lunes, 13 de mayo de 2013

Nuestro Origen, Nuestra Cultura, Nuestro Orgullo, Lugar Sagrado Tatéi Haramara



Tatéi Haramara para los wixaritari o huichol significa Nuestra Madre el mar fuente primordial de toda agua y origen de las nubes que viajan sobre sus tierras en los cuatro puntos cardinales para traer lluvia origen de la vida, lugar en donde han realizado milenariamente rituales para que haya buenas cosechas, curar enfermedades e inclusive casamientos.

Éste es el lugar al que llegaron por primera vez los Diose, aquí iniciaron su caminar en busca de otros parajes para residir en ellos. Aquí vive la diosa del mar, la madre del maíz, la protectora de los labradores, la diosa de los venados.

Aunque viven retirados a más de cien kilómetros de la costa del Estado de Nayarit, el perigrinaje de los Wixaritari (huicholes) al mar es un fenómeno vital muy concreto; Allí desapareen ( metiéndose por uno de sus canales acuáticos/infraterrestres) las chispas de Nuestro Bisabuelo el sol Poniente, Tatutsí Sakaimuka, y se espera que Nuestro Padre, Taydu, o nuestro Creador, Taweviekame, vuelva a aparecer de nuevo por la otra vertiente, en el desierto sagado del oriente, Wirikuta.

Cuando salen los primeros rayos del sol, aparecen también las gotas de Nuestra Madre Rocío Alma, Tatéi Haütsi Küpuri, que provienen del mar. Así Nuestra Madre el Mar, Tatéi Haramara, es la fuente primordial de toda el agua, y de ahí de donde salen algunas de las olas que son transportadas por Tamatsi Eakatéiwari, Nuestro Hermano Mayor el Viento Vecino, para luego convertirse en nubes en los diferentes puntos cardinales, y en el centro, El símbolo de la lluvia y de las nubes es la serpiente, o el camino que toman Nuestas Madres de la Lluvia, Tatataima (las que son como nuestras madres) para llegar a diferentes lugares su cosmografía es sagrada.



Para el Wixárika(Huichol), de no ser por el mar, las nubes no viajarían sobre su tierra entro los cuatro puntos cardinales y no habría lluvia, Es allí, en el  mar, en donde se originan las serpientes aladas que se convierten en Nuestras Madres de la Lluvia.

Por otro lado, cuando llueve demasiado, la lluvia arrastra parte de la tierra hasta la orilla del mar ahí en donde todos los arroyos se juntan para vaciar sus aguas de nuevo en el mar, que representa el poniente, o el regreso a la oscuridad embrionaria y el viaje al mundo de los muertos, donde se pierden algunos espíritus mientras muchos dejan el inframundo, siendo liberados a un mundo celestial, en forma de cristales de cuarzao(teiwárite), sirviendo como ejemplo para sus descendientes.



Por eso muchos Wixaritari organizan peregrinaciones al mar, para darle gracias por la fertilidad y hasta para buscar tierra, en su orilla, con virtudes para fertilizar los campos en la sierra. Aquí está la encarnación de Nuestras Madres, Tateteima, que incluye a Nuestra Madre Joven Águila,Tatéi Werika Wimari, que, simbolizada como águila bicéfala, vigila la puesta de Nuestro Padre Sol en el occidente y su ascenso en el oriente, para volver a permanecer con Nuestra Madre el Mar.

También acuden a ciertos lugares de la costa de Nayarit, desde donde se puede distinguir Tatéi Waxiewe, Nuestra Madre que -escapa-como Vapor Blanco, un picacho en el mar que simboliza el lugar donde Nuestra Madres Tierra Fértil y Retoñante, Tatéi Yurienaka, Permanece a la orilla del mundo presente.



