Por: José Ma. Narváez Ramírez.
Llega el tiempo de campañas abiertas y de tomar las decisiones que más convengan a nuestro pueblo, a pesar de todas las echadas que empezamos a escuchar –“sin acompañamiento mariachero y sin actos espectaculares” –dijera don Brígido Ramírez Guillén- y ni modo de ponerles un detector de mentiras a cada uno de los más de cien candidatos en línea… Además: no hay dinero, el que les dan en los partidos se gasta en los medios masivos… no sobran chayotes y si sobran se reparten como limosna… al estilo jefe de prensa corrupto…
El que va a votar, si es que no está de parte del abstencionismo va a ser usted… nadie más… y el sufragio será secreto, nadie va a saber por quién se decidió. Si tiene dudas de que le hagan su voto “perdedizo” o le cambien de seleccionado, allá usted, pero recuerde que debe cumplir con un derecho ciudadano para que cuando menos, después de las elecciones, pueda decir que participó en la contienda. No deje que otros decidan por usted, porque personalmente tiene que ir a votar, y tenga la firme convicción de que nadie tomó una decisión por usted. Como el viejo anuncio aquel de la tele: “usted decide si se embaraza”
Es muy fácil decir que no ejercerá el sufragio porque está convencido de que ganará el que diga el gobierno. Y los candidatos pregonan calle por calle y casa por casa, que ellos tratarán de resolver todos los problemas que se vienen acarreando en economía, salud, educación, seguridad, servicios sociales, etc., etc. Algunos afirman que es probable que se solucione la difícil situación del desempleo –asegurando que traen en cartera el conseguir más de un millar de ocupaciones- y otros barruntan que bajando los sueldos en un treinta por ciento lograrán reunir varios milloncejos de pesos para obras de beneficio social. Pero como Peña Nieto: “no aseguran nada”.
Una vez Antonio Echevarría Domínguez al respecto citó el viejo dicho ranchero: “déjalos que corcoveen, que ya agarrarán el paso”, y resultó cierto pues al tomar el poder los candidatos siguieron las mismas mañas de sus antecesores… Todos… Hoy se ha ido hasta el inodoro y ni a su pariente respetó cuando habló de las presidencias municipales…
No sé si sea vacilada eso que dicen que dice la gente cuando de comprar el voto platica, que si le dan doscientos pesos por él, lo dará… Y todavía otros afirman que ya les están soltando lana algunos candidatos billetudos que no tienen fama de agarrados… ¿Recuerdan a aquel que repartía monedas como si fuera bolo allá en San Blas?
La politiquería en Nayarit está como el juego del cubilete cuyas reglas señalan: “todo cuenta, todo vale, por arriba y por abajo” y así se vienen dando los jugadores entre bambalinas, mientras desarrollan sus estrategias en el campo de batalla, o sea por todo el suelo Cora, huichol, tepehuanero y de otras dos etnias más… Con la más pura y diáfana austeridad… Aunque andan algunos güeritos desteñidos y otros que se creen picados de gringo o parientes de sangre azul… sin faltar las damas que se dicen de alcurnia y de apellidos fuera de serie…
Lo cierto es que los días se van a ir más rápido que de volada y de buenas a primeras ya estarán en el partidero para recibir la bendición del pueblo o las mentadas de progenitora, en las urnas.
Todo ya está fríamente calculado y algunos y algunas ya pusieron las cheves a helar para brindar por el triunfo anunciado. Ya se cerraron las bocas de gobierno con el asunto “de calladitos se ven más bonitos” sin meterse en el tinglado de los campañeros porque dicen que los sancionan las autoridades electorales.
Control… Señores… Control… Mientras por abajo del agua los grupos de choque se tachan de conflictivos, alebrestadores, asesinos, rateros, peleoneros, buscabullas, azuzadores, mapaches, provocadores, mafiosos, locos, chingadores, agitadores, vándalos, vividores, explotadores, parásitos, chupópteros, envenenadores, falsificadores, solapadotes, usurpadores, corruptos, prepotentes y traidores… Pero todos están pregonando que nadie se molesta y que todo se realiza en sana paz… ¡Sea por Dios!
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