lunes, 12 de enero de 2015

El Prof. Fernando Velázquez Arellano: Un talento matemático nayarita

Líneas
Por: José Ma. Narváez Ramírez


Primera Parte.

Este singular personaje nacido en Tepic, Nayarit, nos narra su interesante historia desde sus orígenes, en el barrio de La Victoria y Zacatecas. Hizo sus primeros estudios en la escuela tipo, Juan Escutia, donde por causas de haber tenido problemas con una maestra muy represora –ya que en ese entonces, nos aclara-: “Se acostumbraba golpear a los alumnos, por seguridad ya no regresé al tercer año, aunque los  maestros me pedían que volviera, no lo hice, y me fui a la escuela Manuel Altamirano (la que está en la Mololoa) y en ella terminé el tercer año. Me enfadé porque su nivel era muy bajo en estudios, ya que no exigía mucho ese plantel, y ya para 1965, me cambié a la Gabriel Leyva, donde tuve unos excelentes maestros y ahí terminé la primaria.
         Lo que quiero decirles (continúa el Prof. Velázquez) es que antes el nivel de la escuela tipo era muy elevado en cuanto a la aritmética, eso pasaba en la Gabriel Leyva, su nivel de enseñanza en esta área y en la de Historia, era considerable.
         Posteriormente quiso entrar a la Escuela Normal Rural de Xalisco –no pasé el examen- y me regresé a Tepic. Mis padres me inscribieron en la Normal Urbana. Quiero también aclarar que no quedé en esa escuela  porque uno de los requisitos era que yo fuera hijo de campesinos y para ello tenía que acreditarlo, pero eso lo supe tiempo después y también me tuve que separar de esa institución.
         Conocí en la Normal al Maestro Enrique Hernández Zavalza, quien me rogaba que me quedara a estudiar para maestro, ya contaba con 15 años de edad, no acepté su ofrecimiento y le agradecí su interés pero opté por irme, a escondidas de mis padres, a la ciudad de México e ingresé en 1969, al Instituto Politécnico Nacional (POLI), a la Vocacional No. 2, que en ese entonces estaba dirigida por un excelente nayarita, un genio, el profesor Ingeniero Camberos, militar muy estricto… Por cierto que la Vocacional 2 fue reconocida en ese tiempo por ser una de las escuelas más grilleras –por decirlo así- donde surgió el movimiento del 68.
         Ya anteriormente (de unos 13 o 14 años) yo asistía a los mítines, a las marchas del 68, y estuve presente en la Marcha de El Silencio, donde se reprimió fuertemente a los estudiantes… para mí en ese tiempo ser testigo de la mutilación de cuerpos de compañeros, heridos, muertos, pues fue impresionante… puede decirse que participé como “mirón” con ellos en su movimiento, estoy de acuerdo en sus puntos centrales, en el pliego petitorio de ellos que exigían más respeto a los jóvenes, su incorporación a la vida electoral de nuestro país, sobre todo respeto a la vida electoral, cosa que no se ha logrado, pero, por ejemplo, ya en 1971, estando en la Vocacional 2 y ahí sí me toca participar en la marcha contra la reforma educativa de aquel entonces, donde también hubo muertos y me tocó ver como actuaban “los halcones”, que era un grupo para-militar del gobierno del Distrito Federal, comandado por el Coronel Rogelio Flores Curiel, que por desgracia era nayarita.
         En aquel tiempo participé en la marcha, haciendo las consignas, íbamos gritando todos: “los estudiantes unidos jamás serán vencidos” y cosas por el estilo.
         Ya para el 71-72, terminé la vocacional e ingresé a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, del Poli, y hago mis cursos  de ingeniería civil, y algunos cursillos, que hice en mi carrera, con gente de la talla de Heberto Castillo que nos impartió Estructuras Metálicas, en un curso breve.
