miércoles, 21 de agosto de 2013

Un Santiagoixcuintlense y la Universidad -Francisco Javier Castellón Fonseca-


Por: José Ma. Narváez Ramírez.

Parece que fue ayer cuando los camiones de la naciente Acaspen, que tuviera su principio por gentes como Felix Torres Haro, José Ma. Narváez Madrigal y Alfonso Llanos, hacían el acarreo de materiales de construcción para la Ciudad de la Cultura Amado Nervo y se iniciara el levantamiento de la Universidad Autónoma de Nayarit, en la que hoy funge como rector, don Juan López Salazar. E igualmente dieron principio las largas y relucientes filas de pesos –uno a uno- en las que participaron todos los nayaritas que entendieron que una máxima casa de estudios podría hacerse una realidad.
         Por ahí aseguran que la idea nació en la mente del ilustre santiagoixcuintlense Raúl Romero Gallardo, que le comunicó al Dr. Julián Gascón Mercado la idea y éste de inmediato dio la orden de que se procediera a levantarla utilizando los terrenos en donde anteriormente estaban unos sembradíos de caña y algunas casas. Para esto se le habló al arquitecto Renato Caballero.
         Antes de ello las campañas del peso de plata fueron todo un triunfo al recibir la respuesta de la gente nayarita, niños, jóvenes y adultos acudieron con fe y firmeza a depositar su dinero en esta cabalgata argentífera que logró hacer realidad los ideales de muchas personas que soñaron en verla edificada.
         Entre ellos, un niño de nueve años que se arrimó a la caravana del peso de plata en Santiago Ixcuintla, y puso en el suelo su brillante óbolo con un incipiente deseo que le “sonaba muy lejano” –según su propio decir- pero en su infantil sueño vislumbraba que “en un futuro no lejano” la vería construida, sin imaginarse que años después fungiría como rector de la misma.
         Pero dejemos que don Francisco Javier Castellón Fonseca, nos platique de estos importantes renglones de su exitoso existir:
“Como muchos otros nayaritas, mi vida no se explica sin la Universidad Autónoma de Nayarit. A los 9 años lleve mi peso de plata a la colecta organizada en la Escuela Juan Escutia de Santiago Ixcuintla para la construcción de una "Ciudad de la Cultura" que me sonaba muy lejana. A los 15, ingresaba a una concurrida Preparatoria 1 en Tepic, a los 18 elegí cursar mi licenciatura en la Escuela de Economía, a los 20 luchaba con otros compañeros por construir una universidad Democrática, Científica, Critica y Popular en el Consejo Estudiantil Universitario. A los 21, becado por la UAN Y la UNAM inicie mi Maestría en Economía, a los 24 comencé a dar clases de Historia Económica y Economía Política en mi escuela de origen. A los 28, fui director de la misma y a los 32, funcionario universitario. A los 38 ocupe el honroso cargo de rector, y a los 44 obtuve mi grado de doctor en ciencias económicas apoyado por mi institución. Hoy a los 52 sigo siendo maestro del posgrado en Desarrollo Económico Local y de la Licenciatura en Economía, y como muchos otros seguiré sirviendo a la universidad hasta que la edad y la vida nos indiquen el momento del retiro. 
Mi paso
por el Senado de la República parece que fue un paréntesis en mi vida universitaria, mas no lo fue tanto porque traté de apoyar en todo lo que pude a la UAN y a muchos universitarios.
Para mi, la universidad es mi vida”.
Y ahí quedan para la posteridad la cantidad de obras que durante el sexenio de Castellón Fonseca, entre ellas el Estadio, la Biblioteca Magna, varios edificios y murales… pero lo más importante: la dignificación de la vida universitaria, ésa lucha que un día empezara Javier y la viera hecha realidad a través de largas y duras batallas sostenidas contra el porrismo y la vagancia. Este pequeño gigante y un equipo de trabajo tesonero y de una sola pieza, lograron terminar con esos cánceres que amenazaban con impedir el crecimiento fuerte y grandioso de la máxima casa de estudios nayarita, y Castellón prosigue su paso y su continua pelea por la educación y la cultura.
Control… Señores… Control… El Lic. García de los Ángeles, a quien supuestamente se atribuye el lema: “Por lo nuestro a lo universal”, puede seguir tranquilo en su reposo eterno: Hay un Francisco Javier Castellón Fonseca que supo y sabe darle el perfecto significado a su legendaria frase.   
Como bien ha consignado el rector Juan López Salazar, el día de hoy: ¡¡Que viva la Universidad!! ¡¡Y que viva por siempre!!

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