El diálogo social no solo es necesario, es urgente.
Hoy estamos en un momento decisivo: la incertidumbre
económica, la falta de certeza jurídica y los desafíos que enfrentamos cada
día, nos llaman a unirnos con un propósito claro: reafirmar y fortalecer el
diálogo social como la piedra angular para el desarrollo de México.
Hace 30 años, COPARMEX y la CTM, construyeron la Nueva
Cultura Laboral que generó paz laboral, estabilidad y un país más justo.
Hoy, enfrentamos la desaceleración económica, la pérdida de
empleos y la falta de confianza para invertir.
¡Pero hoy, más que nunca, tenemos una oportunidad única!
La histórica alianza entre empleadores y sindicatos de
trabajadores, que comenzó con nuestra resistencia a la Ley del Infonavit, dio
un paso significativo el pasado lunes en un gran encuentro entre sindicatos y
empresarios, firmamos un memorando para crear el Consejo Nacional Social,
Económico y Ambiental.
Con este acto dimos una clara muestra de que lo que hemos
llamado el binomio que hace fuerte a México —la colaboración
entre empleadores y sindicatos— está más vigente que nunca y es fundamental
para impulsar el desarrollo de nuestro país.
Ha llegado el momento de que este esfuerzo se replique a
nivel nacional: a lo largo y ancho del país.
Es por esto que, acompañado de las Presidentas y Presidentes
de nuestros 71 Centros Empresariales en todo México, convoco a nuestros socios
y a todos los empresarios de nuestro país para que se sumen a la convocatoria
del Consejo Nacional Social, Económico y Ambiental, y que repliquen y expandan
este ejercicio de diálogo social en sus propios estados, con los representantes
sindicales de sus territorios.
El diálogo social no solo soluciona conflictos, genera
desarrollo: construye consensos. Nos permite diseñar políticas públicas,
fomentar la inversión, crear empleos formales y proteger a las familias
mexicanas.
Y en el centro de ese esfuerzo debe estar el corazón
productivo de México: las micro, pequeñas y medianas empresas. Las MiPyMEs no
son una categoría estadística: son el alma del empleo, el motor de nuestras
comunidades y el primer peldaño hacia el bienestar de millones de familias.
Defenderlas, impulsarlas y generar condiciones para que prosperen no es un
compromiso simbólico: es una prioridad estratégica.
Si nuestros pequeños negocios no son fuertes no hay país
competitivo, ni desarrollo con justicia. Cada política que impulsemos, cada
espacio de diálogo social que promovamos debe tener como brújula el
fortalecimiento de estas empresas que le dan vida a México.
Queremos incidir en la toma de decisiones del gobierno
federal, pero también en los gobiernos de los estados y de los municipios.
Es por eso, que les hago un llamado: a cada Centro
Empresarial, a cada líder local, que debe actuar ahora. Propongan, faciliten y
conduzcan encuentros de diálogo en sus estados con los representantes
sindicales. Repliquemos este ejercicio.
Hagamos de ello una práctica permanente que trascienda lo
protocolario y genere cambios reales.
México requiere liderazgos en todos los niveles. La
inversión extranjera, la tecnología, la inteligencia artificial, el cambio
climático y la situación internacional nos retan día a día. Solo en unidad y en
decisiones conjuntas podremos enfrentar estos desafíos y salir fortalecidos.
A todos los líderes sindicales, a las organizaciones, a las
empresas, a la ciudadanía les digo con orgullo: ¡México puede y debe avanzar en
un diálogo que construya puentes, que genere confianza y que priorice el
bienestar de todos!
Hoy hacemos historia de nuevo. La historia de un México que
sabe escuchar, que sabe negociar y que, con responsabilidad ciudadana,
enfrentará su futuro.
¡Unamos fuerzas, construyamos puentes en cada estado y
hagamos del diálogo social la ruta hacia un país más justo, más próspero, más
competitivo y más unido!
¡Viva México! ¡Viva el diálogo social! ¡Viva la unidad de
todos los mexicanos!
¡DIÁLOGO SOCIAL POR LA UNIDAD EN MÉXICO!
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