Por:
José Ma. Narváez Ramírez.
Líneas (L).- ¿Dónde nació –hasta
hoy, el deportista más completo del Estado de Nayarit- Valentín Gómez Ruiz “El
Tepiqueño”, en qué fecha, y cuando llegó a Santiago Ixcuintla?
Valentín Gómez Ruiz (VGR).- En
Tepic, Nayarit, el siete de octubre de 1929 y arribé en forma definitiva cuando
mis padres se fueron a radicar a Santiago en 1942, ya que anteriormente había
estado una corta temporada en casa de mis parientes, los Cabiedes, en 1941.
(L).- ¿Por qué el apodo de “El
Tepiqueño”?
(VGR).- Cuando llegamos a
Ixcuintla, vivíamos por la calle Morelos, entre la Degollado y la Juárez, por el barrio donde
tenían sus domicilios los Vallarta, don Manuel Robles Sánchez, los Altamirano
–cerca de la Mutualista
“Justo Sierra”-, el “Zunny” Hernández, los Peña, los Macías… y sobre el alias
de “El Tepiqueño” , pues me lo pusieron los hermanos Vallarta Robles cuando
tenía apenas cinco años y jugábamos a las canicas (pichas), al trompo, al
zumbador, a la rayuela, a la roña, a los encantados y al balero, y ellos decían:
“hay que escoger al tepiqueño; porque así se les hacía más fácil identificarme,
ya que tenía poco tiempo de haber llegado de la capital del estado… y hasta la
fecha así me siguen llamando.
(L).- ¿Cuáles deportes empezó a
practicar y quiénes fueron sus compañeros?
(VGR).- Como a los 15 años me
inicié en el Fútbol Sóccer, jugando ahí en la misma cuadra sobre el empedrado,
con los Vallarta (Toño, “El Gringo”, “El Cáchi” y Poncho), “El Zunny”, “El
Mónchi” Castro, Vicente Martínez, “Los Canarios” Sánchez, Salvador “El Nevado”
Villaseñor, el Profesor Efrén “Chachalaco” Rodríguez, José “Cheché” Gómez
Sánchez, Camuel Rolón Ávila, y entre otros “El Gordo” García, hijo de don
Oswald García y Suárez, un yucateco que hizo futuro en esas tierras… luego nos
íbamos al Estadio Revolución.
(L).- ¿Qué recuerdos guardas del
equipo de “Los Diablos Rojos” de Santiago? ¿Quiénes fueron sus compañeros?
(VGR).- “Los Diablos Rojos”… muy
especial recuerdo, éste fue un equipazo grande porque hizo historia ya que era
invencible, nadie nos ganaba en el estado de Nayarit y en otras entidades donde
íbamos a jugar, por ejemplo en Sinaloa. Viajábamos muy seguido a Mazatlán,
Rosario y Escuinapa. Era un conjunto muy aguerrido, competitivo, fuerte en
velocidad y condición física. Mis compañeros fueron: Rubén “El Muralla” Moreno,
José María “El Mudo” –Chema- Aréchiga, Roberto “Jojol” Parra Camacho, David “El
Cuamecate” y Francisco “El Becerro” Meléndez Fonseca, Efrén “El Chachalaco”
Rodríguez, “Chimino” Curiel, Enrique Cosío, Rosendo “Rosdy” Orozco, Ramiro
Macías Madera, Edmundo “Mundo” Ramírez, Gabriel “Yel” Gómez, “Trini”, Pepe y
Mario Alcántar Maldonado, “El Cartucho” Castro, Francisco “Paquín” Delgado, entre
otros que por el momento se me escapan de la memoria… Todos fueron integrantes
del equipo en los años que fuimos campeones estatales, y que a pesar de no ser
de primera fuerza, daba pelea a los que en ella militaban, baste citar al
conjunto de “El Club Muralla” de Mazatlán. Muchos jugadores de primera línea
eran seleccionados de los Campeonatos Municipales y se fueron agregando a los
“Diablos Rojos”, por ejemplo: Reyes Ramos,”El Indio” Barajas, el profesor Adán,
Matías Ramírez…
(L).- ¿En el box, cuáles fueron
algunos de tus adversarios?
(VGR).- Empecé a practicar el
boxeo en funciones que se hacían a beneficio de la Iglesia del Señor de la Ascensión, en Santiago,
y poco a poco logré participar en peleas estrellas a diez rounds. Vencí por KO
al “Smelling” Tapatío –en esos tiempos Campeón Pluma del Estado de Jalisco-, en
Ruiz le gané por decisión al Campeón Nacional Pluma o Súper Pluma “El Babe”
Franco. En Santiago competí con “El Tarzán” Flores, Crisanto Zamora, un
boxeador apellidado Astorga, “El Coteta”, “El Paquito” y muchos más, llegando a
conquistar el Campeonato de Peso Pluma en el Estado de Nayarit.
(L).- ¿Cuándo empezaste a destacar
en el Béisbol y que posición ocupaste?
(VGR).- El Béisbol francamente
lo practiqué muy poco, Empecé a participar en los Campeonatos Municipales y
logré ser alineado en la “Selección Santiago”. Ahí conformamos un equipazo
grande, amateur, de categoría, pudiera decirse de calidad de Liga Mexicana,
porque se jugaba pelota fuerte. Mi posición era short stop, al lado de los
Mendiola, los Sánchez, el “Mudo” Aréchiga, que en paz descanse, quien tenía un
brazo como decimos en el argot del Rey de los Deportes, tremendo, de liga
mayor; Rosendo Orozco, el profesor Muro y tantos buenos jugadores y mejores
amigos. En ese tiempo se hacía mucho deporte, impulsado especialmente por ese
gran señor que se llamó Manuel Robles Sánchez. Él manejaba varios equipos en
diferentes ramas deportivas, costara lo que costara, él los promovía de su
propio bolsillo. Cuando teníamos el compromiso de salir, él nos pagaba 4 o 5
taxis para que nos llevaran a otros parques. No he conocido otra persona como
don Manuel, yo en lo personal le estoy muy agradecido por su apoyo.