         Ya para noviembre de 1976, obtengo mi título de Ingeniero Civil, termino mis estudios, van mis padres a la ciudad de México, (ellos eran muy pobres, su actividad fue el comercio, vendíamos pan en una vitrina en el mercado Juan Escutia, donde estaba “El Chato Naya”, que nos daba permiso y nos defendía. Después lo hacía Silvia Larios que también nos protegía. Para mí, guardo muy buenos recuerdos para estas personas).
         Regresando a noviembre, me recibo como ingeniero y para diciembre presento mi tesis y ya para enero estoy titulado, mi papel me lo entregan en julio del 77. En ese tiempo me agarra la devaluación con Luis Echevarria, (1976) y al año me logro incorporar a Ingenieros Civiles Asociados (ICA), por medio de una relación que tenía con el Ing. Menjívar Bueno, que era el secretario de Gilberto Flores Muñoz, ex gobernador de Nayarit, que en ese entonces (1978) era el director general de Industria Azucarera en la ciudad de México. No conocí a don Gilberto, pero sí conocí a Menjívar y él fue quien me relaciona y me da un “tarjetazo” para irme a trabajar a Ingenieros Civiles y Asociados (ICA), en las plataformas marítimas de PEMEX, yo ahí en ICA le planteo a la empresa que quiero estudiar economía para dedicarme pues, a la ingeniería de costos, lo cual redundaría en ambas empresas en un beneficio mayor porque una persona que sabe ingeniería civil y tiene conocimiento pleno de la ingeniería de  costos, pues mejora a la empresa, pero en fin no me entendieron ni quisieron darme la oportunidad que pedía para seguir estudiando economía, así que de ahí me meto a estudiar en la Escuela Superior de Economía, la maestría en Economía Industrial.
                   Por qué me abren las puertas, pues porque cuando estuve en economía dando clases, pagando mi servicio social, cubriéndolo porque me lo exigía el Politécnico, lo dí precisamente en esa escuela impartiendo Matemáticas, ya sabían ellos de mi inclinación hacia la docencia ahí en economía, los maestros lo sabían porque incluso le regalé otro semestre a la escuela en función de que me gustó, y el ambiente me fue favorable en esa escuela y seguí ejerciendo.
         Cuando ingreso a la Escuela de Economía, el director de ese centro de graduados, me pone como condición que siga dando Matemáticas, a cambio de que yo no pagara la colegiatura en la maestría, de esa manera me convertí en maestro adjunto de Matemáticas y Estadística, del Prof. y Lic. Pineda, originario de Oaxaca, que había estado en Colorado, y en un momento dado me dijo: Bueno Fernando, te veo capacidad y creo que ya estás preparado para mandarte a la Universidad de Colorado, para que te especialices en Estadística… Y yo nunca acepté eso por los prejuicios que hay en esa tierra, prejuicios de que ahí se preparaba gente, mexicana para incorporarse a la Central de Inteligencia Americana, esto fue un dato que me dieron en la Escuela de Economía, o sea que ahí se adiestraba a mexicanos para que sirvieran de espías al gobierno norteamericano. Yo llevé otros cursos ahí mismo en el post grado de economía, donde tuve como maestro al Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León, posteriormente fue Presidente de la República.
         Con Zedillo tuve diferencias en lo concerniente al tratamiento matemático que le daba él a la economía, muchas veces logré sugerirle que sus planteamientos matemáticos que él tenía estaban mal hechos; él era una persona madura que entendía mi origen matemático, de qué escuela había salido, y en el Politécnico se tiene muy bien entendido quiénes son más aptos en esta materia, o en Historia, por ejemplo. Se tiene entendido –y Zedillo lo sabía- que los profesores (del Poli) saben más Matemáticas que los economistas. En ese sentido don Ernesto guardó sus distancias conmigo en cuanto al conocimiento de las Matemáticas, incluso hubo varias ocasiones en que al salir de clases me pedía que me quedara unos minutos más. Me invitaba a almorzar y nos íbamos ahí enfrente del Banco de México en el edificio que llaman de Los Mosaicos, en la capital, y aprovechaba la plática para hablar de Matemáticas.
