domingo, 12 de octubre de 2014

El transporte público la sigue librando

Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez.


Se comenta a voz en cuello que el transporte público en Tepic, está en manos de los pulpos camioneros y que de por ahí salió Saldate a ocupar los primeros lugares en este renglón, ostentando el cargo de diputado –ahora pretende ser Federal- y de propietario de varios cientos de permisos de autobuses, de combis y de carros de sitio, que repartió con funcionarios del gobierno actual y del pasado inmediato, involucrando al señor Sandoval y a otros de viejo cuño con los que hizo la repartición…

         Pero esto, a pesar de estar basado en la premisa de que en pueblo chico no hay nada escondido, y de que al trabajador lo tienen agarrado de… el volante… con condicionamientos perrunos y sin poder hacer lo necesario para asegurar su larga vida y salud en esta labor tan aburrida de andar como el mállate: a la vuelta y vuelta… en medio de un mar de responsabilidad… Surge la perspectiva de que “el gobierno del cambio” aceptó nuestra sugerencia, y considerando que este tipo de armatostes es poco menos que inútil y gravoso en lo que respecta a su circulación en el centro de la ciudad, porque ocupa un gran espacio y no hay ley de Tránsito que lo domeñe: debe salir de este círculo central y apegarse al servicio, descongestionando las rúas que circundan el centro histórico y concretarse a las vías de acceso fuera de éste o de plano salirse de la ciudad y prestar dicho servicio en la zona rural… Dando oportunidad a las combis y a los taxis para que en forma ordenada y fuera de los obsoletos puntos de sitio que vienen obstruyendo el tráfico vehicular, presten el servicio en forma desahogada, sin los cuellos de botella y demás atoramientos innecesarios que transforman a Tepic, la ciudad capital, en un caos vial vehicular central citadino. Sin olvidarse de los camiones y demás vehículos que surten a los negocios del centro de la ciudad en las horarios de servicio a la ciudadanía, entorpeciendo su paso, su tranquilidad y su seguridad.
         En otras palabras: ¡Fuera! –cuando menos del centro- los ataúdes rodantes, contaminantes y obsoletos, destructores de la ciudad de Tepic. Y decimos destructores porque en gran parte son los causantes directos del deterioro de la capa asfáltica de la población (tan cara que sale al pueblo) y no ponen un quinto de sus fabulosas ganancias para la reparación o la construcción de nuevas capas. Aparte de que son un serio peligro para los propios usuarios al transitar por la ciudad sin observar el reglamento correspondiente.     
         Debe hacerse un censo público al respecto para que sea la propia gente la que externe su repudio por este servicio que, aunque es relativamente barato, si se observa meticulosamente, sale muy caro a la población, que sí lo necesita a temprana hora, pero ya en las demás son muy pocos los que se ocupan y van rodando semi-vacíos haciendo las rutas sujetas a horario convirtiéndose en un verdadero peligro para los transeúntes.
         Control… Señores… Control… Hay que ser marrano, pero no tan trompudo… Debemos pensar en los demás, servirles y cobrarles lo justo, no verlos como entes de explotación desmedida correspondiéndoles con malos servicios… Entendamos que los camiones urbanos ya no caben en el centro de la capital del estado, hay que pensar en utilizar mini autobuses, pero por lo pronto: ¡FUERA DEL CENTRO DE TEPIC!   

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