(L).- ¿Cuando empezó a fungir
como ampayer de Béisbol?
(VGR).- A través de tantos años
de practicar varios deportes, como natación, béisbol, atletismo, fútbol, box,
basquetbol y voleibol, me tocó la suerte de sobresalir en ellos, logrando ser
seleccionado a nivel estatal, con el profesor Fermín Álvarez Soltero –en aquel
tiempo entrenador y director de los “Diablos Rojos”- allá por los años 58 y 59,
me ayudó a conseguir una plaza de Profesor de Educación Física a nivel
municipal, y precisamente ahí en Santiago empecé a trabajar, aunque con muy
bajo sueldo ya que era plaza del Gobierno del Estado. Por ello, para mejorar mi
situación económica combinaba mi labor con la de ampayeo en la Liga del Noroeste y, pues
pedía permiso para que cuando hubiera oportunidad de desempeñar esta actividad
me dejaran hacerlo, y así fue como me fui metiendo en el béisbol. Empecé a
estudiar el Reglamento para tener más conocimientos. Posteriormente vinieron
ampayeres de la ciudad de México, entre ellos Salvador Castro, -quien figura en
el Salón de la Fama-,
me vio trabajar y al año siguiente me mandaron un contrato. Yo ganaba 800 pesos
mensuales como profesor de Educación Física y dicho contrato venía por 6,000
pesos… así que me integré a la Liga
Mexicana.
(L).- ¿Principalmente a que
atribuyes este cambio?
(VGR).- Todo esto se hizo
realidad gracias a don Manuel Robles Sánchez, quien siempre fue mi guía y hasta
donde he permanecido en esta profesión, llegando a estas alturas a más de 30
años como ampayer. En la Liga Mexicana
seguí estudiando el Reglamento, trabajando también el la temporada de verano,
después pasé a la Liga Mexicana
del Pacífico, en invierno, donde era presidente el Lic. Antonio Ramírez. Este
amigo nos llevó a compañeros que daban clínicas en las Ligas Mayores de EUA,
así que seguimos estudiando por espacio de tres años y después, los que
sobresalimos en dichas clínicas sobre reglas y mecanismos, tuvimos la
oportunidad de impartir clases. A mi me tocó la suerte de aprender bien las
reglas y logré ser profesor de éstas en las Ligas Mexicana y del Pacífico. En
1960 me lastimé una rodilla y me mandaron a Tegucigalpa, Honduras, luego a
Guatemala a impartir clínicas. Trabajé en tres Series del Caribe y aquí en
México en la PRE
Temporada, cuando venían los equipos de las Grandes Ligas,
fui ampayer en los juegos donde participaron “Los Indios” de Cleveland, “Los
Marineros” de Cincinnati , “Los Angelinos” y “Los Dodgers” de Los Ángeles,
entre otros famosos equipos de Ligas Mayores.
(L).- ¿Estas actividades dentro
del deporte, le dan probabilidades de pertenecer al Salón de la Fama?
(VGR).- Para eso hay una
comisión evaluadora. Yo seguí en mi profesión de ampayer. Me fui a Tijuana y a la Baja California a seguir
impartiendo clínicas, así como a otras partes de California, como Santa Ana y San Diego, a las Ligas de Mike
Brito, el apoderado de Fernando “El Toro” Valenzuela, y seguí trabajando en
varios lados. En días de vacaciones, -como ahora-, vengo a saludar a mis hijos,
a mis hermanos y a mis amigos, que aquí radican.
(L).- ¿Con base a sus
experiencias, qué aconseja a la nueva generación de deportistas?
(VGR).- Es realmente difícil
destacar en altos niveles, pero teniendo ganas y dedicándose a sobresalir, se
hacen las cosas. Es cuestión de enfocar toda la atención a practicar el deporte
(o los deportes) favoritos, con perseverancia, entrega, constancia y con mucho
cariño al hacer las prácticas con absoluta responsabilidad, y que haya ayuda
para ello.
(L).- ¿Qué impulso necesitan los
organismos deportivos de provincia en lo que respecta a apoyo y mejor desempeño
de sus actividades, para que éstas fructifiquen?
(VGR).- Es ese aspecto yo creo
que es indispensable que haya bastantes instructores en cada una de las ramas
deportivas, y que se dediquen al cien por ciento de su tiempo a enseñar la
práctica de ellas, las técnicas a los jóvenes que empiezan. Me he dado cuenta a
lo largo de 30 o 40 años, que en la provincia, precisamente en las cabeceras
municipales solamente hay un solo instructor, que no dispone del tiempo
necesario para dedicarse a enseñar las ramas de los deportes más practicados,
ya no se diga de atletismo, de natación… Me tocó, por ejemplo, participar en la
inauguración de la alberca de la
Alameda en Santiago, logré el primer lugar en 200 metros nado libre…
hoy, esa alberca ya no existe y parece que no han construido otra… Así que no
veo promoción positiva.
(L).- Muchas gracias “Tepi” y
deseamos que su estancia en Nayarit sea agradable.
(VGR).- Gracias a ustedes y
deseo mucho éxito a Líneas.