En la actualidad en México y América latina las mujeres tienen en contra a la pobreza más que el varón, pues en base a ella se le confina a la mujer, a carecer de preparación y participación se le deja en el termino privado de las labores domesticas, lo que es una doble explotación pues al no ser reconocidas, no son valoradas, ni tomadas en cuenta como participantes en la economía, ni desarrollo de la sociedad.
basado en la creencia de que las diferenciaciones sexuales, donde lo femenino es inferior a lo masculino, justifican y legitiman relaciones de dominación y privilegios de unos (hombres) sobre otras (mujeres) en todos los ámbitos sociales: simbólicos, materiales, jurídicos, morales y éticos.
Con esto las normatividades que construyen el orden social, justifican ampliamente la distribución inequitativa de la riqueza, el poder, que conlleva a fenómenos sociales, económicos y políticos diferenciados, como son la explotación (utilización del otro como un medio) la discriminación (desigualdad de oportunidades, privilegios y restricciones) y la exclusión. Los ciclos de la vida doméstica se vuelve perjudiciales (embarazo, lactancia y vejez) lo que pone a la mujer ante la sociedad en periodos de vulnerabilidad mas acentuada en estas etapas. Lo cual nos lleva a la feminización de la pobreza.
Con esto se lleva a simbolizar lo masculino con un sesgo superior, en cuanto a los privilegios, prestigio y valor social.
Según kabeer : La transmisión inter generacional de la privación y vulnerabilidad es uno de los mecanismos causantes y circulares que reproducen y agudizan la pobreza de las mujeres, por lo que las desigualdades de género, particularmente las referidas al acceso y a la satisfacción de necesidades básicas, no pueden ser comprendidas desde el enfoque holístico de "la pobreza", porque se diluyen las asimetrías de género históricas, presentes y futuras.
Por otro lado, debido a que las responsabilidades domésticas y reproductivas no han disminuido, los sesgos discriminatorios de género, clase, etnia y raza tienden a someterlas casi sin escapatoria a las regulaciones de los diferentes mercados de trabajo (menor salario, inseguridad contractual, reducidas prestaciones, etcétera).
Las propias organizaciones mundiales como la ONU, El Banco Mundial en sus discursos las utilizan para ser tomadas como población–objetivo cuando se ejecutan las acciones de control como la ayuda alimentaria y el control demográfico para reducir la tasa de fecundidad en zonas reprimidas, pobres y vulnerables.
Las políticas de combate a la pobreza y al hambre continúan ignorando las relaciones de poder que someten a las mujeres a una condición de inferioridad.
Para reducir la pobreza y eliminar la inseguridad alimentaria y con ella el hambre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BM recomiendan en forma vehemente alcanzar y sostener un crecimiento económico, en base a una fuerte campaña de control demográfico para regular la sobrepoblación, sobre todo de los países del Sur.
En este tenor, el desarrollo para las mujeres pobres es un mecanismo que regula sus vidas sin sacarlas del estado de subordinación o explotación.
El hambre no es consecuencia de la carencia de alimentos, sino de desigualdades en los mecanismos de distribución de alimentos y la pobreza no sólo es la consecuencia de la concentración del ingreso, sino también de la falta de libertades y capacidades de unos y unas para acceder a mejores condiciones de vida.
En cuanto lo expuesto solo puedo agregar que soy una sobreviviente de violencia intrafamiliar, y que todo lo antes expuesto lo viví y lo sobreviví por lo cual el texto es plenamente comprensible para mí, espero de igual manera sea entendible para usted.