Lo relativamente fácil que
hay en este “mundo matraca” para uno que paga más de lo que tiene por vivir en
el engaño y la falsedad es el vicio. Consumir alcohol en demasía y combinarlo
con las drogas, como la cocaína, es para muchos seres humanos que se consideran
“de altura”, lo más maravilloso que hay en esta vida. Pero la realidad está a
la vuelta de la esquina
Y no crea usted que son contados los que hacen este circo
todos los días, no señores, se quedarían ustedes asombrados de la gran cantidad
de personas que deambulan por las calles de la población donde vivimos o
conviven con nosotros, o fungen como autoridades, o como usted quiera pero le
“pegan duro y macizo” al trago y a la droga, o al comercio ilegal de las
bebidas adulteradas y de los estupefacientes. Por eso pasan diariamente muchos
casos de accidentes, agresiones, delitos y tragedias cometidas por alcohólicos
o drogadictos… Y quienes están metidos en eso nunca aceptarán que cometen un
atentado contra la sociedad.
Y digo lo anterior por ciertos casos delictivos de los que
me enteré por boca de unas gentes que desgraciadamente se involucraron en unos
hechos sangrientos –como pudieran acaecer en cualquier familia- y de pronto sufren
en carne propia, la pérdida de uno o más seres queridos. Todo por causa de un
rato de “destrampe” de esos que culminan con un accidente o un acto violento, o
un encuentro de sicarios, que posiblemente pudieran evitarse.
Y todo empieza con
una invitación que de siempre se califica como una cortesía o una simple
iniciación “inocente” a “echarse un trago, o un six o una botella de equis
marca” que los llevará casi inevitablemente al consumo de enervantes, por la
facilidad que existe hoy para distribuir las drogas entre nosotros, y por el
boato y el lujo de cartón y yeso, de luces deslumbrantes o semioscuridad
alcahuete en los antros... o las “horas felices” y las ofertas de ocasión… así
como la prostitución generalizada de “ellas y ellos” o entre sí… (Y no debemos
asustarnos, porque hay “puchadores” desde las escuelas primarias hasta las de
estudios superiores o cerca de ellas).
Hablar de denunciar a aquellos que las distribuyen entre los
consumidores nuevos y viejos, es platicar de los giros modernos que ha tomado
la impunidad actualmente. Si no estás en las listas de los “identificados”
puedes considerarte como candidato a caer en las redes de la justicia que
actuará pronta y expedita contra el invasor de sus terrenos –porque ellos
controlan la plaza y guay! de aquel que ose realizar la más mínima irrupción en
sus ciudades y poblaciones.
Así andamos y así controlan la seguridad pública… aunque a
veces se sienten intocables y otras autoridades más arriba que ellos -menos
contaminadas- les paran el alto y los acribillan o los enchiqueran… Aunque
estén podridos en dinero sucio pero que a ellos les hiede a perfume…
Por eso… Control… Señores… Control… Que el que anda entre
las llamas, segurito que se quema o se achicharra… Más les hubiera valido
agarrar la senda correcta del bien servir y no la mala vereda que conduce
invariablemente al mal vivir, a la cárcel o a la fosa… Tarde o temprano…
“Manque se les repita una y mil veces”…
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