Líneas
Por:
José Ma. Narváez Ramírez
Cada año, celebramos el Grito de
Independencia, dado según algunos historiadores, allá por el año de 1810 en
Dolores Hidalgo, Guanajuato, por el Cura don Miguel Hidalgo y Costilla, y ahora
hasta va al lugar de los hechos históricos el presidente de la república en
turno, a darse baños de pueblo, a lanzar vítores a los héroes ondeando la
bandera nacional y tocar la campana, mientras corean algunos mexicanos que
realmente acuden a pistear y a chirotear porque se les permite hacerlo con
libertad, en ocasión de conmemorar un aniversario más de aquella gesta que
cambió el rumbo del gobierno en el país… lo hizo “democrático”…
Hoy,
es una vergonzosa burla la que hacen los gobernantes del país ante un pueblo
domeñado por la corrupción del poder que pisotea sus derechos, que saquea
impunemente sus arcas y viene dejando, gracias a las reformas maquinadas para
extorsionarlo, a las policías que lo mantienen aterrorizado y a merced del libre
comercio del alcohol y las drogas, estupidizado y a la voluntad de los
mercenarios de la política.
Ahí
van nuestros hijos a la escuela supuestamente a educarse, cargando las pesadas
mochilas, puntuales y uniformados, a cultivarse, a aprender los conocimientos
necesarios para luchar por la vida y ¿Qué encuentran? Un verdadero fiasco, un
nido de otros ladrones, los del magisterio, que solamente se la pasan
inventando las mil y un maneras de aprovecharse del tiempo y del dinero de los
alumnos y padres de familia, son los magos de los “puentes”, de los negocios de
las tienditas y de las cuotas “ahuevoluntarias”, los emperadores de la “hueva”
organizada y de los malabares del presupuesto para ellos destinado, aunque
también manejador por los lideres abusivos, parásitos del erario.
Aún
así, hay niños que de alguna manera, con la ayuda de sus progenitores y con un
talento que destaca entre tanta escoria, salen adelante y logran pasar al otro
lado entre los innumerables escollos que les ponen las autoridades que permiten
el vicio, la prostitución y el control desmedido de los estupefacientes.
Ahora
se les ofrece una cena gratis a la que están todos invitados. ¿Para esto
lucharon aquellos mexicanos arengados por el cura Hidalgo? ¿No fue para darnos
libertad y gozar de una mejor manera de vivir, en el trabajo bien remunerado,
para vivir cuando menos con las comodidades más indispensables? ¿Qué la tierra
era para nosotros para los campesinos, principalmente, y no para los gringos o
para aquel que maneje al poderoso caballero y venga y se adueñe de los centros
turísticos que deberían ser nuestros, mientras reparten las migajas a los
verdaderos propietarios del suelo, obligándolos a abandonar la plaza?
Esta
fecha es de luto para el pueblo mexicano, fracasaron los ideales de nuestros
próceres. Heredaron su legado los falsos mexicanos que aprovechándose de la
ignorancia y de la necesidad de nuestra gente, la mantiene al borde de la
miseria y la está matando de hambre, mientras ellos se reparten con la cuchara
más grande: la de la rapiña.
¿A
qué va a ir a la plaza? ¿A que se mofen de usted los falsos patriotas?
Control…
Señores… Control… Hay que tener dignidad y de una vez por todas, mandarlos a
donde fue el Padre Padilla… Porque este no es un Grito de Libertad… es el Alarido
de la Gente
estigmatizada, atarantada, apende…
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