Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez.
“Pueblo de mujeres enlutadas.
Aquí, allá, en la noche, al trajín del amanecer, en todo el santo río de la
mañana, bajo la lumbre del sol alto, a las luces de la tarde –fuertes, claras,
desvaídas, agónicas-; viejecitas, mujeres maduras, muchachas de lozanía,
párvulas; en los atrios de iglesias, en la soledad callejera, en los interiores
de tiendas y de algunas casas –cuán pocas- furtivamente abiertas.
Gentes
y calles absortas. Regulares las hiladas de muros, a grandes lienzos vacíos.
Puertas y ventanas de austera cantería, cerradas con tablones macizos, de
nobles, rancias maderas, desnudas de barnices y vidrios, todas como trabajadas
por uno y el mismo artífice rudo y exacto. Pátina del tiempo, del sol, de las
lluvias, de las manos consuetudinarias, en los portales, en los dinteles y
sobre los umbrales. Casas de las que no escapan rumores, risas, gritos,
llantos; pero a lo alto, la fragancia de finos leños consumidos en hornos y
cocinas, envuelta para regalo del cielo, con telas de humo.
En
el corazón y en los aledaños, el igual hermetismo. Casas de las orillas, junto
al río, junto al cerro, al salir de los caminos, con la nobleza de su cantería,
que sella dignidad a los muros de adobe.
Y
cruces al remate de la fachada más humilde, coronas de las esquinas, en las
paredes interminables, cruces de piedra, de cal y canto, de madera, de palmas;
unas, anchas, otras, altas; y pequeñas, y frágiles, y perfectas y toscas.
…
Pueblo conventual. CANTINAS VERGONZANTES. Barrio maldito, perdido entre las
breñas, por entre la cuesta baja del río seco. Pueblo sin billares, ni
fonógrafos, ni pianos. PUEBLO DE MUJERES ENLUTADAS”…
Esta
es una parte del Acto Preparatorio del libro AL FILO DEL AGUA del escritor
mexicano Agustín Yáñez, nacido en Guadalajara, Jalisco, el 4 de Mayo de 1904.
Director de Educación Primaria en el Estado de Nayarit y rector del Instituto
Nayarita (1930-1931) y entre otros altos cargos, Gobernador del Estado de
Jalisco (1953-1959), jefe de la
Delegación a la XI
Asamblea general de l UNESCO (1960), Sus secretario de la Secretaría de la Presidencia de la República (1962-1964) y
Secretario de Educación Pública (a partir del 16 de diciembre de 1964).
Cuando
ocupó los cargos en Nayarit, fue amigo de don Luis Castillo Ledón –santiagueño
distinguido, gobernador de su estado- y de otros muchos nayaritas que
destacaron por su brillante trayectoria.
Y
viene al caso esta cita, por la fútil cabida que le da el actual sistema
gubernativo de la entidad, a las dizque hazañas que va grabando en los anales de
la historia de mi pueblo, olvidando o desconociendo las hermosas páginas que
nuestros antecesores escribieron con letras de oro, en la historia de esta
bella entidad plena de cultura y arte… y de actos heroícos que aún sigue plasmando
en el diario acontecer de la lucha por la vida.
Ya
adentrándonos en la lectura del libro, en la sección “El Cometa Halley” se lee
lo siguiente:
24.-
Propuesto a enriquecerse y liquidado el problema de las elecciones, el director
político había perdido el celo: Ni atendía ni reimportaba lo que favorecía sus
intereses. Condescendía con los vecinos de relieve social o económico y con los
levantiscos que pudieran poner en peligro el sosiego indispensable al desarrollo
de sus aspiraciones, lo que con éstos era blando y obsequioso, tenía de duro
con los pobres desvalidos. En forma turbia se hizo de un pequeño rancho que
prosperaba y crecía con rapidez, antes del año era propietario de doscientas
cabezas de ganado; casa, caballerizas, establo, cebadero, camino y cercados
eran obra de rancheros puestos presos cuando los domingos venían a misa y al
mercado, ya porque no trajeran pantalones, porque hicieran basura, porque
dejaran en la calle las acémilas, porque les hallaran cualquier vasija con vino,
porque cumplieran alguna necesidad en algún rincón del poblado, porque los
placeros discutieran lo que les cobraban por impuesto de piso cada vez más
gravoso, hasta porque gritaran fuerte o porque tropezaran con alguien”…
Aquí
pudiera citarse que cualquier semejanza con la época actual es mera
coincidencia… Pero en el supuesto y muy lejano caso de que las autoridades
leyeran este libro, que fue editado por Purrúa en 1971, Al filo del agua es una
expresión campesina que significa el momento de iniciarse la lluvia, y en
sentido figurado- la inminencia o el principio de un suceso….
Barruntamos
que es oportuno señalar la caída de éste en sus inicios… Y Control… Señores…
Control… Estamos en eso…
No hay comentarios:
Publicar un comentario