Líneas
Por:
José Ma. Narváez Ramírez.
Son escasos los días que le
quedan al ayuntamiento de Tepic, y el asunto de las miasmas que invaden el
centro y la periferia de la ciudad (especialmente la zona centro-histórico que
es la más visitada turísticamente, y en la que se presumía que se iban a
invertir cerca de 70 millones de pesos en el área Catedral, a la vez que se
proyecta un paso a desnivel y un estacionamiento como el de la Plaza de los Constituyentes,
con un costo supermillonario) los lugareños y visitantes de este lugar siguen
respirando diariamente olores fétidos que brotan de las alcantarillas de los
alrededores del jardín principal, que los comerciantes semi-fijos tapan con
cartones para evitar que se propaguen pero es inútil ya que la peste es
insoportable y la contaminación inevitable porque se extiende a través del aire
y se respira o se ingiere con los alimentos.
Las
autoridades municipales fueron informadas desde que entraron en función, pero
nunca han hecho caso aduciendo que no hay dinero ni para pagar a los
trabajadores, cómo pueden barruntar que se apruebe un presupuesto para limpiar
o sanear el drenaje que va a dar al río y continúa la polución al por mayor ya
que está convertido en un canal de excremento.
La
temporada de lluvias ha sido escasa en la zona del municipio más importante del
estado y el problema se agudiza aún más por la sencilla razón de que los
funcionarios integrantes del cabildo hacen caso omiso de esta seria anomalía
relegando la responsabilidad en las autoridades sanitarias que igualmente no le
dan importancia a estas denuncias por las mismas razones (meimportamadrísmo) de
todos los demás involucrados.
Los
encargados de informar a la ciudadanía sobre estas deficiencias, desvían
mañosamente la atención enfocándola a otros casos de menor envergadura, pero
con engaños la convierten en principal, dejando de lado el caso que se agrava
automáticamente por la nula atención que se le da.
Los
negocios de restaurantes, (tianguis de
ocasión, como los Huicholes que están en la mera plaza), mercados, expendios de
fruta y comida variada como pan, refrescos, café, pasteles, paletas, nieve,
mariscos, pollos, verduras y hortalizas y demás, se hacen de la vista y olfato “gordos”
y siguen despachando sus alimentos y verduras con su parte de olor a caca, que
ingieren y posteriormente les causa enfermedades gastrointestinales que les
ocasionan gastos y serios perjuicios para su salud y su presupuesto. Esto sin
contar con la invasión de ratas y otras alimañas que tienen invadido el centro
histórico, en especial los mercados principales de la ciudad.
La
omisión de los jefes de SIAPA, ha obligado a vecinos de Tepic a seguir
respirando el hedor del drenaje durante casi tres años; refieren que los
escurrimientos de suciedad en las zonas de descargas de aguas residuales y
desechos siempre las han tenido y la hediondez se mete a las casas. Por las
noches la fetidez se intensifica y los paseantes y vecinos no hallan qué hacer.
Mientras
esto pasa, los funcionarios se dan el lujo de darse sus atracones en los
lugares de postín ubicados en esas mismas zonas y se acompañan con vinos caros
que son cargados al erario municipal.
Control…
Señores… Control… Y ESO QUE NO HAY DINERO…
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