Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez.
Aquí parece que las fiestas
navideñas, el catorce de febrero y la compra de útiles escolares, les pasó de
noche a los que se autollaman los más necesitados y ahí van con todo y chorcha
de chamacos a disfrutar de la fiesta nayarita, a ver a sus artistas favoritos y
echarse unos alipuses entre pecho y espalda “que al cabo la vida seguirá
pa´delante y que venga lo que quiera al fin que estamos blindados contra la
pobreza”.
Y
si le debemos treinta mil pesos a la mueblería fulana y veinticinco al Banco
equis, y quince al agiotista de la colonia, pues a buscar otros agujeros para
tapar estos y que nada impida ir a festejar la
Feria. Al final del endrogue oficial siguen
las “cundinas” que no se rajan.
También
nos queda el recurso de tratar de sacarle raja al voto, que parece va a ser
buen negocio ahora que el tricolor anda medio churido y por debajo del agua
pagará buena feria a aquél cristiano que se anime a venderlo. Total ya habrá
mejores tiempos para votar por aquellos que nos demuestren honestidad y
valentía para aplicar las leyes. El tramo esta todavía muy largo pero ustedes
saben que “no hay plazo que no se cumpla ni
fecha que nunca llegue”.
Por
lo demás los caballos de los charros y damas de la escaramuza que se dignaron
desfilar por las calles principales de Tepic el día del rompimiento de la Feria , destacaron por su
gallardía, colorido y orden en su participación en general, que fue muy
aplaudida (como siempre) ante el magno festejo, adornado con los hermosos
trajes de nuestro charros y la gran vistosidad de los atuendos femeninos, en
donde queda bien representada la belleza de nuestra mujeres.
Total,
otra fiesta plena de luz y alegría, venta de novedades, repartición de
bocadillos en la participación de los veinte ayuntamientos, unos comprados con
dinero de la UAN
(que ahorita anda de la gamarra con los aviadores y profes que se dicen
defraudados) pero va saliendo con el buche airoso porque tiene con qué responder.
Cuídese
de los raterillos que se aprovechan de cualquier descuido de los paseantes, no
suelte de la mano a sus niños y llévese su rollo de papel higiénico para que
utilice los baños portátiles convenientemente, porque luego ya ve: están más
desbordantes de “mielaza” que los del ayuntamiento y apestan peor, aunque no le
van a cobrar los cinco pesos de cuota de recuperación (seguimos sin que nos hagan
saber de qué…). Por lo demás tenemos un cuerpo de policía a prueba de los más
feroces delincuentes, y que hasta la fecha han salido con saldo blanco.
Control…
Señores… Control… cada quien que le mida el agua a los camotes y que se los
trague enmielados, acanelados o simplemente cocidos en agua… NOS VEREMOS EN LA FERIA … S.D.Q.
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