jueves, 20 de febrero de 2014

Vivencias de una Costeña Santiagoixcuinteña

Por: Emeria Navarro Narváez

En septiembre de 1976, perdí a mi inolvidable abuela “mamá cuca” la mujer incansable, que prodigó cariño a mí y a mis hermanos, cuyos frijoles azufrados refritos con bolitas de masa que sabían a tamalitos, fueron para nosotros una delicia, cuando ella cocinaba su exquisito pepián, el olor que emanaba lo percibía yo desde que daba vuelta de la calle Morelos a la Degollado en Santiago Ixcuintla. Lo mismo usaba su mano derecha que la izquierda y lavaba dejando la ropa albeando de tan limpia, eso que no existían los detergentes, si acaso les removía la mugre usando veinte centavos de lejía que yo adquiría en la fábrica de jabón de la familia Jara Carral. En muchas ocasiones la acompañé a lavar en el entonces cristalino río Santiago y le ayudaba a cargar la artesa o el tambache de ropa cuando íbamos a los arroyos de las lomas de Ixcuintla; antes de regresar al hogar, después de estar parcialmente sumergidas en la corriente, nos bañábamos en las frescas y límpidas aguas y como buenas nayaritas comíamos nanchis y agualamas a reventar, cortadas estas frutillas con nuestras propias manos.

     En el mes de noviembre de 1976 asistimos a la reunión anual de Salud Pública que se realizó en Cancún  Quintana Roo. El grupo de Nayarit estuvo integrado por los médicos Antonio González Guevara, David Trejo González y Ramón Pimienta, además de las enfermeras Margarita González Parra, Carmen Ventura Reitmens, Andrea Cuevas, Ofelia Ramos y yo, desde luego mi esposo Jorge Pérez Vargas. Llegamos al entonces recién construido Hotel Presidente; Cancún aun no contaba con la infraestructura ni los servicios de la actualidad, casi todo era virgen y se empezaba a poblar. Había pocas carreteras y el tráfico era escaso. Nos dábamos el lujo de comer grandes y sabrosas langostas ¡a menos de cincuenta pesos el platillo! Sin embargo la seño Mago prefirió comer enchiladas por no ser de su gusto los mariscos.

 A la mitad de nuestra estancia en este lugar intempestivamente subió el dólar, menos mal que ya teníamos pagado todo el hospedaje y yo había dado el anticipo de algunos aparatos domésticos importados que compré en la zona libre, por lo que me respetaron los precios anteriores. Creo que en esta ocasión fue cuando a Andrea Cuevas no le entregaron su maleta al llegar al aeropuerto porque en la ciudad de México la depositaron en otro avión con destino a Europa, por esa razón se extravió “el muviri”- pieza sagrada que usan los huicholes en sus ceremonias y que el gobierno de Nayarit enviaba como obsequio a la Sociedad Mexicana de Salud Pública, y Andrea tuvo que usar túnicas de las que venden en las playas, casi toda la semana.

     Desde luego me impresionaron las bellezas del Mar Caribe especialmente las variadas tonalidades de sus aguas, me maravilló la fauna marina en los arrecifes y hasta pude contemplar algunos barcos hundidos a través de las translúcidas aguas, cuando volamos para llegar a la Isla Cozumel.

     Debo aclarar que mi hermano el ingeniero agrónomo Arnulfo Navarro Narváez, después de trabajar en la sierra de Nayarit se fue a laborar en la Secretaría de Agricultura y Ganadería en Chetumal Quintana Roo, y naturalmente fuimos objeto de sus atenciones, él nos facilitó su camioneta cargada de gasolina para que mi esposo y yo pudiéramos conocer más lugares.

 Aprovechamos para en una tarde noche conocer Uxmal en donde apreciamos un espectáculo de luz y sonido sumamente increíble y otras partes de Yucatán hasta llegar a Mérida, en donde asistimos a una función de teatro en donde conocimos a los hermanos Flota, y a la gran cantante “la versátil” Esmeralda. Salíamos del teatro cuando nos sorprendió los gritos de un señor que corría desesperado detrás de un vehículo exclamando repetidamente ¡Puta mare, se llevan mi volchito!...  Antes de regresar a Cancún saboreamos suculenta cena a base de salbutes y panuchos.

    Por supuesto que en años subsiguientes hemos visitado mi familia y yo a Quintana Roo aprovechando que mi hermano nos atiende de maravilla lo que nos ha permitido gozar de suntuosos hoteles en la rivera maya, conocer   Bacalar, El Majahual, Isla Mujeres… Pude nadar en Xelha, maravilloso conjunto de caletas, lagunas, cenotes y cuevas de aguas traslúcidas en donde pudimos apreciar variadas especies de peces de colores maravillosos.

     Mi hija Lupita, mi sobrino Arnulfo y yo pasamos un día completo en Xcaret, nos sumergimos en las suaves corrientes de algunos de los ríos que provienen de las entrañas de la tierra y desembocan en este lugar, nos sorprendió el arrecife de coral… ¡El acuario natural más grande y bello de la tierra!... Conocimos gran variedad de plantas, peces y  otros animales que viven en libertad en este ecosistema protegido. Por la noche admiramos un gran espectáculo de color, música y bailables de nuestro país.

     Mi esposo y yo nos quedamos boquiabiertos ante la imponente Tulum, la primera ciudad maya que los conquistadores españoles contemplaron en el siglo XVI  y la única estructura amurallada construida  a la orilla del mar con espléndidas vistas a las aguas color turquesa y azul zafiro del mar caribe. Mi esposo tuvo la osadía de caminar en circunvalación en el estrecho borde de la antigua construcción, ante mi gran temor de que se resbalara y cayera al profundo mar, nos introdujimos al observatorio que aún se conserva en buen estado y nos sorprendió profundamente esta manifestación del gran conocimiento de los mayas en Astronomía y Arquitectura. Mi hermano Arnulfo, siempre añorando a su querido Nayarit me habla por teléfono cada 8 días y cuando estamos en Chetumal nos brinda el calor de su hogar, con las atenciones de su esposa Margarita y mis sobrinos Abril, Xomara, Arnulfo y José Miguel. Mi hermano es excelente anfitrión, pescador, cazador y cocinero. 

Me gusta que nos lleve a conocer lugares todavía casi vírgenes de esta bella península.

(Continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Fiscalía General del Estado de Nayarit, informa.

SE LE EJECUTA ORDEN DE APREHENSIÓN POR VIOLENCIA FAMILIAR Y LESIONES INTENCIONALES   En el interior del Centro de Readaptación Social ...