LA CREME
Recuerdo que fue en
agosto del 2013, cuando mi amiga Beatriz Astudillo, me envió su nota titulada ¿Quién escucha a los nayaritas? En ella,
la periodista relataba lo que había platicado con una pequeña comitiva de
huicholes de Nayarit, que había estado en la Cámara de Diputados, en San
Lázaro.
A los huicholes para nada nos toman en cuenta,
no nos hacen casos políticos, nos usan en palabras, pero necesitamos que lo
hagan con hechos, dijo en entrevista un integrante del grupo de huicholes que
intentaban ver a algún diputado que los pudiera apoyarlos, pues al no encontrar
respuesta a sus demandas en su Nayarit, tuvieron que ir hasta la ciudad de
México a presentar una petitoria.
En esa ida a la ciudad
de México, el huichol de nombre Filemon Muñoz, mencionaba que: “en primer lugar
hemos llevado al gobernador documentos con nuestra mayor petición: una plaza
que nos dé la oportunidad de vender sin problemas nuestras artesanías como
trajes y sombreros, y donde presentar nuestras danzas y ceremonias, lo que
sabemos hacer, para el turismo para eso “venemos” a ver a los diputados
federales”, explicaba Muñoz y agregaba; “no tenemos trabajo, por eso queremos
presentar lo que sabemos hacer a personas que les guste nuestra artesanía”.
Este grupo de
huicholes, estuvo en la Ciudad de México, con el fin de tocar puertas a
diputados de cualquier fracción parlamentaria que les quiera apoyar porque en
su entidad federativa, los diputados locales, federales y senadores, no han
querido escucharlos, escribía Astudillo.
La visita a la Cámara
Baja, no dio fruto, los huicholes seguían en ese lugar.
De acuerdo a lo que
mencionaba el mencionado artículo, este grupo en protesta congregaba a 700
personas, y que en ese entonces tenían siete meses en las calles de Victoria y
México, en la Plaza Mololoa, de la ciudad de Tepic y sostenían su movimiento
vendiendo fuera de la ciudad.
Lo anterior, estaba
fuera de la realidad, puesto que en ningún momento vimos tal cantidad de
personas en la, ahora, llamada Plaza del Músico, en donde vivieron varias
familias por más de dos años y que “alguien”, un día de esos, los apoyó a que se
instalaran en ese lugar, en las más precarias condiciones y en la insalubridad
total y fueron relativamente abandonados.
En varias ocasiones se
hicieron reportajes publicados en medios locales, sobre el tema, pero nunca
trascendió; no fue sino hasta que una Asociación Civil, denominada Actitud
Mexcaltitán, con el apoyo de legisladores, regidores, comunicadores sociales, asociaciones
civiles, fundaciones, funcionarios, por mencionar algunos, pusieron nuevamente
el tema en los medios locales, para que los tres órdenes de gobierno hicieran
algo por los indígenas de la Plaza del Músico.
Se habló en los medios sobre
las condiciones insalubres, un lugar lleno de roedores, cucarachas, garrapatas
y otras enfermedades como la escabiasis
mejor conocida como sarna y la pediculosis. De esta manera, se pudo encontrar
apoyo de legisladores, regidores y funcionarios municipales y estatales, pero
no se cortaba de raíz el problema; se necesitaba reubicarlos, en un albergue
por lo menos. Algunos pedían ser regresados a sus comunidades.
Pasó el tiempo y todo
quedó en promesas, hasta que fue necesario que este tema trascendiera. Se
invitó al periodista Jesús Lemús, de Reporte Índigo, para que viera las
condiciones en que se encontraban las etnias, que son orgullo para los nayaritas. Esas, con la que los
políticos viajan a doquier para tomarse la foto en el extranjero, en las
exposiciones, en foros de turismo, etc. Y la Comisión Estatal de Derechos
Humanos y la CDI, hicieron algo? No.
Hasta que el reportaje “El Gueto de Tepic” de J. Jesús Lemus,
donde se indica “Insulta al sentido común la forma discriminatoria y excluyente
en que el gobierno local y el estatal han confinado a centenares de personas de
tres etnias a vivir en el que es el primer gueto indígena del país”, influyó
para que el gobierno municipal, reubicara a los que tenían casa en sus lugares
de orígenes y a quien no, se les llevara a un albergue, ubicado en San Juanito,
allá por Puerta de la Laguna.
Estas acciones en
beneficio de los huicholes, hicieron que un supuesto líder de los huicholes de nombre
Braulio, se les fuera encima a las autoridades, por haberle quitado su “minita
de oro”, además de que arremetiera y amenazara a periodistas que grababan su
enojo frente a la presidencia municipal de Tepic.
Lo que causa sorpresa,
es que, aquellos que dejaron a los huicholes en la Plaza, y se olvidaron de
ellos, son los que ahora están exigiendo que el albergue sea temporal y no
definitivo. No tienen vergüenza.