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sitios arqueológicos de origen prehispánico fueron encontrados en la llanura
deltaica -entre los ríos Grande de Santiago y San Pedro Mezquital- por personal
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Nayarit), lo que
representa un trascendental desarrollo cultural en la costa noroccidental del
estado.
El
responsable de la investigación: “Registro, protección e investigación
arqueológica en la planicie costera noroccidental de Nayarit”, Mauricio Garduño
Ambriz, informó que la mayoría de los asentamientos descubiertos están
asociados a tierras cultivables de alto rendimiento.
Precisó que se trata de
53 asentamientos de carácter habitacional, dos sitios con petrograbados y una
covacha de uso ceremonial en el Cerro de Peñas y agregó que su orientación y
configuración espacial es muy similar a la de la cueva de Tatéi Haramara, el
santuario sagrado de los wixaritari (huicholes) contemporáneos, ubicado en el
municipio de San Blas.
El
especialista destacó además, que se descubrió un gran yacimiento de calcedonia
en el Cerro El Tesorero, materia prima local que fue ampliamente utilizada a lo
largo de toda la secuencia de ocupación por las poblaciones costeras Aztatlán
del norte de Nayarit y sur de Sinaloa.
En
opinión de Garduño Ambriz, la nivelación agrícola y la introducción de
infraestructura (caminos, canales de irrigación, etc.), y el desarrollo de la
acuacultura en la zona estuarina son las principales causas de que en los
últimos años se ha transformado el paisaje en las tierras bajas.
Explicó
que la constante nivelación agrícola mecanizada ha dejado al descubierto
materiales representativos de diversas fases de ocupación tanto del Clásico
como del Posclásico.
El
investigador del INAH-Nayarit anunció que a través de los trabajos de
recolección de muestras se documentó una larga secuencia de ocupación en la
zona, desde el Formativo Terminal (complejo cultural Chinesco, 0-150/200 d.C.)
hasta el Posclásico Medio (complejo cultural Aztatlán, 850/900-1350 d.C.).
“Las observaciones
preliminares de campo en relación con el patrón de asentamiento regional
indican que existió una densa población en las tierras bajas inundables durante
el Epiclásico, localizadas en la costa central de Nayarit, lo que posibilitó la
cristalización y expansión económica y comercial de la cultura Aztatlán”,
puntualizó.
Comentó que si no se
toma en cuenta la activa participación que desempeñaron los grupos Aztatlán
asentados en el septentrión costero mesoamericano en los principales procesos
sociales, políticos y económicos regionales sería imposible comprender a
detalle los complejos procesos de interacción y globalización cultural que
caracterizaron a las sociedades del Posclásico mesoamericano.
Dichas
investigaciones, precisó, han demostrado que en la zona nuclear costera
Aztatlán tuvo lugar un notable desarrollo cultural ininterrumpido, de carácter
progresivo.
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