“En
la vida todos hacemos lo que nos funciona, Dios me puso a prueba
desde mi nacimiento y me dio un talento para desarrollar y lo he
hecho consiente de la responsabilidad de cualquier profesión, la
lealtad a nosotros mismos para respetarnos y respetar lo que podamos
aportar”, asegura Mónica Miguel.
Nominada
al premio Ariel, como mejor actriz de cuadro en la cinta “Sueño
en otro idioma”, su propio sueño comienza,
“agarrada de las naguas de mi bisabuela Dolores que me llevaba a la
Carpa Tayita, luego mi primer foro a los 12 años aquí en Tepic en
el barrio del Purísimo, para recaudar fondos para la parroquia”.
Ahí
es descubierta por René Corona que la presenta con Alfredo Castilla
con quien realiza, entre 20 obras, “Debiera haber obispas” de
Rafael Solana que la reconoce como primera actriz. Luego siguió el
trabajo actoral dirigida por Javier Rojas, Fernando Magner, Salvador
Novo y hasta Federico Fellini.
De
la taquimecanografía en Tepic a la academia “Andrés Soler” en
Ciudad de México, “trabajaba por la mañana y estudiaba por las
tardes, no me alcanzaba el dinero para pagar camiones y caminaba
mucho pero no me importaba,
tenía la seguridad de que lo que es para ti nadie te lo quita”,
agrega
Mónica Miguel.
Luego
nueve años en Italia, “donde trabajé en cine, hice comedia
musical en el teatro y grabé dos discos cantando en italiano”.
Después Egipto y Japón, “regreso a México y Televisa me invita y
realizo 26 o más telenovelas”. Hoy,
una artista completa, dirige
escena inclusive en bioseries como la de Silvia Pinal.
Como
actriz que disfruta la escena explica, “hay tres tipos de actores:
de forma, el que hace que actúa; de personalidad, solo se disfraza;
y el actor creativo, el que se despersonaliza para entender al
personaje y entiende el sí mágico, si yo fuera, y estudia el
lenguaje visual y el lenguaje bocal de ese personaje”.
Mónica
Miguel cree en la juventud, “que se prepara, que tiene energía,
fuerza y deseo de aprender y de seguir adelante. La belleza es
importante, pero, lo es más, desarrollar el talento. Ser actor es un
trabajo duro, de disciplina, de estudio, de mucho trabajo, porque
puedes tener un deseo, pero hay que estudiar”.
“Las
imágenes tienen poder, como actor o actriz tienes que dar imagen a
la palabra”, y la nayarita concluye con una reflexión, “la
inteligencia es sinónimo de humildad, ser inteligente es ser
humilde”. Mónica Miguel, cada entrevista un encuentro consigo
misma y así celebramos el Día Internacional del Actor.