Inicialmente Tatéi Yurinaka reapareció después de la inundación, o como tierra fertil, en un picacho que está en el sur,  allá donde está Nuestra Madres de los Chalates, Tatéi Xapaviyemetá.
Según la mitología que recopila Tutukila, Tatéi Yurienaka regresa al poniente, dejando a Nuestra Busabuela, Takutsi y a Nuestro Abuelo (el Fuego), Tatewarí, en lo que hoy son los adoratorios de Teakata, sobre la plataforma de una cueva cerca de un arroyo profundo que divide la sierra.  El propósito del viajes de Yurienaka al poneinte era establecer el flujo de nubes entre el mar y la tierra, pues ese flujo es manifestación del ser de Yurienaka, La primera pauta de su viaje hacia el poniente está en la Mesa del Nayar, dentro del picacho de Nuestra Madre del Poniente, Tatéi kierwimuka, que apareció primero como una culebra y se manifiesta como agua de la cueva que siempre gotea. Tatéi Yurienka le concedíó la gracia a Kiewimuka de representar a Yurienaka ante los peregrinos que no pudieran llgar hasta la costa, y le dejó sus objetos sombólicos, como una jícara votiva con granos de maíz (xukurí), una flecha votiva (ürü) y un agujero o espejito (nierika),que refleja su cara. Cerca de Kiewimuka, Tatéi Yurienaka encontró un peñasco que transformó en la figura de Sakaimuka, en el que cuida los bules, Yakwaite, donde se guarda el tabaco sagrado, ya o "Macuche"(nicotina Rústica).

Los Wixaritari llevan ofrendas a las cuevas de Sakaimutá pra agradecer el uso de este tabaco que sirve para ocasiones ceremoniales y es apreciado como intermediario con Nuestro Abuelo (el fuego) para ahuyentar a ciertos bichos nocivos del camino sagrado. El tabaco nativo se comparte, en ocasiones rituales, como complemento y contrapeso al efecto del peyote que representa la iluminación del amanecer que aparece en el oriente.

A lo largo del viaje, los ríos crecen por la lluvia y Nuestra Madre el Mar aparecer cuando Nuestra Madre la Tierra Fértil vuelve a penetrar a su santuario original en el occidente: las Puertas del Mundo, Watetúapa, o el inframundo sagrado, que es a la vez el mundo antediluviano, amorfo ( en donde no hay sol).

Hoy día el prototipo de sabio wixárika es el kawiteru que, al igual que las orugas, conoce loslugares sagrados, a los que visita, uno por uno con respeto y ayuno, en su peregrinaje anual, hasta cummplir con el ejemplo de los antepasados. Es un camino largo en votos y devociones, seguido de responsabilidades públicas que la comunidad encarga a los que cumplen con esta costumbre. El que demuestra poder cumplir con las funciones religiosas y  políticas alcanza el máimo cargo de Kawiteru. Todo este peregrinaje, le da el conocimiento  del Kawitu, que es el canto correspondiente a la presencia de nuestros antepasados a lo largo del trecho del camino sagrado, del sur al norte, del oriente al poniente.


La mayoría de los Wixaritari que aún viven en las tres comunidades más tradicionales de la Sierra Madre Occidental, Tateikié, Taupure y Wautúa en el estado de Jalisco, creen que no conviene ir a la costa sin una meta concreta. Ya que al vivir entre forasteros o Vecinos (téiwarixi) muchos se desorienta, desligándose de sus comunidades y de sus familias, por la influencia del alcohol, la prostitución y los consejos de algunos oportunistas.

Los Wixaritari han seguido aprovechando cualquier oportunidad para volver al mar, desde las más tradicionales costumbres de comerciar con la sal, son el sotol (mezcal) hasta como curanderos utilizando las virtudes curativas del peyote y otras plantas medicinales.

Anteriormente los Wixaritari trabajaban en los cañaverales de la costa, y de ahí surgíó su costumbre de utilizar la manta que se usaba en los costales, que ellos transformaron en finas vestimentas bordadas.

En cualquier caso el Wixárika en la costa está muy lejos del centro de su tierra. Va a hacer la pereginación tradicional a Nuestra Madre del Mar, Tatéi Haramara, en lo que anteriormente también fue su territorio y ahí buscará algún trabajo, para subsidiar su posterior  regreso a la sierra.

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