         Yo trabajé en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) era jefe de oficina, estamos hablando del 79-80, a mí me tocaba hacer la estadística de todas las adquisiciones que hacía la Secretaría, ahí hacía mis cálculos y gráficas y la inflación que se generaba en ese año, en cuanto a los artículos que la misma Secretaría manejaba.
         Es decir, me tocaba contabilizar todo lo que se compraba y analizar los precios del año presente con los del año anterior, de ahí nosotros calculábamos el aumento de los precios y se hacían gráficas tomando en cuenta al Secretario de Comunicaciones,  para ver si le gustaban o no, posteriormente ya pasábamos un grupo y le decíamos de lo que se trataba. Las sugerencias eran muy reservadas, porque estaba el Director de Estadística de la Secretaría, que era la voz que dirigía todo esto y realmente era muy leve nuestra participación, solamente en caso de duda de la inflación comparada con la del Banco de México, y de esta forma le aclarábamos al titular de la Secretaría, que era Mújica Montoya.
         En un momento dado, la vida de uno, en circunstancias muy desfavorables, le llega a hostigarse de la manera de vivir en el Distrito Federal, y esos días decidí suspender mis estudios de Economía Industrial, claro que por sentirme cansado; se da un movimiento político en la Escuela de Economía, en el cual se descubre que muchos de los catedráticos de maestría, no eran doctores en Economía, entonces los que no tenían esa capacitación fueron expulsados y tuvimos que parar la escuela, tomamos la escuela, e incluso se investigó que esos maestros que daban su cátedra en la maestría, no eran doctores, y entre esos estaba Ernesto Zedillo Ponce de León, tenía la especialidad en macro economía, no era doctor, y en ese movimiento él sale y salimos nosotros. Fuimos dados de baja, a nosotros nos despidieron por haber armado ese movimiento, como una forma represiva, y el que es hoy doctor Zedillo, que no era en ese entonces,  y otros, como el Lic. Carballo, que estuvo en el gabinete de Carlos Salinas, fueron dados de baja también pero ya como catedráticos. Ellos sí salen expulsados, o sea que caen cabezas de los dos bandos. Entre ese grupo, de los que luchamos por desenmascarar a todos esos profesores, pues había gente de El Salvador, de Honduras, de Panamá e incluso había uno de aquí de Nayarit, que era el licenciado Barajas, que destacó en los viajes de Salvador Allende, en aquel entonces, yo le decía Barajitas…
         Yo le dije, mira Barajas, yo me voy a Nayarit, ya me harté de todo esto. Ya había participado en movimientos como el de los maestros, sin ser profesor del SENTE, como me uní a otros movimientos estudiantiles, por el gusto de estar con ellos, apoyándolos, solidarizándome con ellos, y le he tenido mucho afecto a los mentores porque mi Secundaria la hice con los maestros, y tenía cierta inclinación hacia eso pero decidí otro rumbo, y estos movimientos como que me hacían vivir más otra situación. Me decía Barajitas, no te vayas paisano, allá te vas a ahogar, vas a quedar en la nada, quédate aquí, sigue luchando, mira… Y yo decidí agarrar mis maletas y me vine a mi tierra, a Nayarit.
         Aquí anduve un tiempo desempleado, platicando con las piedras (1981), y encontré una persona de Economía que jamás había visto, y me vio en la calle y me saludo diciéndome: Fernando, ¿qué andas haciendo? A mí me extrañó porque no sabía ni quién me estaba hablando; y ya me dijo él: Soy Fernando, ¿no te acuerdas de mí? Soy amigo de Andrés Rojas, (había estado conmigo en Economía, era hijo de un General del Estado de Guerrero). Era Fernando Soto, la persona que me encontró aquí en Tepic y me invitó a trabajar a la Secretaría de Turismo, sin sueldo, nada más me tiene como Economista, como Ingeniero y realmente no trabajé en esa Secretaría, nada más estuve acompañándolo a él y revisando algunos proyectos turísticos que en realidad nada podía hacer la Secretaría por esos proyectos.
