Por:
José Ma. Narváez Ramírez.
El Lic. Parra (mejor
conocido como “Parrita”) ha venido luchando durante un buen tiempo contra el
olvido de las autoridades del municipio tepiqueño hacia cierto número de
indigentes y enajenados mentales que pululan por el centro histórico tepiqueño,
especialmente por la plaza principal-, y viene mostrando una serie de
fotografías -muy “crudas”- en las que aparece una serie de personas solicitando una ayuda, o vagando sin rumbo
fijo por las calles, que van pidiendo limosna o hurgando entre los diversos
amontonamientos de basura que desechan los cientos de personas que diariamente
se dan cita en ese lugar con el propósito de distraerse o fresquearse un poco
en esta fuerte temporada de calor, y de alguna manera tienen que soportar el
asedio o la presencia de estos seres humanos en desgracia.
En dichas imágenes podemos ver a una señora casi desnuda, al
parecer trastornada de sus facultades mentales, que deambula por ese centro a
la vista de menores de edad, y provoca que algunos individuos desadaptados
abusen de ella, haciendo más grave la situación ya que los uniformados no
actúan en ningún momento para evitar este tipo de espectáculos que van contra
la moral y las buenas costumbres de la sociedad.
Existen otros casos en los que aparecen involucradas dos
señoras igualmente desquiciadas de sus mentes, que causan la afloración de
sentimientos diversos de lástima y conmiseración al verlas en un estado grave
de obesidad y llagas en el sucio cuerpo
–la una- y la otra presenta síntomas de locura y abandono físico y mental.
Pide Parrita la atención del pueblo para que las autoridades
ordenen la construcción de un albergue que de asilo y atención médica a los
trastornados y a los mendigos, quienes por su precaria condición económica –en
algunos casos nula- se ven en la imperiosa necesidad de pedir ayuda. Algunos se
apoyan con dulces o chicles, pero la gran mayoría carece de dinero para comprar
lo indispensable.
Pero otros, los que ocupan atención siquiátrica, deben ser
recluidos a un hospital especial para que reciban medicamentos y auxilio médico
especializado para ayudarlos a superar estas serias deficiencias. Se ha
recurrido a los familiares de los perturbados, pero dicen ellos que prefieren
que deambulen por el centro de la ciudad porque no pueden mantenerlos ni darles
albergue.
Las autoridades simplemente eluden su responsabilidad y los
aprehenden como si fueran delincuentes y los llevan a las afueras de la ciudad
para indicarles que si regresan a seguir molestando serán encarcelados –cosa
que atrae más a los menesterosos porque ven en esa privación de la libertad un
medio para conseguir sus alimentos-. Así que se convierte la inútil medida en
un lacerante círculo vicioso, que en ningún momento puede ayudar a paliar estas
necesidades imperiosas.
Igualmente quienes conocen de leyes, aducen que el gobierno
tiene el presupuesto y la responsabilidad de tomar las medidas del caso, de
ninguna manera puede eludirla, pero la experiencia nos trae a la memoria que
este problema es añejo y seguirá empeorando conforme pasa el tiempo ya que
sigue en aumento el número de pordioseros y trastornados mentales por causa de
la implacable crisis económica, ocasionada principalmente por la falta de
empleo y de la inutilidad de las medidas que supuestamente adopta dicho
gobierno para solventar las carencias de trabajo y de responsabilidad patronal.
Por otra parte el jardín Mololoa, donde supuestamente sirve
de refugio a los Coras y Huicholes, se encuentra prácticamente convertido en un
muladar porque nadie realiza obras de limpieza y diariamente los indígenas se
emborrachan y hacen sus escándalos y sus necesidades fisiológicas al aire
libre.
Control… Señores… Control… Es necesario que en estos tiempos
en que se realizan reuniones para comentar el serio problema del “Bullyng”, no
se añada otro caso más al rosario de calamidades, que se llamaría “Bullyng
contra los limosneros, enajenados mentales e indígenas”… Y nuestro amigo Parrita
tendría que sostener su campaña de apoyo a estos menesterosos “por los siglos
de los siglos”…
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