La visita del aspirante presidencial republicano Donald Trump a
la Ciudad de México para entrevistarse con el jefe de Estado mexicano evidencia
la interdependencia entre dos países unidos por una de las fronteras más dinámicas
del mundo y economías que avanzan a la complementariedad.
A lo
largo de su campaña, el señor Trump se ha expresado sobre México y los
mexicanos en términos que violentan los límites de la retórica electoral e
injurian al país y a sus ciudadanos. Esto es inaceptable. Nueva Alianza fue el
primer partido político en manifestar públicamente su condena en un video
difundido a todo el país y mediante elhashtag #AMéxicoSeLeRespeta. En su
propio país, el señor Trump ha visto cómo algunos liderazgos de su partido se
han desmarcado pública y abiertamente de sus posturas xenófobas y parroquiales.
Ninguna campaña como la suya puede triunfar.
Dado
que en su condición de sólo candidato el señor Trump no está en condiciones de
concretar con el gobierno mexicano una agenda de acuerdos específicos,
interpretamos su peregrinaje a México como la posibilidad de un viraje de las
posturas hasta hoy mantenidas en torno a la relación bilateral y en particular
sobre la condición de los migrantes de origen mexicano en Estados Unidos. Esto
habrá de ser juzgado en los meses por venir.
En este
contexto, esperamos que el diálogo convocado por el gobierno de México, en un
ejercicio de autonomía y fortaleza, contribuya a una mejor percepción de
visiones y realidades entre ambas naciones.
Ahora sigue acelerar el encuentro con la candidata Hillary
Clinton y confirmar las enormes diferencias entre las dos candidaturas para los
intereses de México y los mexicanos.
¡A
México se le respeta!
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