En fin, ahí ya en Turismo, Fernando me relaciona con gente del Seguro Social, voy y me presento y me dicen: Usted es el que envió el licenciado Fernando Soto. Yo les contesté afirmativamente, y me pusieron a hacer una entrevista con el Ingeniero Santana, que era el Jefe de Mantenimiento del Seguro Social y me dijo que ocupaban una persona para que se hiciera cargo de una obra que era para una Clínica de los electricistas, que está por la calle México antes de llegar al Cerro de La Cruz, enfrente de CONALEP. Me pidieron mis documentos y al revisarlos me indicaron que la experiencia estaba basada en pura docencia. Le contesté que sabía economía y dirigir empresas y me dieron el trabajo. Y me vine a dirigir la obra de la Clínica del Seguro Social que le llamaban “dos más uno”. Terminamos la obra felizmente, todo sale muy bien y posteriormente me voy a Tuxpan, a la remodelación de la Clínica de Tuxpan, y ahí también las cosas salieron perfectas y me envían a Pimientillo, pero ahí yo vi que se estaba mal interpretando mi labor como ingeniero en el Seguro Social, ¿por qué? Por que yo reportaba unos gastos y ellos daban otros, alteraban las nóminas… y entonces no quise verme en problemas.
         El expediente del SS, platicando con los albañiles, y viendo sus salarios, les propuse que me paralizaran la obra, supuestamente porque estaban inconformes con los salarios, se llega a un acuerdo entre el sindicato de albañiles y el SS, y se elevan los precios del tabulador y ellos se ven mejorados. Me voy a Tuxpan, le pido ese tabulador al sindicato y les digo que yo les rechazo ese tabulador y se molestan porque se los rechazo. Y me dicen que no se pueden bajar tanto los precios… No, les contesto, yo no les estoy pidiendo eso, simplemente que yo traigo el tabulador de Tepic y con ése les voy a pagar. Este tabuladote estaba quince por ciento muy arriba, de lo que era el de Tuxpan, cuando ellos ven este tabulador, se sorprenden y les exijo que me pongan el tabulador de ese lugar al nivel del de Tepic. Pero que me hagan una carta en donde al no acceder a ellos me van a paralizar la obra, alegando que la carestía y no se cuántas cosa. De alguna manera hacen el oficio y lo traigo a Tepic, al SS, y me dicen que no hay problema que se puede pagar al precio de Tepic… salen favorecidos: los albañiles.
         Me voy a Pimientillo en donde me encuentro con un caso de una señora en el que la engañan diciéndole que le van a dar un terreno por su casa para que ahí se haga la Clínica. Platico con la señora (que nunca les firma un documento) y le invito unos refrescos a ella para platicar el asunto, y le digo: mire señora, yo no le voy a sacar de aquí hasta que no me firmes un papel en donde diga que quiere una casa,  a cambio de tu terreno, ya que usted está dando su casa y tu terreno y eso creo que debe ser algo mejor. El Seguro le da su casa y su terreno.
         Ya para 1983, hay la oportunidad de involucrarme en el sub. Sistema de Tele Secundarias, y me incorporo ese año en septiembre, y fundo la Tele Secundaria de San Andrés, municipio de Tepic, en ese entonces era gobernador don Emilio M. González, y el secretario de Educación era el Prof. Francisco Alegría. (Continuará).

1 comentario:

  1. Hola soy el Ing. José Luis Ramírez García, por casualidad vi esta entrevista y me dio mucho gusto saber que se trata de mi compañero de carrera en la escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN, el buen Fernando Velazquez, desde que terminamos la carrera perdimos el contacto. Me gustaría ponerme en contacto con Fernando. Mi correo electrónico es joseluising52@gmail.com gracias.

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