martes, 15 de julio de 2014

Un artículo muy especial de Díaz Fonseca

Líneas

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

Don Joel Díaz Fonseca, es un admirado y muy leído periodista de La Opinión (Noroeste) del sur de Sinaloa, que en días pasados se refirió a la historia de la humanidad en lo que toca a unos vivales y aprovechados de la ingenuidad o de la necesidad de otras personas, para despojarlas de los poco que tienen, a cambio de nada. (¿En dónde y desde cuándo vengo oyendo esto?).
         Y empieza su trabajo hablando de los historiadores que platican de los colonizadores que arribaron a tierras mexicanas, despojaron a los indígenas de las riquezas en oro con que contaban, a cambio de espejitos y cuentas de vidrio.
         Y ya entrando en el tema comparativo de antaño con los tiempos modernos, nos trae, en materia de vivienda los incontables casos de empresas desarrolladoras y constructoras que han engañado a sus clientes, vendiéndoles casas en sitios que no cumplen con las condiciones de salubridad y seguridad que las leyes en la materia obligan.
         Y sigue en su escrito: Las temporadas de lluvias dejan al descubierto las acciones necias y ventajosas de no pocas desarrolladoras de vivienda, puesto que las fincas quedan a merced de las aguas y terminan inundándose. Igualmente dejan al descubierto la negligencia de las autoridades que permiten que no pocas familias se asienten en zonas peligrosas e inseguras.
         Nos dice que son las lluvias las que acaban por desnudar todas las triquiñuelas que se cometen en esta materia. Y sigue denunciando valientemente a algunos municipios sinaloenses, por la falta de prevención.
         Y nosotros al leer la nota, comentamos que en la gran mayoría de los 20 que conforman la geografía nayarita, en ninguno se escapa -al igual que en el vecino estado sinaloense- porque en ellos se cometen innumerables irregularidades que ponen en riesgo la vida de muchas personas, y es el reciente periodo de lluvias cuando más se detecta este problema.
         Igualmente menciona que la mayoría de esos ayuntamientos afectados están cercanos a arroyos, cuenca de ríos, terrenos ganados al mar o adolecen de drenaje pluvial, lo que se traduce en inundaciones en gran escala que pueden suscitarse con mayor periodicidad.
         Nos habla de la resistencia que ponen las familias mencionadas al oponerse a abandonar las zonas de peligro, pero siempre es prioritario el tema de la seguridad y la salud de éstas, que debe ser mucho más importante que la necesidad de contar con un pedazo de tierra, por lo que las autoridades tienen la obligación de desalojarlas de esos lugares. Lamentablemente –repite- nunca lo hacen, y casi siempre es por motivos políticos, o por miedo a manifestaciones de protesta… u otras cau$as de razón…
         Enseguida hace una pregunta: ¿En estos casos y en los de los fraccionamientos con este tipo de problemas, de quién es la culpa? ¿De los adquirientes? ¿De las desarrolladoras y constructoras? ¿De las autoridades?
         Y la contesta: De todos, por supuesto. Aunque en el caso de los compradores, éstos tienen la excusa de que no cuentan con los elementos necesarios para determinar si la zona en la que le están vendiendo la vivienda, realmente es segura. Digamos que prácticamente compran a ciegas, lo que ocurre con frecuencia.
         Remata con: Quienes no tienen ninguna excusa, y más bien deben ser señalados con índice de fuego, son los desarrolladores y constructores, pero sobre todo las autoridades municipales, que son las que conceden los permisos para que se desarrollen los fraccionamientos… (de los asentamientos…).
         Luego habla de la voracidad y de la desfachatez de quienes incurren en ese delito, el afán mercantilista y la verborrea con la que envuelven a los posibles compradores.
         Aquí en Sinaloa, el INFONAVIT castiga duramente a los infractores, Yo pregunto: ¿Acá en Nayarit, hay alguna institución de gobierno que lo haga?
         Termina subrayando: Para cada entidad federativa y para cada municipio existe un Atlas de Zonas de Riesgo que establece claramente  donde no se debe permitir las construcciones de vivienda. Cuando aprueban el desarrollo de unidades habitacionales deben consultar dicha guía, pero muchos ayuntamientos no lo hacen, por simple olvido, que es lo menos probable, o por contubernio con las desarrolladores.
         Control… Señores… Control… Finaliza: Así como deben de retirar los permisos a los desarrolladores de vivienda irresponsables, debiera sancionarse a los ayuntamientos irresponsables que los solapan, pero a éstos últimos nadie los castiga, por eso cada trienio se repite la misma historia. ¿Contará también en el asunto del adeudo a la Universidad Autónoma de Nayarit?

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