· Está basado en intercambios virtuales, sostenidos
del 1 al 15 de febrero de 2021, con el INE, TEPJF, instituciones públicas,
partidos políticos y representantes de la sociedad civil
La Misión de Acompañamiento Internacional del
Proceso Electoral Federal y Locales Concurrentes México 2021, en colaboración
con el Instituto Nacional Electoral (INE), llevó a cabo la presentación de su
informe, el cual considera el manejo de la pandemia del COVID-19, la
polarización, complejas relaciones interinstitucionales, la violencia y la
influencia del crimen organizado, así como la desinformación y noticias falsas,
como cinco factores relevantes que afectan los comicios.
Estos cinco factores, señala el documento, deben
ser puestos en el radio de atención no sólo por las autoridades electorales,
sino por el conjunto de poderes públicos, partidos políticos y actores
directamente o indirectamente involucrados en el acompañamiento del proceso
electoral 2021.
En conferencia de prensa y en representación de la
Misión, Liza García, quien presidió la Asociación de Organismos Electorales de
Centroamérica y el Caribe conocido como el “Protocolo de Tikal”, explicó que la
Misión se organizó bajo la coordinación del Instituto Interamericano de
Derechos Humanos y Centro de Asesoría y Promoción Electoral conocida como
CAPEL, “con el propósito de aportar una mirada independiente y constructiva
sobre las condiciones de desarrollo del Proceso Electoral Federal y
concurrente, que se celebrará el próximo 6 de junio”.
Este primer Informe, dijo, se basa en una serie de
intercambios virtuales, sostenidos del 1 al 15 de febrero de este año, con las
autoridades electorales del INE; el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF); instituciones públicas con un papel activo en el proceso
electoral; algunos partidos políticos que participan de esta contienda y
representantes de la sociedad civil.
Al presentar el informe, Eduardo Núñez, director de
NDI en Guatemala y también director del Programa de Seguridad Pública de
Centroamérica, sostuvo que el proceso electoral 2021, “por su magnitud, su
contexto y sus desafíos amerita generar marcos de confluencia entre actores
institucionales, actores no estatales estratégicos, partidos políticos,
candidaturas no partidarias y la comunidad internacional que podemos, en
carácter de testigo, acompañar este proceso político que se desarrolla de
manera autónoma y soberana, la sociedad mexicana”.
Precisó que este primer informe de acompañamiento,
hasta en tanto no se realicen las elecciones el 6 de junio y su calificación,
“no es un informe exhaustivo o comprensivo de carácter general o integral, sino
un informe que busca enfocarse en aquellos temas que consideramos más
relevantes a esta altura de desarrollo del proceso electoral”.
Cinco elementos de atención prioritaria
La Misión da cuenta de cinco elementos que
“considera prioritarios; elementos contextuales que van más allá de los
mandatos o de las atribuciones de las autoridades electorales federales y
locales, pero que tienen que ser puestos en el radio de la atención de éstas,
de los actores políticos estratégicos de los partidos y, por supuesto, de los
otros poderes públicos”.
Primero, la pandemia del COVID-19 y sus efectos
sociales, políticos y económicos. En este punto, la Misión considera que se
requiere una apropiada y efectiva coordinación interinstitucional entre las
autoridades del ejecutivo federal, las entidades federativas y el Instituto
Nacional Electoral “para garantizar que las disposiciones en materia de salud
no afecten de manera imprevisible la organización de los comicios”.
Necesario moderar narrativas
En segundo lugar, la polarización política y sus
efectos sobre las instituciones y el proceso electoral, así como principales
actores de la sociedad mexicana, la cual, “genera un intenso y contradictorio
clima de opinión pública, que potencialmente puede reducir el espacio para el
debate informado, propicia la expansión de prácticas de desinformación,
potencia la descalificación del pensamiento diferente y puede generar un
entorno marcadamente emocional para las elecciones”, por lo que se hace un
llamado a los actores políticos y sociales a moderar sus narrativas.
En tercer lugar, complejas relaciones
interinstitucionales. El informe menciona que las relaciones institucionales
entre poderes públicos y órganos autónomos tanto a nivel federal como entre
éstos y los órganos de gobierno a nivel de las entidades federativas
constituyen un amplio desafío en este proceso electoral 2021.
