pueden ejercer un liderazgo congruente, poniendo a la persona al centro y
promoviendo una cultura de verdad, unidad y justicia en sus ámbitos de
influencia.
Es
necesario redefinir el papel de la empresa. No podemos seguir midiendo su valor
únicamente por sus resultados financieros. Su legado estará determinado por la
coherencia con la que viva sus principios, por el impacto positivo que genere y
por su capacidad de actuar como agente de paz y desarrollo. La RSE no es una
moda. Es una respuesta urgente a los desafíos de nuestra época. Las empresas
que eligen la indiferencia ante el sufrimiento humano o el deterioro ambiental
se están quedando atrás y poniendo en riesgo su sostenibilidad. En
cambio, quienes asumen su responsabilidad con integridad, están trazando el
camino hacia un México mejor.
Desde
COPARMEX, convocamos al sector empresarial a liderar con sentido ético, a
transformar con responsabilidad y a construir, juntos, una economía centrada en
la persona y comprometida con la verdad y el bien común. Es momento de elegir
qué tipo de empresas queremos ser.
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