Claudia Isela Hernández
Investigación especial documentada de su Historia según las creencias Huicholes, Haramara, el oeste, que corresponde a la Isla del Rey en el océano Pacífico, en San Blas, en Nayarit.
Cuenta la leyenda que, en este lado del mar, todo era oscuro y no había conocimiento. Hasta que, un día, desde el otro lado del mar llegaron a Haramara los dioses, trayendo el conocimiento. Éste es el lugar al que llegaron por primera vez los dioses. Aquí iniciaron su caminar en busca de otros parajes para residir en ellos.
Aquí vive la diosa del mar, la madre de la naturaleza, la madre del maíz, la protectora de los labradores, la diosa de los venados.
En resumen: el tiempo mítico u originario, se encuentra íntimamente ligado con el agua. El mar es el lugar de origen, el lugar desde donde salieron los ancestros de este grupo. Concretamente, es el Océano Pacifico y las costas de lo que conocemos actualmente como el estado de Nayarit que se consideran el escenario de los primeros eventos cosmogónicos.
Qué sigfinica Tatéi Haramara ???
Para el pueblo wixaritari o huichol, Tatéi Haramara significa Nuestra Madre el Mar, fuente primordial de toda agua, y origen de las nubes que viajan sobre sus tierras en los cuatro puntos cardinales para traer lluvia. Es el origen de la vida. En Haramara también está la gran serpiente de mar, la que devora a los hombres. -Mar, inframundo y época de las lluvias } La equiparación del mar con el inframundo es una constante en la cosmovisión huichola.
Ellos, cuando hablan del mar, se refieren principalmente al Océano Pacífico, lo que es lógico, ya que la costa de Nayarit se encuentra en relativa cercanía a su territorio tradicional, ubicado en la parte sur de la Sierra Madre Occidental. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que los mismos huicholes sostienen que el mar se extiende por debajo de la tierra, conectándose así con el “mar de Veracruz” (el Golfo de México) ubicado en el oriente.
Para los huicholes la tierra flota sobre el mar, a manera de una gran isla, bajo la consideración de que el agua rodea toda la superficie terrestre, además de ser la parte baja del mundo.
Una gran roca blanca solitaria (conocida bajo el nombre de Waxiewe) que se encuentra en el mar, a una cierta distancia del Estero del Rey, en el puerto de San Blas, es el punto exacto de partida del viaje iniciático de los dioses que lleva hasta el otro extremo del “tiempo-espacio”. Este punto geográfico es un lugar de culto, que marca el punto occidental de la geografía ritual. También se considera el lugar donde mora o habita Tatei Haramara, la diosa madre del mar.
A su vez, este monolito es considerado el primer objeto sólido del cosmos. Según el relato mítico, la diosa del mar se arroja contra la roca para convertirse en vapor y lluvia. Y, siguiendo a la lógica sacrificial de la cosmogonía huichola, se convierte en la roca. Es decir, se arroja contra sí misma para convertirse en ella. El poniente (tat+ata), el mar y la costa de Nayarit se ubican “abajo” y en una zona “oscura”. Esto tiene una serie de implicaciones importantes. Por un lado, es ahí donde habitan los muertos o, al menos, una gran parte de ellos. Según algunos informantes, los muertos que viven en la costa son aquellos que cometieron muchas transgresiones sexuales durante su vida.
La existencia de estos “pecadores irremediables” no necesariamente es triste, ya que pasan el tiempo bailando mitote y emborrachándose. Sería erróneo pensar que el inframundo sea un ámbito completamente negativo. Una concepción así no cabría en el pensamiento huichol. “La zona oscura” –el inframundo, el mar y la costa– es la región más fértil del universo huichol y la más rica en recursos acuáticos.
En un principio, toda el agua que circula en el mundo proviene del mar o, mitológicamente hablando, de la diosa madre Haramara que se (auto)sacrifica aventándose permanentemente contra la roca blanca de San Blas para revivir como el rocío y las nubes que se levantan al cielo. Por otra parte, a través de canales subterráneos, las “venas de la tierra” (entregadas originalmente por los dioses en un acto de autosacrificio), todos los manantiales y ojos de agua están conectados con el mar.
El mar, con su agua salada, es fuente última de toda fertilidad. Equiparada con el inframundo y conceptualizada como el ámbito de la oscuridad, la costa se denomina t+karita (“lugar de la medianoche”) oy+ wita (“donde está oscuro [negro]“). La misma metáfora del día y la noche se aplica a las estaciones del año. Así, la época de las lluvias (witarita) se llama t+kari(pa), “cuando es medianoche”.
La temporada de “las aguas” se equipara simbólicamente con la costa y el mar. Al principio del universo, la época de las lluvias aún era permanente, “todo el tiempo llovía”, “todo el mundo fue oscuro” y la tierra aún era blanda. La marisma es un ecosistema que, efectivamente, corresponde a esta visión de un mundo acuático que no es mar, pero tampoco tierra.
Para los huicholes, se trata de la parte del universo que conservó su aspecto original. Los mosquitos, tan abundantes en la zona de San Blas y en la marisma, son los muertos.
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