Por ello, subraya la necesidad de encontrar
equilibrios y marcos de cooperación interinstitucionales “basados en el respeto
irrestricto a la autonomía de las autoridades electorales es un asunto
fundamental para la integridad de las elecciones. El cuestionamiento a la
idoneidad de la autoridad electoral conlleva a la instalación de la duda sobre
las elecciones como institución clave de la democracia y entraña riesgos de
legitimidad para las autoridades, que finalmente puedan resultar electas en el
marco de este proceso electoral”.
En cuarto lugar, los riesgos de la violencia y de
la potencial influencia de la criminalidad organizada sobre las elecciones. En
este punto, se considera que el fenómeno de la violencia delictiva y la
creciente expansión del crimen organizado en ciertos territorios de la
República son factores que ameritan una mirada atenta y una incorporación
temprana en las estrategias de gestión del proceso electoral.
“Esto remite a la necesidad de generar una
estrategia de prevención de la violencia electoral, pero también la gestión de
los potenciales condicionamientos que las redes criminales y otros actores de
la violencia delictiva puedan tener sobre el proceso”, señaló Eduardo Núñez.
Noticias falsas afectan las elecciones a nivel
global
Finalmente, el quinto factor que la Misión
considera debe ser atendido prioritariamente son las redes sociales, el combate
a las noticias falsas y voto informado, ya que la es un fenómeno global que
afecta a las elecciones y otros ámbitos de las actividades públicas y privadas.
“Resulta determinante generar marcos para limitar
el efecto de distorsión que puede tener sobre la integridad de las elecciones,
en tanto puede ser un factor que induzca miedos; narrativa de odio; incentivos
a la violencia; descalificaciones personales e institucionales, información que
pueda disuadir o inducir el voto; generar dudas sobre las elecciones y las
autoridades electorales, entre otros potenciales efectos dañinos sobre la
integridad de las elecciones”, agregó.
Asimismo, la Misión de Acompañamiento reconoce que
las autoridades electorales mexicanas cuentan con capacidades suficientes y
demostradas para organizar, administrar y regular este proceso electoral y
considera prioritario atender los siguientes elementos:
· Reforzar los marcos de coordinación
interinstitucional, a nivel federal entre éste y las autoridades de gobierno de
las entidades federativas, para asegurar el mejor alineamiento posible en torno
a los desafíos, como los impactos del COVID y la gestión de las potenciales
manifestaciones de violencia.
· Reducir las narrativas de confrontación y
polarización, asumiendo que las elecciones deben configurarse como un fecundo
espacio de deliberación política que coadyuve a que la ciudadanía se interese
por los asuntos públicos y participe activamente del ejercicio electoral.
· Fomentar campañas de información temprana e
iniciativas institucionales y no estatales, para reducir los efectos de la
desinformación.
· Generar los marcos institucionales apropiados
para reducir toda manifestación de violencia que pueda afectar tanto la
administración del proceso electoral como la contienda política y la
participación efectiva de los y las electoras.
· Respetar la autonomía de las autoridades
electorales y potenciar sus capacidades para gestionar el proceso tanto desde
la perspectiva regulatoria como de la impartición de justicia y la
administración electoral y,
· Prevenir la erosión de la confianza en el proceso
electoral mediante la vigilancia activa, pero respetuosa de partidos políticos,
organizaciones que realizan observación sistemática de las elecciones, medios
de comunicación y cualquier otro actor mexicano interesado en proteger la
integridad de estas elecciones.
La Misión de Acompañamiento está conformada por el
titular de la Coordinación de Asuntos Internacionales (CAI) del INE, Manuel
Carrillo Poblano; el Director de Estudios y Proyectos de la CAI, Carlos
Navarro; Liza García, quien Presidió la Asociación de Organismos Electorales de
Centroamérica y el Caribe conocido como el “Protocolo de Tikal”; Fernando
Tuesta Soldevilla, de Perú, quien fue Jefe de la Oficina Nacional de Procesos
Electoral (ONPE); Eduardo Núñez, de Guatemala, director del National Democratic
Institute (NDI) y también director del Programa de Seguridad Pública de
Centroamérica.
Asimismo, la conforman: Erasmo Pinilla, de Panamá,
quien fue Presidente de la Unión Interamericana de Organismos Electorales
(UNIORE), que aglutina a todos los organismos electorales del Continente
Americano; Eugenio Chicas Martínez, miembro de la Junta Directiva del Consejo
de Expertos Electorales de América Latina (CEELA) y Juan Carlos
Galindo Vácha, de Colombia, Profesor universitario en varias cátedras en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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