Sin lugar a duda el pasado 8 de marzo la participación de las niñas fue importante, ellas las inocentes están aprendiendo a defender sus derechos, salir a la calle y exigirlos; van acompañadas de sus madres, tías, hermanas o abuelas, seguramente les llama más la atención participar en la marcha por curiosidad, ver, escuchar y gritar consignas, y de esta forma van aprendiendo a defenderse en un Estado donde hay una alerta de género desde hace tiempo, dejan las muñecas, los juegos y la televisión, toman una pancarta y salen a decir: estoy lista, quiero ser libre y defenderé mi derecho a serlo paso a paso.
El cansancio hizo presa del par de niñas después de haber caminado desde la hermana agua hasta la plaza principal de Tepic, las pequeñas niñas descansaban y esperando retomar fuerzas para continuar el camino a casa, entre ambas se encontraba una pancarta, la que expresaba: De camino a casa quiero ser libre, no valiente.
¡Definitivamente ya lo son!
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