UN GOBERNADOR CAPRICHOSO

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

Aún a sabiendas de que no tolera la crítica porque cree firmemente en que lo que hace es lo correcto, y así se lo aplaudan y victoreen sus corifeos, Roberto Sandoval Castañeda está equivocado en su empecinamiento de gobernar como si vivieran él y sus corifeos en un estado de bonanza y de riqueza extrema; sino que le pregunten a cualquier ciudadano que recibe un salario de miseria o a algún desempleado de los que abundan en esta saqueada tierra de abandonados a su suerte o mal pagados por sus servicios.
Cada obra que letoca dirigir a Giani, es un ejemplo de irresponsabilidad ecológica, de malversación económica y además unacarga que no tiene que soportar la gente que paga sus impuestos, aunque sepresuma de que es necesaria y de que representa el supuesto desarrollo yprogreso de una entidad que adolece de los servicios mas urgentes, como son lafalta de buen gobierno, de empleo, de medicinas, de asistencia médica, de aguaentubada, de pavimentación, de personal capacitado para conservar –por ejemplo-nuestros árboles y nuestros animales (no precisamente los caballos y lasreses)- y para brindar a los agricultores nayaritas una ayuda tan pregonada ycacareada que ya se pasó de apestar a engaño y a brindis con jarros de atolecon el dedo, presididos por el secretario general de gobierno, Pepe Espinosa,mientras se inauguran obras suntuarias y sigue creciendo la deuda a los Bancos,que en resumidas cuentas, paga el pueblo.
Y no es porponer trabas a una carrera politiquera que pretenden proseguir los actualesfuncionarios al avecinarse el cambio de barberos e incondicionales delgobernador iluso, es una simple y necesaria puntualización de lo que estapasando realmente a Nayarit y la solución está en nuestras manos.
Hoy miércolespresentó su segundo informe de gobierno en un recinto acorde a su egolatría. Sesalió con la suya. Ya es tiempo de que se baje del caballo y acepte suresponsabilidad de gobernar para todos. De que se quite el pesado traje desoberbia y se ponga la casaca de humildad que tanto le hace falta.
Aquí no es igualque con Peña Nieto, porque allá las cosas las manipula el sistema; pero él lesirve a otros intereses que son ajenos a los del pueblo. El presidente se encarga de mal leer los discursos que le ordenan y podría ser que no esté de acuerdo con las reformas que a todo vapor aprueban los diputados y senadores; y ahí viene la reforma político-electoral como parte del pacto por México…Mientras: “Creo en tí, Nayarit…” -dice Sandoval, emulando al Vate López Velarde en su inmortal poesía, como barruntando que nadie se la sabe.
Cuando quiera retomar el rumbo, con toda seguridad será tarde, porque la gente ya no soporta este grado superlativo de mentiras y situaciones a todas luces compradas o pagadas que es lo mismo, a pesar de sus analistas politiqueros y otras yerbas parecidas… Aunque le pregunte al PATRONCITO de sus elucubraciones...
¿Hasta cuándo Nayaritas?