Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez
Este viejo dicho que conoce la
mayoría de la gente, debería decir el corrupto o el abusivo dura hasta que el
apendejado decide sacudírselo. Y cuántas veces hemos constatado lo anterior
cuando vemos que el atolondrado, ya cansado de soportar los insultos, o
laceraciones, robos o equis muestras de violencia, de pronto se decide a
librarse de su verdugo y lo enfrenta de cualquier manera y lo pone en su lugar
mandándolo mucho a… donde fue el Padre Padilla…
Hay
otro viejo refrán que reza: “No hay mal que dure cien años… ni pendejo que los
aguante”… Y podríamos mencionar unos cuantos más en este tenor, pero el punto
es que los mexicanos ya vamos por las cinco centenas de años (o más) y seguimos
siendo los mismos aguantadores de los que hablan en esas expresiones orales
ocurrentes y oportunas. Lo que prueba que no somos valientes o lo fuimos hace
cien o doscientos años… y no se ha vuelto a repetir cuando más se necesita,
decidiendo vivir de arrimados en nuestra propia casa y recibiendo migajas por
nuestro trabajo, cuando deberíamos de percibir unos doscientos cincuenta pesos
por jornada.
Pero
permitimos que nos cobren la luz, la gasolina, el gas, el agua y todo lo demás
como si estuviéramos viviendo en los EUA, y todavía más: nos están construyendo
una muralla en nuestra propia frontera para impedirnos el paso… ¡Qué chulada de
máis prieto! –dijera el Cora Marismeño… Después de que nos robaron gran parte
de esas tierras cuando el hijo de Susana, (Santana) hizo el trato piratón…
Ahora son nuestros “buenos vecinos” después que nos explotaron bien y bonito y
ahora nos botan como envases desechables… (Y el desgobierno: ¡bien, gracias!
Todavía
eso puede pasar porque no les podemos echar el malo, ya que nos tienen
agarrados de los “eggs” (¿cuáles?) porque disponen de las armas más poderosas
del orbe… y son más que nosotros… Pero acá en México ¿qué nos pasa? Tenemos y
mantenemos un Ejército armado y a un solo individuo le damos autoridad para
mandarlo… y no es ni tan siquiera soldado… Y se supone que esta fuerza debe
defender nuestra soberanía (cualidad del poder político de un estado o de un
organismo que no esté sometido al control de otro estado o de otro organismo) y
no pasa eso, sino que estamos a merced realmente de unos “sicarios”.
¿Por
qué permitimos que quienes están en “el poder” se asignen sueldos
estratosféricos y a quienes trabajan a su lado les paguen –cuando quieren- una
miseria y les escamotean las prestaciones que antes les autorizaron?
¿Por
qué los funcionarios de alto nivel se despachan con la cuchara grande y hacen
lo que quieren con su dizque “gente”, y aceptan las leyes que a ellos les
convienen, hacen reformas al vapor, eliminan disposiciones con un simple
levantamiento de dedo y mantienen en el bote a quien no les cubre sus cuotas
“ahuevoluntarias”…
Le
siguen un sinfín de violaciones de derechos humanos, -como la falta de empleo
bien remunerado y la impartición de justicia que termine con la impunidad en
general.
Nada
de eso existe. Estamos inmersos en un océano de corrupción en el que unos
cuantos viven como si cumplieran con el pueblo, manteniéndolo esclavizado y
muerto de hambre. Las estadísticas no mienten y no engañan a nadie, se hacen
pendejos…
Así
es que… Control… Señores… Control… El cambio debe de ser completo… Aunque está
empezando a asomar…
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