Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez.
Había visitado las instalaciones
del ISSSTE, pero no me había dado cuenta del abandono en que tienen a los
enfermos, a pesar de la lucha redoblada de enfermeras y practicantes de la
medicina, internos y un ejército de trabajadores de esa institución que dedican
gran parte de su tiempo a las labores de limpieza, vigilancia y manejo de
vehículos. Sin descontar al excelente cuerpo médico oficial.
Es
la falta de espacios para servicios médicos al pueblo, lo que ocasiona los
graves problemas que se viven en el Hospital General, en los del Seguro y los del
ISSSTE. Pero no vamos a hablar de eso, si no del trato que usted recibe cuando
se ve en la necesidad de cuidar de lo más preciado que Dios le da: la salud.
Para
ser tratado de una enfermedad y carece de dinero, tiene que convencer a los
doctores de que usted necesita verdaderamente de los servicios de esta
institución, y si logra pasar la barrera (en URGENCIAS) entre tanto enfermo que
realmente ocupa ser atendido, prepárese para entrar a “la antesala del
infierno”, como le han puesto a estos servicios.
No
es que sean malos los tratos médicos que le otorgan, lo que pasa es que no hay
espacio para acomodar a tantas personas enfermas y éstas son puestas (en el
primer día) en un sillón reposet, que carece de los principales servicios, ahí
le empiezan a aplicar los medicamentos y consultar sus signos vitales.
Programándolos para cualquier intervención quirúrgica unos dos o tres meses después.
Para
vida de ser atendido tiene que esperar que se desocupe una cama de esas de
hospital que se coloca en uno de los pasillos de urgencias, quedando al mando
de alguno de los doctores especialistas. En esos pasillos usted tiene que
soportar el ir y venir de gente de la propia institución y los acompañantes de
los propios enfermos, a los que se les arrima una silla para que estén
pendientes del paciente. (Parece un zóco (MERCADO) árabe día y noche). No se
puede dormir o tratar de descansar.
Con
un mucho de suerte o con una buena palanca, puede usted conseguir que se le de
una cama en los lugares que les llaman “piso”. O sea que usted puede pasar la
noche con otros enfermos, pero con atenciones directas.
Esto
no es el grave problema, lo que ocasiona todo esta desgraciada falta de
atención, es el hacinamiento de enfermos y la falta de lugares en donde
atenderlos… Y todo esto debido a que se han aprovechado los politiqueros
actuales que están en el poder, de cambiar los sitios destinados a
instituciones de salud, para construir inútiles espacios para efectuar bochinches
que están muy lejos de servir a la salud de nuestros compatriotas. Esto no se
vale.
Claro
que hay doctores que le brindan sus servicios especiales en sus propios
consultorios o clínicas, pero estos no los puede pagar un derecho-habiente.
Igualmente hay estudios que son cubiertos por el ISSSTE, pero igualmente hay
otros que necesita usted que tratar de empeñar todo lo que tiene, para
sufragarlos… o decidir “ahuevoluntariamente” decir: “duende, apaga la luz y
vámonos”…
Es
triste esta situación que se vive en estos tiempos a nivel nacional, y
solamente hay que pedirle a Dios… Control… Señores… Control… para tener la
paciencia de ser paciente de esas instituciones…
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