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El 8 de marzo no es de fiesta, sino de
protesta y de reconocer los obstáculos para exigir la erradicación de la
violencia: Norma De la Cruz
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La violencia política de género no llegó
con las medidas afirmativas, siempre ha existido: Dania Ravel
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Especialistas reflexionaron sobre los
obstáculos y pendientes que prevalecen para garantizar la participación
política de las mujeres
La
violencia política de género es uno de los mayores retos que enfrenta el
proceso electoral en curso y un lastre que debemos superar como sociedad,
coincidieron las consejeras del Instituto Nacional Electoral (INE), Norma De la
Cruz y Dania Ravel.
Durante
su participación en el ciclo de Mesas de Diálogo: “Del movimiento sufragista a
la paridad de género”, la Consejera De la Cruz destacó la importancia de
conmemorar el Día Internacional de las Mujeres alzando la voz sobre las
condiciones de desigualdad que enfrentan.
“Es un
día para reconocer los obstáculos y para exigir su erradicación para que
logremos el pleno ejercicio de los derechos de todas las mujeres. El 8 de marzo
no es de fiesta, sino de protesta”, sentenció.
De la
Cruz afirmó que este día evoca las exigencias de muchas generaciones de
mujeres, entre ellas las que pertenecieron al movimiento sufragista que ha sido
fundamental para la democracia moderna y que nos llevó a la paridad de género
que hoy se busca materializar.
En
este sentido recordó que en 1916 en México se llevaba a cabo el Primer Congreso
Feminista, en el cual las mujeres reivindicaban el derecho al sufragio y el
pleno reconocimiento de su ciudadanía y aun así el Constituyente fue omiso a
estas demandas.
Incluso,
agregó, el reconocimiento formal a este derecho fue insuficiente para lograr la
participación de las mujeres en condiciones de igualdad que han llevado a la
aplicación de una serie de medidas afirmativas para buscar y asegurar la
participación política de las mujeres.
La violencia
contra las mujeres desafía el statu quo
Por su
parte, la Consejera Ravel estimó que la violencia política en contra de las
mujeres en razón de género es un hecho que aún ellas deben enfrentar, ya que su sola presencia desafía el statu quo y obliga a la redistribución
de poder entre mujeres y hombres.
“Por
el momento, la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito político es un
espejismo, porque las mujeres enfrentan una violencia que sólo las ataca a
ellas, así como estos actos de simulación que reflejan el machismo que se
resiste a que las mujeres participen”, afirmó.
No
obstante destacó el hecho de que este fenómeno no llegó de la mano de las
cuotas de género, ni de la paridad, sino que siempre ha existido, sólo que
ahora es más visible, sabemos identificarla y se denuncia.
Agregó
que a pesar de todos los avances normativos que se han alcanzado para blindar
la paridad y combatir la violencia, resulta fundamental que éstos se acompañen
de cambios culturales importantes respecto de la presentación simbólica de las
mujeres.
Por
ello, la Consejera estimó que resulta insuficiente el hecho de que las mujeres
se postulen, ya que aún no se logra que compitan en condiciones de igualdad y
persisten intentos de simulación para eliminarlas de estos espacios de toma de
decisiones.
Finalmente,
la Consejera se pronunció a favor de los
movimientos que florecen en el marco del Día Internacional de las Mujeres,
especialmente de la mal llamada generación de cristal, que al ser intolerante a
la discriminación y exclusión puede marcar una diferencia que de haber surgido
antes habría incidido en una sociedad más igualitaria e incluyente.
La
académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Georgina
Cárdenas Acosta, aseguró que desde el siglo XIX las primeras sufragistas ya
planteaban la necesidad de hablar de paridad, aunque fue hasta el siglo XX
cuando el tema se visibilizó y fue
considerado como fenómeno de indignación.
Reconoció
que a pesar de las leyes progresistas y la paridad que México ha logrado
conquistar, se mantienen un orden de género y de dominación masculina en donde
hay intereses arraigados que buscan encarnarse a través de situaciones como la
violencia política en contra de las mujeres.
Asimismo,
evidenció que, aunque se ha alcanzado construir una Legislatura de la paridad,
en los muros de honor de la Cámara de Diputados apenas nueve mujeres son
mencionadas frente a 52 hombres considerados clave en la historia del país.
La
especialista en temas de género y derechos humanos, Teresa Incháustegui Romero,
aseguró que la paridad no sólo implica la participación de las mujeres en el
reparto del poder, sino que corresponde a un nuevo modelo de políticas públicas
que pasa por la generación de derechos.
Es
aquí, dijo, donde existe una nueva agenda legislativa que no es sólo por
decreto, sino que tiene que ser construida, consensuada y debatida para que la
paridad entre hombres y mujeres pueda ser una realidad en un sistema que
socialmente excluyó a las mujeres.
“La
paridad, para que sea una realidad y realmente represente un nuevo contrato
social entre hombres y mujeres debe de ser construida por consenso, por
armonización y sobre todo por generalización de los derechos”, refirió.
La
académica de la Facultad de Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO),
Gisela Zaremberg aprovechó la oportunidad para evidenciar la gran contradicción
que enfrentaron las mujeres para que la letra plasmada en la Constitución que
reconocía su derecho a ser votadas se hiciera realidad.
Evidenció
que incluso en nuestros días miles de mujeres en todo el mundo aún tratan de
que su derecho a ser votadas sea verdaderamente efectivo sin que sean
violentadas o incluso pierdan la vida en el intento, incluso en México que es
un ejemplo a nivel mundial por las normas que se han adoptado.
En
este sentido, destacó la importancia de las medidas afirmativas para reconocer
que la igualdad es insuficiente para garantizar que la participación de las
mujeres sea realidad, como la propia historia nos ha demostrado hasta antes de
estas directrices que se han obtenido y que ahora deben ser implementadas,
sobre todo a nivel local.