Apoyada del brazo de su esposo, María Inés Ortega López sale a
caminar un poco, tratando de olvidar por un momento la difícil
situación por la que atraviesan; desde hace una semana llegaron a
Tepic y se encuentran en un albergue donde los han apoyado con
techo y comida.
Don Gonzalo Tapia Castellanos de 53 años, refleja la preocupación por María, ha buscado la manera de apoyarla buscando la mejor atención médica, lo que ha ocasionado la necesidad de poner en riesgo su único patrimonio -una pequeña vivienda- al solicitar un préstamo para solventar los gastos que ha ocasionado el problema de salud de su esposa desde hace 3 años.
Al principio de su problema en los ojos y tras una operación y tratamientos, María logró recuperar la vista en un 80 por ciento, sin embargo, desde hace algunos meses ha venido perdiendo la vista paulatinamente, hasta el día de hoy que se encuentra completamente invidente.
Ante la difícil situación económica por la que atraviesan, con la deuda adquirida, además don Gonzalo no ha podido trabajar por mantenerse al cuidado de María y teniendo que trasladarse con ella a sus citas a esta ciudad; vecinos del poblado de San Isidro, Municipio de Compostela, se acercaron al Gobernador de la Gente durante la cabalgata en aquel lugar, a quien le solicitaron su apoyo y hacer lo posible para que María pueda recuperar la vista.
“Nos acercamos a él, nos dio muchas esperanzas que me iba ayudar para salir adelante, él iba en un caballo negro, se bajó para atendernos, nos escuchó y desde ese momento hemos recibido puras atenciones de toda su gente”, así lo expresaron María y Gonzalo.
“Es un Gobernador que sí nos ha ayudado, le doy las gracias que no se canse de seguir apoyándonos, estamos muy agradecidos por el apoyo que nos han dado, consultas, estudios médicos, que nosotros no podríamos hacer sin su apoyo” mencionó Gonzalo al recibir la atención que necesitan.
“Yo me siento agradecida, le doy las gracias al Gobernador porque nos está dando la mano para salir adelante, todo el personal tiene bonito modo, nos atienden muy bien todos, todos están dispuestos para ayudarlo a uno”, dijo María.
Finalmente ambos esperan poder regresar a su poblado y continuar ganándose la vida vendiendo cocos, refrescos, pulpa de tamarindo y escobas que ellos mismos elaboran, en un puesto que mantienen a borde de carretera, siendo éste su único sustento y con la esperanza de poder seguir trabajando y lograr recuperar su casita.
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