domingo, 15 de junio de 2014

Millonarios y pobres

Líneas

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

Desafortunadamente vivimos englobados en un sistema manipulado por los despiadados ricos y mantenido por los agobiados pobres. La inmensa mayoría padece los estragos de la explotación o el canibalismo humano y una de sus armas mejor utilizadas es la televisión.
         Este vehículo de la comunicación que debería ser el invento máximo de la humanidad al servicio de los más necesitados, al contrario, es el instrumento letal que más los extorsiona, los aplasta… los mantiene apendejados… y les cobra por ello… y lo más inaudito: ellos le pagan –como pueden- por hacerlo.
Veamos: en este tiempo del mundial de fútbol, en el que participan unos cuantos millonarios que mantienen hinoptizada a la muchedumbre, ganan lo que quieren y todavía más, con la práctica legalizada de la corrupción, ya que manejan las apuestas y “juegan” a su favor con los resultados, aunque éstos parezcan los más inverosímiles.
De ahí siguen los “teleculebrones” que mantienen idiotizadas a las amas de casa y alguno que otro amo, como si fuera la propaganda que se les otorga a los candidatos a ocupar los escaños de Alí Baba y los quinientos ladrones, que no necesitan ni pronunciar las palabras que profería Aladino: ¡Ábrete sésamo! Para entrar a la cueva de los tesoros y saquearlos a placer… Solamente levantan la diestra y dicen muy solemnes: ¡Sí, protesto!
Codeándose con la casta divina de los malandrines están los narcos y los empresarios –extranjeros, nacionales (más de los primeros) y los “lavalana”-, que los millones de dólares que obtienen de su chupóptera actividad, es sacada del país para incrementar sus cuentas bancarias haciendo enormes depósitos millonarios en las instituciones de afuera, en especial las suizas.     
         Luego prosiguen las empresas -también televisoras- que a todo le sacan ganancia poniéndose el disfraz de ovejas organizando programas de dizque beneficencia social, como los del Teletón, los de baile y los de sorteos de la suerte… que explotan la misericordia de la gente.
         Llega al clímax este poder del dinero que por medio de él controlan hasta al ejército y la armada, que debieran combatirlos –a ellos- al atentar contra nuestra soberanía, “más sin embargo” les pagan por mantenernos desarmados e indefensos… y todavía se dan casos de que los tienen cuidando los sembrados y protegiendo a los mafiosos. Y ni hablar sobre los cuerpos policíacos que, en algunas partes de nuestra república los mantienen embozados y conducen vehículos sin placas dizque velando por su seguridad... ¿la de quién?
         ¿Y los pobres? ¿Los que integran el otro ejército, el de los desempleados -o empleados con goce de un ínfimo sueldo por trabajar para ellos (como los burócratas)- ¿Y las empleadas y empleados de los múltiples negocios locales manejados por la iniciativa privada, que les pagan una miseria, no les dan el Seguro y los mantienen… parados más de diez horas diarias? ¿Y los que se parten la madre agrandando los capitales de los patrones y explotadores? ¿Y los más engañados: los campesinos? A todos esos: ¿Qué rey los ampara? Si nadie lucha para crear más empleos por medio de industrias que utilicen productos de la tierra que siembran… Si nadie mueve un dedo para acordar un salario mínimo de doscientos cincuenta pesos por día de trabajo… Si están de arrimados en su propia libertad transformada en esclavitud… Si están de “ciudadanos” libres en una sociedad salvaguardada en la mayor inseguridad que pudiera existir: la que vive atemorizada bajo la bota policial y judicial… no se diga la narca…
         Podríamos hablar de la otra casta, la de los artistas –que ya está incluida en la de los servidores de aquellos, y que perciben sueldos de jugador profesional de béisbol, futbol o tenis, si sudar la camiseta- esos pueden admitirse porque en su mayoría vienen de la casta de la pobreza pero en cuanto suben al “podium de los elegidos” por el dedo divino de la riqueza, cambian de ciclo y se creen poderosos… Entre ellos hay muchos de los nuevos ricos que circulan en la alfombra roja de los millonarios: los funcionarios públicos. Que de estos no hablamos porque no merecen ni siquiera ser nombrados, ya que son los que deberían velar por el futuro de los ciudadanos, y ¿cuál de ellos lo hace?
Control… Señores… Control… Esta es la más terrible verdad que en la actualidad vive nuestro país… La esclavitud. Antes podíamos irnos a trabajar a los “primos” y nos pagaban bien por echar las tripas… Hoy nos dan una patada en el trasero y nos botan como envases desechables… MANDANDONOS DE REGRESO AL INFIERNO… Dice un aspirante a la presidencia municipal por el PAN que es de Santiago y se llama Polo Domínguez: ¿Hasta cuando?    

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